País Gobierno anunciará condiciones de negociación

¿Por qué el crédito de Servicio Ampliado del FMI por $1.750 millones traerá grandes cambios para el país?

Relación con el FMI puede extenderse hasta una década para la devolución del dinero, durante la cual Costa Rica deberá aplicar reformas profundas que se pacten con el organismo internacional.  

Atrás quedó el acuerdo stand-by que el Gobierno mencionó en varias ocasiones, al menos desde junio, para paliar con el déficit creado por la pandemia por COVID-19.

En su lugar, las autoridades negociarán un futuro empréstito por $1.750 millones cuyo contrato y condiciones serán aprobadas en la Asamblea Legislativa, a finales de este año. El congreso aprobó recientemente un primer compromiso de $504 millones con el FMI. 

Tras rescindir la idea del stand-by, las autoridades económicas del Banco Central y el Ministerio de Hacienda tramitan un Servicio Ampliado del Fondo Monetario Internacional (FMI). En inglés se llama Extended Fund Facility (EFF).

La solicitud se realizó el sábado 29 de agosto, por medio de una carta firmada por el Banco Central y Hacienda. El ministro de Hacienda, Elián Villegas, dijo a UNIVERSIDAD que eligieron el SAF por el plazo más largo para la devolución del dinero. Tras secretismos de varios meses, Gobierno enseñará sus estrategias de negociación con el FMI, este fin de semana.

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El FMI dice que el SAF “incluye un período de reembolso más largo: entre 4½ y 10 años, con pagos en doce cuotas semestrales iguales. En cambio, un acuerdo Stand-By tiene una duración más corta, y el período de reembolso es de 3¼ a 5 años”.

“El SAF fue creado para ayudar a los países que se enfrentan: i) graves problemas de balanza de pagos debido a deficiencias estructurales, o ii)  una economía caracterizada por un lento crecimiento y una situación de la balanza de pagos muy debilitada”, asegura el FMI.

En este momento crítico para el mundo, Costa Rica no solamente arrastra deficiencias anteriores a la pandemia, en los que la cantidad de dinero que ingresa al Gobierno no es proporcional a la cantidad de dinero que eroga.

Ahora, sumidos en la incertidumbre de la crisis sanitaria, existen otros agravantes de esa situación: la disminución en sus ingresos producto de que los negocios que cerraron, total o parcialmente; y el crecimiento sostenido de los intereses en la deuda interna compromete el dinero disponible (Banco Central calcula que el saldo de la deuda total representa 70% del Producto Interno Bruto o PIB del 2020).

Para que el país cumpla con su compromiso de crédito y no caiga en impago, el FMI requerirá “reformas profundas y duraderas” que aseguren suficiente dinero para los reembolsos, como menciona la ficha técnica del SAF.

El FMI es un organismo cuyo objetivo es “asegurar la estabilidad del sistema monetario internacional”.

O sea, los requerimientos del FMI son condiciones que Costa Rica deberá cumplir no solamente para cerrar su pago, sino para cumplir con la visión de estabilidad que tiene su acreedor.

¿Quiénes tienen préstamos similares y qué comprometieron?

Las condiciones de la negociación para el país serán anunciadas públicamente este fin de semana. Las negociaciones ocurrirán a finales de septiembre.

Sin expresa relación a ese contrato ni a un primer préstamo rápido por $504 millones, Gobierno ha hablado de cambios tributarios y contención del gasto público. Formalmente, existen cálculos sobre la venta de algunos activos públicos.

Lea: Venta de instituciones dejaría paupérrimo aporte al déficit fiscal y fuertes consecuencias a largo plazo

Por otro lado, en los primeros meses de la crisis económica de la pandemia, el FMI giró préstamos SAF a Jordania ($1.300 millones) y Somalia ($395,5 millones).

El pasado 28 de agosto, el FMI informó que Ecuador también tomó esa modalidad de crédito “con un contrato de 27 meses por unos $6.500 millones”. El medio ecuatoriano Primicias dice que “el acuerdo será sometido a la aprobación del Directorio del FMI en septiembre de 2020”.

El FMI afirmó que las autoridades ecuatorianas aceptaron implementar “la modernización del marco de la administración de finanzas públicas (…) esfuerzos dirigidos a combatir la corrupción que incluirán fortalecer la gobernancia y las estructuras anticorrupción”.

“El programa financiado por el Fondo también fortalecerá el régimen dolarizado (moneda oficial desde 1999) y busca proteger el poder de compra de todas las familias ecuatorianas, así como asegurar el adecuado acceso a créditos. Para este propósito, la reforma incluye fortalecer la institucionalidad del banco central, así como mejorar la supervisión del sector financiero”, dice el comunicado del FMI.

En otros contextos, Jordania se comprometió a “aumentar la base taxativa y reducir las exenciones de impuestos (…) complementado con límites al gasto y límites a las pérdidas de los sectores de energía y agua”. Somalia ahora tiene que “fortalecer el federalismo fiscal, mejorar la movilización de ganancias y crear mecanismos de protección social”.

El Fondo dice que el SAF se entrega en un período estándar de tres años, pero puede ampliarse a cuatro “si la necesidad existente en materia de balanza de pagos va más allá del plazo de tres años, si el ajuste exigido para estabilizar la situación macroeconómica es de carácter prolongado y si existe suficiente seguridad en cuanto a la capacidad y la voluntad del país miembro de implementar reformas profundas y duraderas”.

Las reformas son supervisadas por el organismo, desde la figura del Directorio Ejecutivo.

“Cuando un país obtiene un préstamo del FMI, se compromete a aplicar políticas orientadas a superar los problemas económicos y estructurales. En el marco del SAF, se espera que estos compromisos, incluida la condicionalidad específica, se centren en las reformas estructurales para corregir deficiencias institucionales o económicas”, asegura el FMI.

Una historia larga con malos momentos

El pasado del FMI con esas “políticas” arrastra malestar por préstamos otorgados en países en vías de desarrollo, entre la década de 1970 (marco de la primera crisis mundial del petróleo) y principios del siglo XXI (cuando la crisis política centroamericana encontró cierta estabilidad).

El peso del déficit fiscal de Costa Rica incrementó en los años setentas (actualmente se estima un cierre del año con 9,28% del PIB) y el financiamiento internacional llegó condicionado con Programas de Ajuste Estructural (PAE).

“Ha habido una pérdida de la soberanía nacional, los organismos internacionales se han entronizado en la toma de decisiones de los gobiernos legítimamente electos. Se han atacado las formas organizativas y asociativas que impulsan el debate y la concertación y el diálogo sobre lo social”, escribió el historiador nacional Guillermo Carvajal en 1993.

“El FMI dejó de servir los intereses de la economía mundial para servir a los de las finanzas mundiales. La liberalización de los mercados financieros quizás no contribuyó a la estabilidad económica mundial, sino que abrió inmensos mercados nuevos a Wall Street”, escribió el premio Nobel Joseph Stiglitz en su libro El malestar en la globalización.

En las vísperas de la negociación con el FMI, sectores ecuatorianos cuestionan las buenas intenciones del FMI y sus duraderos efectos en la economía.

El exvicepresidente de Ecuador, 1992-1995, Alberto Dahik escribió en agosto: “El FMI tiene la oportunidad de ‘revolucionarse’ aquí en el Ecuador y mostrarse con una nueva faceta ante el mundo a propósito de que se está negociando un nuevo acuerdo”.

Casi un cuarto de siglo después,  las condiciones históricas de los nuevos préstamos son diferentes. En el marco de una crisis sanitaria mundial que no tiene vacuna ni resolución, el FMI ha hablado de priorizar la vida humana para proteger las economías.

Para el acuerdo con Costa Rica, la propia directora del FMI, Kristalina Georgieva, anunció en Twitter que el Gobierno y el Fondo “Trabajaremos juntos por una recuperación inclusiva y sostenible de la pandemia”.

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