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Arquitecta y diputada Chan votó en contra crédito para el Teatro Nacional, “por encima de su formación profesional”

Durante la votación en primer debate, la arquitecta Carmen Chan aseguró que no podía poner en riesgo la vida de otras personas votando en contra por argumentos que no fueran técnicos. Ayer, en la votación definitiva, votó en contra.

La diputada independiente Carmen Chan, arquitecta de profesión que lidera el bloque fabricista Nueva República, cambió anoche de forma sorpresiva su opinión sobre el crédito para remodelar integralmente el Teatro Nacional. Apenas el 18 de junio pasado -bajo la batuta de Chan- el bloque independiente había sido parte de la gran mayoría de diputados que defendió con mayor vehemencia la necesidad de aprobar el crédito. Sin embargo, la congresista ahora cambió de posición, argumentando presiones externas que debían ser escuchadas.

El movimiento en contra del crédito para remodelar el Teatro Nacional  lo hizo Chan dejando de lado sus propios criterios técnicos, según ella misma declaró en la sesión del Plenario legislativo, en la que ella (junto con otro grupo de 20 congresistas) terminó rechazando la iniciativa.

“Por encima de mi formación como profesional en arquitectura y de mi responsabilidad con el gremio de ingenieros y arquitectos de este país, está mi deber y mi compromiso con un pueblo que ha solicitado por diferentes vías que reconsidere mi voto y el voto de nuestro bloque Nueva República”, dijo la puntarenense, en el Plenario legislativo.

Allí, igualmente señaló que la operación era “imprescindible”, pero que “competía irremediablemente con otras tantas urgencias que tenemos en este país”.

La decisión de Chan, como la del resto de los diputados del bloque independiente Nueva República, afín al excandidato Fabricio Alvarado, definió la votación de este lunes que dio al traste con el crédito por $31,3 millones para la reestructuración integral del Teatro Nacional, ofrecido por el Banco Centroamericano de Integración Nacional (BCIE).

Justo antes de entrar a conocer el proyecto, los diputados incluso realizaron un último conteo para asegurarse de que tenían los 38 votos necesarios para aprobar el endeudamiento externo y así fue; sin embargo, no contaban con que, a fin de cuentas, los fabricistas cambiarían de posición sin avisar.

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Ese movimiento generó que incluso algunos diputados que estaban a favor del empréstito salieran del salón antes de que se votara el crédito, como hicieron el independiente Erick Rodríguez y la liberacionista Paola Valladares. Finalmente solo quedó una treintena que dio su respaldo.

La decisión de los independientes sorprendió a todos.

La nueva versión que dio Chan varió y fue diametralmente opuesta a la que ella misma expuso el 18 de junio pasado. En aquel entonces, más bien dijo que cualquier argumento en contra que había escuchado no era técnico, y que ella no podía responder si no con los criterios fácticos de los que disponía.

“Como arquitecta”, aseguró, “debía compartir el criterio del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) sobre la urgente intervención que se debe realizar en el Teatro, no solo por su valor patrimonial sino por garantizar la seguridad de aproximadamente 150.000 personas que lo visitan actualmente”.

“Yo estoy de acuerdo con el criterio técnico del CFIA, no podemos esperar a que los deteriorados sistemas de electricidad o de seguridad contra incendios provoquen un siniestro”, afirmó.

Y agregó: “no podemos permitir un siniestro por el que mueran y se accidenten personas, no tiene sentido alguno poner en peligro la vida de los costarricenses y mucho menos la vida de extranjeros que visitan el teatro”, subrayando que los suyos sí eran criterios técnicos, no como los que se utilizaban para detener el empréstito.

“El tema crucial de este proyecto es que hay que realizar un debido control de transparencia de los recursos públicos que se van a destinar a esta dicha obra, pero para ejercer ese control aprobamos una moción que añadió al artículo de transparencia, que plantea que se envíe un informe de todos los gastos a la Comisión de Ingreso y Gasto Público de esta Asamblea, la Contraloría General de la República y el Ministerio de Hacienda”, había afirmado.

No obstante, este lunes habló de nuevo en nombre de su bloque independiente, argumentando que ahora su discurso debía ser otro. Dijo que los argumentos técnicos no eran suficientes, como hace menos de 30 días. “Después de volver a sopesar y analizar detalladamente una vez más todos los pro y los contra de este proyecto, nuestra fracción decidió votar en contra”, aseguró.

El rechazo del crédito sentó como una cachetada en la administración del Teatro Nacional, que sostiene que es imprescindible realizar las obras del crédito de forma conjunta para evitar riesgos mayores y que, además, el crédito propiciaba condiciones casi inmejorables.

Sin embargo, ahora deberán replantear el proyecto y ya afirman que buscan nuevas fuentes de financiamiento para realizar las remodelaciones necesarias, en medio de un inmueble que es símbolo nacional, pero que también se encuentra sobrecargado, con instalaciones eléctricas desbordadas y con riesgos de incendio advertidos desde hace ya más de 15 años.

La directora del Teatro, Karina Salguero, evitó referirse sobre el quebranto de la posición fabricista, aunque señaló que debió de tratarse de “situaciones cuyunturales”. Eso sí, espera que nuevos estudios técnicos y una nueva opción de financiamiento logre convencer a los diputados: “Hay temas que son nacionales y deben aislarse del entorno político”, puntualizó en entrevista con este Semanario.

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Por el momento, el rechazo significa una pérdida de $1,3 millones al Estado.

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