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LanammeUCR recomienda construir dos espigones en Caldera y encerrar el sector con dos muros más para reducir impacto

Informe del Lanamme divulgado hoy advierte de riesgo potencial alto de que se interrumpa la conectividad de la carretera en la ruta 23 en Caldera.

Un informe elaborado por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (LanammeUCR), recomienda como mejor opción para resolver el problema de la afectación de la ruta 23 en Caldera, construir dos espigones o muros gruesos en la playa y encerrar el sector que presenta los mayores problemas con dos espigones más. Esta solución se había planteado a las autoridades desde 2013.

El informe “Evaluación de Ruta Nacional 23”, dado a conocer hoy por el Lanamme, fue enviado al ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, y a varias otras autoridades de Gobierno, el pasado 1 de setiembre, según el oficio EIC-Lanamme-802-2023.

El documento advierte que hay tramos de la ruta 23 que tienen una susceptibilidad muy alta y representan un riesgo potencial alto para la perdida de conectividad, especialmente cerca de la desembocadura del río Barranca y en el sector donde se ubica la escollera (la barrera de rocas que se colocó).

La ruta 23 es un corredor fundamental con la zona del Pacífico del país, al unir la ruta 27 y el Puerto de Caldera con la ruta 1, y ha estado sufriendo los efectos de la erosión marina con mucha mayor intensidad en los últimos meses. Esta susceptibilidad ya había sido advertida por el Lanamme desde el 2013.

Roy Barrantes Jiménez, coordinador de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial Nacional del Lanamme, dijo que con el informe se ha comprobado científicamente el riesgo de que se pierda el paso por esta importante ruta del país, y se ha proporcionado una serie de alternativas para mitigar este riesgo.

Riesgo de que se pierda la conectividad de la ruta

El Lanamme calculó el índice de erosión y sedimentación costera en el tramo Caldera – El Roble y el impacto que tiene en la infraestructura vial. También recopiló datos sobre mareas (rangos máximos) y la altura de la ola máxima, así como los datos históricos de eventos que han generado oleaje o aumento en el nivel del mar, con base en información del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) de la UCR.

Se concluyó que el tramo entre Caldera y El Roble tiene un “riesgo potencial de pérdida de conectividad”. Las zonas definidas como de susceptibilidad muy alta son el sector donde está el enrocado (las rocas colocadas por el MOPT para mitigar el oleaje), así como el sector de Playa Nueva (al oeste del Puerto de Caldera), la playa al sur del puente del estero de Mata de Limón, playa Caldera norte (alejándose de la línea de costa) y los acantilados de Roca Carballo.

El informe también incluyó seis propuestas, que ya habían sido presentadas a las autoridades desde el 2013 en el informe “Dinámica Litoral y Propuesta de Actuación Para la Estabilización de Playa Caldera”, del Laboratorio de Ingeniería Marítima y Fluidal (LIMF).

La opción más recomendable, según el Lanamme y el LIMF es construir dos espigones extremos en la playa, y encerrar el sector que presenta mayores problemas con dos espigones más, que lleguen hasta la batimétrica (relieve del fondo del terreno) de 5 metros.

Estas dos estructuras se pueden construir con 250 metros de espaciamiento entre sí y se haría un aporte de arena para que la playa avance aproximadamente 30 metros. La arena que se aportaría puede obtenerse de un bajo ubicado frente a la salida del estero de Mata Limón. Los otros dos espigones ubicados en cada extremo de la playa atraparían la arena que eventualmente se escaparía del sistema producto de las corrientes producidas por el rompimiento del oleaje.

Asimismo, se planteó como opción construir los mismos dos espigones en los extremos de la playa y frente al sector de playa más corto, colocar un dique exento.

Otra alternativa sería colocar 8 espigones con una longitud aproximada de 60 metros cada uno, distanciados 250 metros entre sí. “Esta opción no muestra un cambio importante en las corrientes de rotura en comparación a la playa en su condición actual, por lo que se desecha del análisis”, indicó el Lanamme.

También se propuso desplazar la carretera lejos de la zona problemática, construir un espigón al norte de la desembocadura del estuario de Mata Limón hasta por lo menos a la batimétrica de 10 metros y depositar el material de dragado del puerto en el centro de playa Caldera para así recuperar el ancho de playa previo a la construcción del puerto, señala el documento.

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