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Juan Eduardo Varela es condenado a 22 años y quince días por el homicidio calificado de Jehry Rivera y otros cargos

Tribunal estimó que quedó demostrado que Varela actuó con alevosía. Contra él se dictó una prisión preventiva de seis meses mientras la sentencia queda en firme.

Un tribunal de Pérez Zeledón sentenció esta mañana a Juan Eduardo Varela a 22 años de prisión por los hechos ocurridos el 24 de febrero de 2020, cuando disparó y mató a Jehry Rivera, activista indígena recuperador de tierra del pueblo Bröran de Térraba.

Específicamente, el tribunal emitió una sentencia mínima por el cargo de homicidio calificado de 20 años, más dos años por portación ilegal de arma y 15 días por amenazas agravadas en contra de Melisa Garbanzo.

De momento, contra Varela se dictó una medida cautelar de prisión preventiva, la cual puede extenderse, mientras la sentencia queda en firme.

A través de una transmisión en vivo hecha por la organización ambientalista Ríos Vivos Costa Rica, se pudo apreciar que al leer el “por tanto” de la sentencia el juez Carlos Calderón, presidente del tribunal, dijo que para ese cuerpo juzgador el caso “no ha sido un tema político”, aunque reconoció que se trató de un “problema de peleas de tierras ente personas que se denominan recuperadores y quienes se oponen a ese proceso”.

Entre otras cosas, destacó que “quedó acreditado” que desde el día anterior se había dado hostigamiento en una recuperación de tierra en la que participaba Rivera, y que la valoración de la prueba estableció “inconsistencias que serán analizadas en la sentencia en los alegatos de la defensa”.

Añadió que informes de la policía y del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) no sustentaron la versión ofrecidas por los testigos de descargo ofrecidos por la defensa de Varela.

El juez también destacó que nunca hubo controversia respecto a que Varela disparó a a Rivera y que con ello provocó su muerte, sino que la discusión giró en su alegato de haber actuado en legítima defensa de su hermano.

Informó que para el tribunal esa tesis no se llegó a demostrar y que más bien quedó desacreditada ante “la versión más creíble de Melissa (Garbanzo), único testigo presencial” de los hechos cuyas declaraciones “se corresponden con la prueba”.

Así, el juez dijo que se comprobó que el día de los hechos un grupo numeroso de personas se presentó al sitio donde Rivera, Garbanzo y otras personas llevaban a cabo una recuperación de tierra, que alguien lanzó una piedra que impactó a Rivera en la cabeza, tras lo cual él salió a confrontarlos, Juan Luis Varela, hermano del homicida, fue quien blandió un machete que Rivera logró arrebatar.

Luego el activista Bröran fue golpeado en la cabeza, varias personas lo sujetaron y trataron de hincarlo, “en ese momento el imputado disparó y una de esas balas provocó la muerte”.

El tribunal informo además que al autopsia reveló otras heridas compatibles con la versión de Garbanzo, pero no con la versión de los testigos de la defensa,lo cual llevó a descartar el argumento de la legítima defensa.

Además señaló que el tribunal apreció “inconsistencias importantes” ente los testimonios del propio Varela y el de los propios testigos de descargo y que la versión de “legítima defensa” es “incompatible con el resultado de la prueba científica” que se refirió a los orificios de bala por la espalda y su trayectoria.

Además se consideró que hubo “alevosía”, un elemento que “agrava la conducta y califica el delito”.

“La persona sujetada no representaba ningún peligro”, sin embargo “le dispara y provoca la muerte”, lo cual constituye “una conducta totalmente alevosa a criterio del tribual”.

El día de ayer, luego de que terminó el proceso del juicio, la madre de Jehry Rivera, Digna Rivera tuvo oportunidad de dirigirse al tribunal y reiteró que “sentí que el día que mataron a mi hijo me habían matado a mí, todavía (ese sentimiento) no se quita, todavía está presente, por eso estoy aquí, en esta sala, para pedirle a los jueces, a los fiscales, al equipo de abogados que estoy pidiendo justicia por la muerte de mi hijo y no solamente por la muerte de mi hijo, también por los territorios indígenas, porque creo que es momento de que se tome en cuenta el sufrimiento de los pueblos indígenas”.

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Por su parte, la Coordinadora de Lucha Sur Sur (CLSS) mediante un comunicado consideró la sentencia como “un paso importante contra la impunidad que ha imperado ante las múltiples agresiones y violaciones a los derechos humanos que viven los Pueblos Originarios, sin embargo hay muchos casos pendientes, muchos agresores libres y muchas amenazas contra estos Pueblos que continúan en una vergonzosa impunidad”.

Esa instancia, que agrupa a organizaciones de pueblos indígenas y comunidades campesinas de la zona Sur, sí mostró su inconformidad con que a Varela se le impusieran las penas mínimas de 20 años por el homicidio calificado, dos años por portación ilegal de armas y 15 días por las amenazas, pues “no hay congruencia entre lo que dijo tener el Juzgado por acreditado y las penas mínimas impuestas”, por lo que esa organización dijo quedar a la espera de “la explicación del porqué de las mismas y que las instancias respectivas del Poder Judicial establezcan la responsabilidades penales correspondientes a quienes ofrecieron falsos testimonios por parte de la defensa del hoy condenado”.

En todo caso, el fallo “reafirma y demuestra de qué parte se ejerce la violencia, el odio y el racismo”.

Al mismo tiempo, la CLSS aprovechó la oportunidad para exigir justicia para el líder bribri Sergio Rojas -asesinado en su casa en 2019-, “su familia, el Pueblo Bribri de Salitre y todos los Pueblos Originarios del país”.

“Nos solidarizamos y enviamos un gran abrazo a la familia Rivera y al Pueblo Brörán”, concluye el comunicado.

Aclaración

La reacción de la CLSS fue incluida en esta nota después de hecha la publicación original.

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