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Experto expone estudio del Senara que mostró alto potencial de acuíferos Barva y Colima

 

Un ingeniero experto en hidrología subterránea, que trabajó 20 años en Acueductos y Alcantarillados (AyA), expuso que un estudio contratado por el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas Riego y Avenamiento (Senara) en 2015 mostró el altísimo potencial de los acuíferos Barva y Colima, que abastecen al Valle Central, en contraposición con otro estudio de 2007, que concluyó que estos acuíferos estaban sobreexplotados y debía limitarse su explotación.

El ingeniero Federico Arellano Hartig explicó sobre el tema en el simposio “La paz ante la garantía de un servicio de agua potable de calidad en el Sistema de la Gran Área Metropolitana”, realizado el pasado 13 de marzo en el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica (CFIA) y organizado por la Asociación Costarricense de Recursos Hídricos y Saneamiento Ambiental (ACREH).

Arellano es experto en hidrología subterránea, recurso hídrico e hidrogeología, trabajó durante 20 años en AyA, en el área de acueductos rurales y actualmente es gerente de la empresa Hidrogeotecnia limitada.

Su exposición se tituló “Potencial hídrico de los acuíferos Colima del Valle Central de Costa Rica”, que abastecen a gran parte de la población del Gran Área Metropolitana (GAM).

En la parte superior está el acuífero Barva, que al ser más superficial, está más expuesto a contaminación por actividades de todo tipo. Le siguen el acuífero Colima Superior y luego Colima Inferior.

Los acuíferos son una formación geológica que se hace cuando el agua de la lluvia (agua pluvial) se infiltra en el suelo a través de diversas capas de rocas permeables hasta alcanzar una capa impermeable. En ese momento el agua se deposita entre las rocas subterráneas y es lo que se conoce como agua subterránea. Los pozos de agua subterránea son unas de las fuentes de captación de agua de AyA para abastecer de agua potable a la población.

Sobreexplotación de un acuífero

Arellano explicó que un acuífero es como un gran tanque de almacenamiento. Si le entra agua y se le saca menos agua de la que entra, ese tanque va a mantener sus niveles; pero si se le saca más agua de la que entra, va a ir disminuyendo en el tiempo. De ahí surge el concepto de “sobreexplotación de un acuífero”, que es cuando se le extrae agua al acuífero en una cantidad superior a su alimentación, en un periodo de tiempo suficientemente largo.

En 1983 se había contabilizado que la extracción estimada en el acuífero Colima Inferior era de 1.500 litros por segundo (l/s), refirió el ingeniero.

Posteriormente, en 2007 el Senara publica un informe que señala que la recarga potencial calculada para los acuíferos Barva y Colima era de 9.720 l/s y que la extracción calculada por medio de pozos legales e ilegales (registrados en Senara) al 31 de diciembre de 2006 era de 9.870 l/s; es decir, que se le estaba sacando más agua de lo que le entraba, agregó Arellano.

En 2008, según Arellano, Senara dice que hay que tomar medidas de no permitir más perforaciones, ya que esos datos son una alarma y se publica un mapa de zonas de restricción.

“O sea, a partir de 2013 prácticamente es imposible hacer una perforación en esa zona y le llama zona hídrica especial”, declaró Arellano.

Un nuevo informe

Sin embargo, Arellano indicó que en 2015 se hizo otro estudio del acuífero, usando un modelo más exhaustivo y robusto.

En 2016, el Senara emitió el informe “Evaluación y propuesta de la explotación de las aguas subterráneas utilizando modelación hidrogeológica  y numérica del Valle Central de Costa Rica”, elaborado por el  Programa de Gestión Integrada del Recurso Hídrico (PROGIRH) del Senara y la empresa portuguesa Nemus, con apoyo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Ese informe muestra datos de 18 meses consecutivos de prácticamente todos los pozos de la Valencia, en el acuífero Colima Superior y muestra que mantuvo su condición original, afirmó Arellano.

También declaró que el Manantial Potrerillos, en el acuífero Colima Inferior tenía un caudal de más de 1 metro cúbico por segundo, de “agua cristalina que está cayendo al Río Virilla y estamos perdiendo esa agua”. “¿Entonces dónde está la sobreexplotación?”, cuestionó Arellano.

El ingeniero agregó que ese fue un informe de avance y que el 9 de agosto de 2017 el equipo técnico del Senara le pide a la entonces gerente general Patricia Quirós, que lo someta a la junta directiva.

El informe se socializó hasta el año 2019 y según los resultados del modelo, la recarga de los acuíferos del Valle Central es de 18.611 l/s; la extracción es de 5.479 l/s; y el retorno es de 2.113 l/s (pérdidas).

No obstante, el equipo técnico del Senara recomendó que se mantenga la zona hídrica especial propuesta desde el 2008 y que se mantenga la restricción de perforación, lo cual para Arellano es incomprensible.

“Las zonas hídricas especiales son las que acreditan experiencia de explotación. ¿Por qué el Senara no ha sacado la zona de esa categoría y se acuerda que se mantengan las políticas de restricción?”, preguntó.

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