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En medio de protestas, trabajo en el sector agrícola cae un 18% en el último trimestre

En comparación al año pasado, mientras agricultores se manifestaban a las afuera de Casa Presidencial pidiendo apoyo del Gobierno, se perdieron 12 mil trabajos entre agricultores y trabajadores calificados agropecuarios, forestales y pesqueros

En comparación al año anterior, y de forma paralela a múltiples protestas, el trabajo en el sector agrícola y asociados cayó un 18% en el último trimestre, revela la última Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

En total se perdieron 12 mil trabajos entre agricultores y trabajadores calificados agropecuarios, forestales y pesqueros, el único grupo ocupacional que reporta perder empleos en medio de una constante recuperación en la tasa de ocupación desde la estrepitosa caída que alcanzó el país con la llegada de la pandemia.

La pérdida de trabajo se reporta en los mismos meses en que grupos organizados del sector protestaron a las afuera de Casa Presidencial ante la implementación de la Ruta del Arroz, la intención de unir al país a la Alianza del Pacífico y por la fata de acceso a créditos blandos y otras políticas públicas que impulsen su productividad.

El sector advirtió al Gobierno de la pérdida de empleos a causa de la de políticas como la Ruta del Arroz, implementadas sin antes fortalecer a los pequeños agricultoras para poder competir de forma igualitaria con la importación.

La implementación de la Ruta del Arroz acabó la mitad de la producción arrocera nacional en cuestión de medio año, principalmente la de los pequeños productores, quienes renuncian a la actividad porque se les paga de forma ruinosa sin tomar en cuenta que los costos de producción en el país no son subsidiados en comparación a los productos importados.

Sin embargo, este no es el único sector que reclama abandono político, agricultores organizados también protestaron a final de año demandando soluciones ante la falta de financiamiento a tasas accesibles por parte de los bancos y la ausencia de políticas públicas que les permita hacer frente al importante aumento de precios de los insumos agrícolas a causa de la guerra en Ucrania.

En Costa Rica los agricultores tienen dificultades en el acceso al crédito para sostener su actividad y, principalmente los pequeños agricultores y la agricultura familiar, solo pueden optar por créditos hipotecarios con altas tasas de interés.

La morosidad en la cartera de crédito agrícola está en aumento desde el 2016 y en diciembre del 2021 rompió récord con un saldo agropecuario en riesgo es superior a ₡68.920 millones, lo que representó un 14,3% de la cartera total agropecuaria y un aumento del 3,9% con respecto año anterior, según datos de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa). “Es un tema al que se debe prestar especial atención”, dice el informe de Sepsa.

Sembrar alimentemos es una empresa altamente riesgosa al ser vulnerable al clima y es comúnmente subsidiada en otros países, sin embargo, en Costa Rica se carecen de políticas públicas que fomenten la producción nacional y ante la falta de refinanciamiento la mayor consecuencia, reportan los propios agricultores, es que muchos optan por quitarse la vida ante la presión de los bancos.

La agricultura familiar y los pequeños agricultores son uno de los grupos más vulnerables económicamente y sostienen empleo en zonas rurales de bajos ingresos, indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su más reciente informe de seguridad alimentaria, publicado en diciembre.

Por esta razón, el organismo recomienda su apoyo para beneficio de los consumidores finales (garantizando alimento local y menor impacto de la inflación) así como de las regiones dedicadas a la actividad en donde, de lo contrario, suele aumentar la pobreza extrema, según las estadísticas.

Ante el alto costo de insumos como los fertilizantes que dificultan la sobrevivencia, la Cepal recomienda a los países de la región otorgar subsidios agrícolas y facilitar créditos blandos con tasas amables y orientados a objetivos de resiliencia.

Costa Rica ha apostado por décadas a la apertura comercial y actualmente es altamente dependiente de las importaciones de productos como granos e insumos agrícolas y esto hará que el precio de los alimentos se mantenga alto durante el 2023. El país es en la región el más expuesto a la inflación producto del aumento en el precio de los fertilizantes, revela el informe.

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