Cultura

Un SOS para la Casa Echandi 

“La Casa de Piedra”, como también se le conoce en Puntarenas, presenta un fuerte deterioro, mientras el litigio por los bienes del expresidente Mario Echadi está a la espera de ser resuelto en los tribunales de justicia.

Construida entre 1910 y 1920, la “Casa Echandi” está hoy en ruinas y clama por un SOS inmediato, pues de la edificación solo quedan las estructuras, dado que al estar en abandono se han llevado la mayoría de los materiales y otros fueron destruidos por la lluvia y los indigentes que ingresaban a la vivienda, que fue durante muchos años la casa de verano del presidente Mario Echandi Jiménez, quien ejerció la primera magistratura entre 1958 y 1962.

Al morir el mandatario, el 30 de julio de 2011, hizo que dicha propiedad y toda la cuadra que está cerca de ella pasase a ser la herencia de 13 beneficiarios, que al día de hoy no se han puesto de acuerdo, por lo que la repartición de los bienes se encuentra en una disputa legal en los tribunales de justicia.

1958-1962

Aunque en el año en que murió el expresidente la casa se encontraba en buenas condiciones, su deterioro paulatino la llevó a una situación extrema, según pudo constatar un equipo del Semanario UNIVERSIDAD que visitó, con autorización de Carlos Echandi, uno de los herederos, el inmueble, ubicado contiguo al estero en el centro de Puntarenas, en las cercanía del Banco Nacional.

La edificación nunca fue declarada patrimonio de Costa Rica con base en la ley 7555, aunque Carlos Echandi aclaró que existía, y existe, un consenso por parte de los herederos en donar la casa a alguna institución que se hiciera cargo de ella.

El concejo municipal de Puntarenas en 2017, en la sesión número 86, aprobó una moción del entonces alcalde, Randall Chavarría, para que se le solicitara al Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio un estudio para que declarara la casa con base en la ya citada ley 7555.

No obstante, esa solicitud nunca llegó a Patrimonio y la situación de deterioro continuó hasta el día de hoy, en que los pisos están en muy mal estado  y otros hundidos. En el que parte del techo se desprendió, lo que hace que en invierno por ahí se filtre mucha agua.

Las vigas de madera, a punto de caerse, son otro elemento que demuestra el mal estado en que está la vivienda, que, al estar en medio de la disputa de la herencia del expresidente, no ha sido utilizada por ninguno de los posibles herederos, a la espera de que los tribunales dicten una resolución.

Para la época en que fue construida, la casa era de un esplendor extraordinario, porque era amplia, de dos pisos, y con un sistema constructivo, en concreto armado, que le ha permitido mantenerse en pie durante un siglo.

Hoy la construcción sería ilegal, porque parte de las bases se encuentran directamente en el estero. Para la época, aquello era totalmente aceptable y normal. La casa originalmente era de dos pisos, con un pequeño balcón en la parte de abajo, donde se ubicaban cuatro habitaciones. Además del segundo piso, los dueños agregaron posteriormente un espacio en la parte más alta, desde donde podía contemplarse el estero desde un punto privilegiado.

Esta parte superior también está afectada. Y es que aunque la vivienda fue ofrecida a cualquier institución del Estado que quisiera convertirla en una casa cultural o en un centro de reunión de los puntarenenses, ninguna levantó la mano.

Todavía en 2017 se habla de la posibilidad de que la casa fuera incluida dentro del corredor turístico del cantón central de Puntarenas, pero ni las autoridades municipales, ni las de instituciones autónomas, como el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (INCOOP) o el propio Instituto Costarricense de Turismo (ICT), al final pidieron la palabra para gestionar la donación.

Y mientras la disputa legal que tienen los herederos no se resuelva, la casa continuará con su deterioro, aunque ya es poco lo que puede afectarse, dado a que paredes, techos, sistema eléctrico, parte del zinc y corredores se encuentran en muy mal estado.
Aunque no existe un dato preciso, para una recuperación del inmueble, tal y como se observa en la actualidad, se requerirían al menos unos ₡300 millones.

El enigma, en relación con la edificación, surge porque en los tiempos actuales, en que el Estado restringe gastos, cómo sería posible esa financiación.

Esa es una de las preguntas que se ha hecho la puntarenense Ligia Delgadillo, exfuncionaria de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien desde 2018 ha hecho esfuerzos para conseguir salvar la vivienda, no solo por el simbolismo que representa, al haber sido del presidente Mario Echandi, sino porque el inmueble podría ser utilizado por la comunidad de esa provincia en el ámbito educativo o cultural.

Delgadillo acompañó el viernes 3 de febrero al equipo del Semanario UNIVERSIDAD que visitó la vivienda, con el fin de hacer un último esfuerzo en pro del salvamento de la casa, pero pudo constatar, una vez más, que el deterioro ha sido implacable.

Delgadillo comentó que hubo un acercamiento en el gobierno anterior con el entonces director del Centro de Patrimonio, Diego Meléndez, pero que, aunque el propio funcionario visitó el inmueble, al final no se llegó a ninguna decisión y el tema quedó en el aire.

Hoy, aquella vivienda en la que el presidente Mario Echandi disfrutó de muchos veranos, y que había sido construida por su padre Alberto Echandi Montero, se encuentra prácticamente en ruinas.

Guillermo Barzuna, catedrático de la Universidad de Costa Rica y miembro del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), explicó que la casa “es una edificación  muy ecléctica y valiosa. Predominan signos de un neoclásico en su estructura y del victoriano en los detalles en cornisas  y ventanas”.

A la casa la rodeaba el espejo del estero. Este espacio ya no existe, fue suprimido sin la venia del municipio. (Foto: Cortesía de los herederos de Mario Echandi)

Última década

La última década ha sido nefasta para la “Casa Echandi”, como se le conoce popularmente, y coincide con la muerte del expresidente, quien, entre otras políticas, creó el Servicio Nacional de Aguas, hoy Acueductos y Alcantarillados, así como el Instituto de Tierras y Colonización (ITCO), que posteriormente se denominó Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), que a su vez fue transformado en el Instituto de Desarrollo Rural (INDER).

En la gestión de Echandi se impulsó, también, un plan de construcción nacional de carreteras y fue, además, el período en el que Costa Rica rompió relaciones diplomáticas con el gobierno de Fidel Castro, en medio de la Guerra Fría que afectaba por entonces el mundo y que construyó una visión bipolar, los alineados con Washington y los que estaban con el bloque de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Al alinearse, como el resto de casi todo el subcontinente con excepción de México, con las políticas de Washington, donde Echandi había sido embajador, respondía así a las exigencias del gobierno estadounidense.

El deterioro se ha agravado en los últimos años, como lo muestra esta gráfica. (Foto: Kattya Alvarado)

La casa en la que ‘veraneaba’ el expresidente comenzó su declive con su muerte, porque en 2005 el Centro de Patrimonio le otorgó una distinción a la familia por el buen estado del inmueble. El propio Echandi recibió ese reconocimiento.

Pero los giros del destino hicieron que tras una década a la espera de que los tribunales dicten una sentencia sobre la forma en que repartirán los bienes del exmandatario, el deterioro del inmueble hace pensar que solo un SOS, cuya respuesta ha de ser casi inmediata, podría salvar del olvido y la destrucción a una casa de 250 metros cuadrados, que le dio durante mucho tiempo esplendor al centro de Puntarenas.

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