El Ministerio de Justicia eliminó un área infantil que los niños y niñas utilizaban para visitar a sus padres presos en La Reforma. Un año después de su inauguración, ahora ese parque infantil es un módulo donde duermen 87 privados de libertad.
Desde hace un mes las autoridades de Justicia quitaron los toboganes, subibajas y minicanchas de fútbol para dar paso a camarotes y armarios.
El Gobierno afirma que identificó “un mejor uso de este espacio” y que “por la limitada capacidad de custodia no era utilizado para su fin inicial”.
Este inmueble de 625 metros cuadrados tuvo un costo de ₡435 millones, provenientes de una donación realizada por parte de la Junta de Protección Social y fondos del Patronato de Construcciones, Instalaciones y Adquisición de Bienes, dependencia del Ministerio de Justicia y Paz.
El Gobierno agregó que las órdenes sanitarias del Ministerio de Salud por el brote de paperas en las cárceles impide trasladar presos de un centro a otro. De esta manera, las personas ubicadas en los ámbitos A y B de La Reforma ahora duermen en el antiguo parque infantil. Actualmente residen ahí unas 87 personas, en un espacio para 150.
“Ese grupo se caracteriza por su buena convivencia. Allí duermen privados de libertad que trabajan y estudian. El espacio es ahora un módulo de oportunidades en el que sus moradores firman un acta de compromiso”, afirmó el Ministerio de Justicia en una respuesta a este medio.
En junio de 2018 el Ministerio de Justicia celebró la apertura del parque infantil. Su exdirector afirmó en aquel momento que esta edificación marcaba “un hito” en la ideología de respeto a la dignidad de las personas privadas de libertad y recalcó la importancia de tener un sitio infantil para los menores de edad, hijos e hijas de los privados de libertad.
“La idea de sectorizar la visita de las personas menores de edad se propone con el fin de cumplir con la Convención de la Niñez, en la que se procura que los niños y las niñas que visitan centros carcelarios tengan un espacio diferenciado del resto de la población, en razón de protegerlos, según las circunstancias que se dan en el entorno carcelario”, indicó hace un año Alexis Sánchez, exdirector de La Reforma.
Hacinamiento
La Reforma reporta un hacinamiento del 46%, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Justicia al 30 de julio pasado. Es una cárcel con espacio para 2.195 presos, pero ahí duermen 3.205.
Sin capacidad para construir cárceles nuevas ni reformas a la vista que disminuyan el flujo de ingresos, el Gobierno se ha abocado a exprimir cada centímetro de espacio carcelario para disminuir las cifras de hacinamiento.
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Por ejemplo, en la cárcel de mujeres Vilma Curling, se utilizaron viejas bodegas y espacios de cocina para ingresar camas. También se ingresó un camarote extra en varios dormitorios.
El Gobierno también metió camarotes en la cárcel Reynaldo Villalobos, un inmueble con mayores niveles de libertad y diseñado para una reinserción más efectiva. Esto le permitió trasladar presos de otra cárcel y bajar los niveles de hacinamiento. Sin embargo, un juez ordenó quitar los camarotes extra y reubicar a las 164 personas que ingresó de más.
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