País

Dependencia de importación de 99% del maíz golpea bolsillos de productores y consumidores

Mientras que, entre 1995 y 2021, el precio real del maíz (sin contemplar la inflación) subió un 110%, en lo que se lleva del 2022, la inflación en productos como la harina de maíz han fluctuado entre un 16% y hasta un 29%.

Cuando al país lo llevaron por la senda de terminar importando el 99% del maíz y prácticamente dejar de producir este grano, olvidaron que tarde o temprano provocarían una cascada en la subida de precios de productos y alimentos, que hoy golpea los bolsillos de productores y consumidores.

En el último año, Costa Rica alcanzó una inflación en alimentos del 22,5%, lo que la coloca como la quinta nación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor alza de precios en esta categoría.

La principal razón, coinciden economistas y expertos del sector agroproductivo, es la alta dependencia a importar insumos agrícolas: agroquímicos, fertilizantes, tecnología, semillas y concentrados.

Los derivados del maíz son uno de esos insumos, utilizados en forma de concentrados para alimentar animales, en los que Costa Rica es dependiente: 99% del maíz que se consume en el país es importado, según datos del Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (CIEDA).

“El maíz hace rato que no producimos ni para la olla de carne”, lamentó el economista Leiner Vargas, investigador del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE).

La liberación de este grano falló en cumplir su promesa baja en los precios y llevó la producción nacional al borde de su extinción: entre 1995 y el 2021 el precio real del maíz (sin contemplar la inflación) subió un 110%, pero además solo durante lo que llevamos del 2022 la inflación en productos como la harina de maíz ha fluctuado entre un 16% y hasta un 29%.

La inflación sobre concentrados de maíz u otros insumos inciden en cascada y de forma importante en otros productos, como las carnes (con algunas como las pechugas de pollo con una inflación del 24%) y los huevos (que alcanzaron un 33% en setiembre), según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

El maíz importado proviene de países como Estados Unidos y Brasil, en donde, a diferencia de Costa Rica, se subsidian a los agricultores para garantizar alimentos a menor costo cuando la inflación presiona la economía local y cuyos excedentes son los que se ponen en venta.

“El maíz es baratísimo en Estados Unidos porque es subsidiado y contra eso no pueden competir los productores nacionales, pero resulta que al barco granelero que los trae le compra una asociación y puede salir finalmente hasta tres veces más de lo que valdría el maíz nacional”, explicó  el economista, Welmer Ramos.

Javier Paniagua y Johanna Solórzano, investigadores del CIEDA, analizaron la producción de granos básicos (entre ellos maíz) a nivel internacional en los últimos 26 años y concluyeron que los países apuestan por un balance entre la producción nacional y la importación.

“Son más los países que deciden producir localmente, pero Costa Rica no es uno de ellos, a pesar de que hay clima, suelos y capacidad humana para alcanzar rendimientos por encima del promedio lo que se requiere es voluntad política”, dijo Paniagua.

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