Cultura

El cambio generacional es inminente: ocho músicos más de la Orquesta Sinfónica Nacional se pensionan

El retiro de los 8 músicos tras el concierto del pasado domingo en el Teatro Nacional se enmarca en un proceso de cambio generacional de la Orquesta Sinfónica Nacional, el cual empezó en 2017 y ya suma la jubilación de aproximadamente 30 integrantes.

Con dos conciertos el pasado 1 y 3 de diciembre en el Teatro Nacional, la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) le dio el adiós a su director durante diez años, Carl St. Clair, y a ocho de sus músicos, quienes se acogieron a su pensión. 

Los integrantes que se retiraron de la agrupación Benemérita son Mario Rodríguez (violín), Lidia Duverrán (violín), Sonia Barth (violonchelo), Jaime Del Valle (violonchelo), Alejandra Solís (contrabajo), Marvin Araya (clarinete), Enid Ulate (piccolo) y Manuel Mora (corno francés).

En el recinto que por 40 años fue su lugar de trabajo, se cerró el telón con la certeza de que la próxima vez que se abra al público será con al menos ocho caras nuevas en la alineación del grupo.

“Debo agradecer profundamente a los músicos y profesores que nos han informado acerca de su pronta jubilación. Gracias por su dedicación, compromiso y enseñanzas a lo largo de sus carreras”, declaró Ricardo Chaves, director general por recargo del Centro Nacional de la música.

Chaves explicó que el retiro de estos 8 integrantes forma parte del ciclo de bajas más amplio en la Orquesta Sinfónica Nacional, el cual empezó en 2017 y ya suma un total de 30 integrantes pensionados.

Mario Rodríguez es uno de los músicos que decidió acogerse a su pensión. Formó parte de la primera generación de la Orquesta Sinfónica Juvenil en 1972 y su primera participación oficial con la OSN fue en 1981.

Según afirma, él, como la mayoría de los integrantes que se acogen a su pensión, lo hizo debido al cambio en las condiciones del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), que entrará a regir en enero del próximo año y que, entre otros aspectos, elimina la posibilidad del retiro adelantado para los hombres.

En esto coincide con Alejandra Solís, la primera mujer contrabajista profesional en la historia de la Orquesta Sinfónica y que tuvo una carrera de cuatro décadas en la agrupación. Solís confesó que, aunque deseaba continuar aportándole a la OSN, la reforma al IVM no le dejó otra opción.

“Me forzaron a adelantar mi pensión. La Orquesta, y en especial la música, es el amor de mi vida, pero con estas circunstancias que tenemos con la Caja Costarricense del Seguro Social nos tocó retirarnos a varios”, afirmó la contrabajista.

Rodríguez se posicionó consternado por la crisis que atraviesa Costa Rica en materia de inversión en cultura y educación, y afirmó que, en los últimos años desde el sector político, se han tomado medidas que dejan en una situación crítica a la Orquesta Sinfónica.

“A mí siempre me inculcaron que un país sin educación y cultura es solo una gran finca. En el momento en que se dejó de invertir en estos sectores, comenzó la decadencia social y la situación de inseguridad que estamos viviendo”, comentó el violinista.

Ambos músicos están de acuerdo en que en el país existen músicos de alto nivel con la capacidad de asumir los puestos vacantes en la agrupación, pero manifiestan especial preocupación por la limitación presupuestaria y el nivel de compromiso que puedan desarrollar con la institución los nuevos miembros.

“Cuando se escucha que le van a rebajar tantos millones a la orquesta, es normal desmotivarse y andar con el corazón en la mano porque no se sabe qué va a pasar; pero yo tengo fe en que si pasa algo que los haga sentir cabizbajos busquen dentro de sí la motivación, que es la música”, agregó Solís.

Tras la no recontratación de Carl St. Clair, la institución deberá afrontar esta renovación de planilla sin un director establecido, y el proceso para elegir al nuevo empezará hasta enero del 2024. 

Solís aseguró que el cambio generacional debió preverse desde el año pasado, empezando por “traer un montón de directores invitados” para ver “quién tenía mejor química con la orquesta” y posteriormente nombrarlo sustituto de St. Clair. 

La artista asegura que este será un rol trascendental y que, si la Sinfónica desea sortear con éxito este reto, deberá contratar un director cuya labor tenga un arraigo mucho más fuerte en el país.

“Yo creo que la institución necesita una dirección musical muy eficiente, alguien que ame a la orquesta, que se involucre de manera consciente y no que solo venga a dar conciertos en el país”, aseveró.

Solís comentó que tras su retiro “no se quiere sentar en una poltrona” y buscará mantenerse activa en la música, así como en el ámbito académico, llevando cursos en distintas instituciones. Además, confesó su deseo de aprovechar esta nueva etapa para “seguir cultivando” sus amistades y familia.

Por su parte, Rodríguez manifestó que su jubilación le brindará la oportunidad de focalizarse más en su faceta como artista plástico, en la cual desarrolla la técnica de acuarela y la pintura de piezas de porcelana. También mencionó que ya ha recibido ofertas para integrar agrupaciones de “Música de cámara”.

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