Universitarias

Universidades estatales produjeron el 78% de la investigación publicada en las últimas dos décadas

Por sí sola la Universidad de Costa Rica aportó el 58,5% de la producción de conocimiento en ciencia y tecnología. La Universidad Nacional contribuyó con el 15,5% y el Instituto Tecnológico de Costa Rica el 6,44%. 

Las universidades estatales realizaron el 78% de la investigación publicada entre el 2000 y el 2021, en las áreas científico-tecnológicas, ciencias exactas y naturales, ciencias de la salud, ciencias agrícolas, e ingenierías y tecnologías, de acuerdo con los datos del portal Hipatia del Programa Estado Nación.

Por sí sola, la Universidad de Costa Rica (UCR) aportó el 58,5% de la producción en conocimiento de ciencia y tecnología, con 6.185 artículos publicados. Seguidamente, la Universidad Nacional (UNA) contribuyó con el 15,5%, de 1.648 investigaciones y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) aportó el 6,44% con 681 publicaciones.

Dentro de las otras instituciones que aportan a la investigación publicada, resaltan el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBIO), el Hospital Nacional de Niños (HNN) y el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) (Véase Tabla principales instituciones productoras de conocimiento científico en Costa Rica).

PIB de investigación en Centroamérica

A nivel centroamericano, Costa Rica mantiene el más alto porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) en investigación y desarrollo. Por ejemplo, en el 2017, el año más reciente disponible en el portal de Hipatia, el país obtuvo un 0,42% del PIB, superando así a El Salvador (0,18%), Guatemala (0,03%), Honduras (0,04%) y Panamá (0,15%).

Además, en cuanto a los últimos diez años disponibles en el sitio del Programa Estado la Nación, Costa Rica vuelve a superar en gran escala a sus países vecinos centroamericanos (Véase gráfico porcentaje del PIB en gasto en investigación y desarrollo, en Centroamérica 2007-2017).

No obstante, en la escala global, Costa Rica mantiene un porcentaje bajo del PIB en investigación, en comparación con potencias mundiales como Alemania, Japón y Países Bajos. Según los datos del Banco Mundial, para el 2017 las potencias consolidaron 3,05%, 3,17% y 2,18%, respectivamente.

Asimismo, en cuanto a la inversión que América Latina realizó para ese mismo año, una región que se caracteriza por bajos niveles destinados a la ciencia, el país se encuentra por debajo de Brasil (1,12%), Argentina (0,56%) y Uruguay (0,45%), aunque por encima de Chile (0,36%).

Pero sin duda, como explican los propios investigadores universitarios, si no fuera por el aporte de las universidades públicas del país, los datos de Costa Rica serían prácticamente inexistentes en comparación con el mundo.

Contribución de la investigación

Marino Protti Quesada, geólogo, sismólogo y geofísico, expresó a UNIVERSIDAD que las universidades públicas producen el “fuerte” de las investigaciones científicas en Costa Rica. Por ejemplo, nadie se cuestiona a dónde pertenece un centro de investigación como el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) cuando ocurre un sismo o simplemente tiembla en el país. El rol del Ovsicori es fundamental en la prevención de riesgos y mitigación de los desastres causados por los eventos naturales.

En un artículo de opinión, el investigador aportó que el Observatorio opera “una de las redes de control geodinámico más densas del planeta”, con la cual logran reportar más de 1.000 sismos al mes y han detectado más de 200.000 sismos en alrededor de cuatro décadas.

Tampoco, nadie se pregunta cuando los trabajadores agrícolas son mordidos por una serpiente y reciben de inmediato el suero antiofídico, que también protege a otros agricultores en países desarrollados y subdesarrollados. Ese suero procede del Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la UCR que trabaja en la búsqueda de soluciones para las mordeduras de serpientes, al estudiar la biología de los reptiles, la composición y mecanismo de los venenos, y la tecnología para combatirlos.

En Costa Rica surgen entre 500 y 600 casos de mordeduras por año, de las cuales fallecen entre cero y tres personas. Por tanto, la función del Clodomiro Picado es vital, al distribuir 100.000 frascos de suero antiofídico a nivel nacional e internacional, de los cuales se benefician entre 10.000 y 20.000 personas.

Además, el ICP distribuye los sueros a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), desarrolla un programa activo dirigido a las comunidades en alto riesgo de recibir mordeduras y capacita al personal de salud para el tratamiento correspondiente a la mordedura de una serpiente.

Las universidades hacen productos o dan servicios derivados de sus procesos de investigación a través de tecnologías licenciables que se transfieren al sector privado, con el objetivo de promover un retorno económico y social a nivel del país. Tal es el caso del software para la gestión pecuaria de fincas a cargo de la UNA, o la producción de plantas del bambú in vitro creado por la UCR.

En el Instituto Tecnológico se gestó el lanzamiento al espacio del primer satélite artificial centroamericano bajo el proyecto Irazú, mientras la UNED ha venido trabajando investigaciones sobre el tema de salud mental en el país, entre muchas otras.

La lista de ejemplos, para los investigadores, es muy larga y no se puede dejar de citar los estudios hechos en salud mental desarrolladas por el Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo y otros centros de la institución, producto del impacto de la pandemia por COVID-19.

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