Universitarias Conectados al Sur: Costa Rica 2018

Tecnologías digitales: la piedra en el zapato de la enseñanza en Costa Rica

La alfabetización en nuevas tecnologías e Internet no trata solo de generar programas de formación para escolares, sino también para docentes y padres.

En el Liceo Rural Kabe Bata en Alto Quetzal hay un laboratorio de computación que no se puede utilizar. A 120 kilómetros, en Alajuela, hay un grupo de adolescentes con discapacidades cognitivas que aprenden a utilizar programas de ofimática, y a solo 13 kilómetros de ellos, en el Colegio Humanístico de Costa Rica, los estudiantes hablan de inteligencia artificial.

Esta brecha en acceso y uso de tecnologías digitales es uno de los retos más grandes dentro de las aulas costarricenses, las cuales son además un punto de encuentro de falencias relacionadas con los procesos de alfabetización de estas temáticas que todavía no se logran sanar.

Esta discusión es parte del Simposio “Conectados al Sur: Costa Rica 2018”, un evento que reunió a expertos de más de 15 países entre el lunes 15 y martes 16 de enero en la Sede de la Fundación Omar Dengo en San José, con el objetivo de discutir sobre los grandes desafíos que rodean la inclusión de los niños, niñas y adolescentes en el mundo digital.

En su tercera edición regional, este simposio reunió a más de un centenar de académicos, activistas, filántropos, funcionarios gubernamentales, miembros de la sociedad civil y representantes de compañías de tecnología tales como Google y Facebook.

A este simposio se traen también los resultados de una serie de talleres realizados en los países participantes, dirigidos a investigar el acceso, uso y apropiación de tecnologías digitales en niños, niñas y adolescentes.

En el caso de Costa Rica, estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (ECCC) de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizaron 14 talleres a lo largo del territorio nacional, en los cuales entrevistaron a 200 adolescentes con edades entre los 12 y 17 años, incluyendo poblaciones tradicionalmente excluidas como personas con discapacidades funcionales, afrodescendientes, indígenas y LGBTIQ.

“El Estado Mundial de la Infancia 2017 de Unicef nos muestra que uno de cada tres usuarios de Internet en el mundo son menores de 18 años. Desde esta perspectiva, el acceso y uso de la tecnología es y debe ser un derecho esencial para promover el ejercicio al derecho a la participación y de ciudadanía digital en el marco del uso positivo y responsable de la tecnología e inclusión de niños, niñas y adolescentes a la economía”, expresó Gordon Jonathan Lewis, Representante de Unicef-Costa Rica y coorganizador del Simposio.

Sin embargo, algunos centros educativos han asumido el reto de implementar propuestas educativas con nuevas tecnologías, desde el uso de dispositivos móviles hasta el aprovechamiento de los laboratorios de informática de una forma mucho más integra; aun cuando sus docentes y padres de familia de sus estudiantes no tienen los conocimientos necesarios en el tema de las tecnologías digitales.

En Costa Rica, la Sala Constitucional declaró en la sentencia No. 10627 del 18 de junio del 2010 que el acceso a Internet es un derecho humano fundamental, al considerar a este un instrumento indispensable para el ejercicio de la libertad de expresión y participación ciudadana en la sociedad de la información.

No obstante, proyectos para llevar Internet de banda ancha a las escuelas más alejadas del país, como es el caso de las cinco licitaciones que creó en el 2013 el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) para llevar Internet de banda ancha a 485 centros educativos ubicados en Guatuso, Los Chiles, Upala, San Carlos y Sarapiquí, no han logrado ser efectivos.

Para este proyecto, Fonatel destinó $14 millones, pero una investigación de UNIVERSIDAD, demostró que el 45% de los centros educativos que deberían tener Internet funcionando normalmente, ni siquiera están conectados todavía.

Ver también: https://semanariouniversidad.com/pais/desconectados-del-presente/

El Estado de la Educación 2017 también destaca falencias que se deben atender de forma inmediata, como por ejemplo el hecho de que los docentes poseen niveles bajos de aprovechamiento de las tecnologías en sus lecciones, aun cuando se ha confirmado que entre mejor acceso a tecnologías tenga el estudiantado, se desarrolla un mayor aprovechamiento del proceso educativo.

“En términos generales, se encuentra que el tipo de uso que hacen docentes y directores corresponde a uno básico, y que una mejor apropiación de estos mejoraría los distintos procesos en los que están inmersos. En aquellos centros donde hay un mayor acceso a este tipo de herramientas, también se presenta un mejor aprovechamiento por parte de los estudiantes”, concluye el estudio.

En el caso de los laboratorios, el informe detalla que solo un 37,9% de los centros cuenta con uno de informática y menos del 5% de otro tipo (por ejemplo, de ciencias).

Desde una óptica más amplia, datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en su Encuesta Nacional de Hogares (Enaho 2017), indican que a nivel de acceso a tecnologías, los hogares costarricenses tienen una penetración del teléfono celular en un 95,8% de la población, algo que se mantiene en ese promedio total, tanto a nivel rural como a nivel urbano.

La Enaho 2017 indica que en las zonas urbanas, la mayoría de hogares tiene acceso a más de dos dispositivos celulares por hogar (43,4%), mientras que en las rurales la mayoría tienen acceso a dos dispositivos (37.1%) por hogar.

En el caso del acceso a computadoras, un 46,3% de los costarricenses tienen una PC en su casa, pero al segregar este dato, se observa que en los hogares urbanos, la presencia de este dispositivo alcanza el 52,6% de los hogares, mientras que a nivel rural solo un 29,9% tiene esta posibilidad tecnológica. En el caso de dispositivos como la tableta, este comportamiento entre las poblaciones rurales y urbanas es relativamente similar.

A nivel de conectividad a Internet, en zonas rurales se conectan a Internet por medio de dispositivos móviles (67.5%) y en el sector urbano es por cable (45,8%, contra un 33,3% por medio de dispositivos móviles).

Enseñarle a jóvenes

Uno de los temas de discusión durante el simposio fue: ¿cómo puede un padre de familia o un docente enseñarle sobre tecnología a un niño o adolescente si estos ya son nativos digitales y van más adelante que ellos?

Gordon Jonathan Lewis, representante de Unicef-Costa Rica, considera que se deben promover políticas y programas nacionales que permitan que los padres puedan acceder a cursos gratuitos en las escuelas y en las comunidades, especialmente, en aquellas más vulnerables o alejadas, donde aprendan los diferentes programas y plataformas digitales que existen.

“En la medida que los padres y cuidadores conozcan y accedan a las nuevas tecnologías e Internet, ellos tendrán más conocimientos para poder orientar a sus hijas e hijos en los beneficios y riesgos de la tecnología, pero también podrán acceder a mayores recursos para mejorar las condiciones de vida de sus niños, niñas y sus familias”, expresó Lewis.

En el Ministerio de Educación Pública (MEP) tienen ideas similares. Karla Salguero, directora de recursos tecnológicos, consideró que debe existir una “formación inicial permanente y continua desde las instituciones mediante programas comunitarios”, así como la inclusión de estos temas en las programaciones curriculares de las universidades.

Salguero señaló que es necesario implementar “escuelas para padres” para incentivar la formación continua y que estos puedan colaborar en la educación de sus hijos. Además, opina que se debe hacer partícipe a los estudiantes y padres de familia de  emprendimientos educativos con tecnologías digitales móviles que vengan desde los centros educativos y que puedan impactar a futuro el desarrollo de sus comunidades y, por ende, del país.

De acuerdo con Lewis, lo ideal es que las niñas, niños y adolescentes tengan el acompañamiento en cada una de las etapas de su desarrollo de acuerdo con sus capacidades e intereses.

Para este aprendizaje y aventura en el mundo digital, es de vital importancia que los jóvenes manejen conceptos básicos tales como educación, tecnología, respeto hacia sí mismo y otros, lo público y lo privado, así como los efectos positivos y negativos del uso de las plataformas tecnológicas, dice Unicef.

En Costa Rica, el MEP ha incrementado la inversión en equipamiento tecnológico mediante el Plan Nacional de Tecnologías Móviles (PNTM) en centros educativos de zonas de índice de mayor vulnerabilidad social y en todos los niveles y modalidades educativas, ya sean de acceso universal, rurales, indígenas, Cindeas, entre otras.

Además, el Programa incluye esfuerzos para que los estudiantes, educadores y sus comunidades tengan acceso a tecnologías digitales móviles y conexión a Internet para enriquecer la comunicación y los aprendizajes del estudiantado.

A esto, Salguedo agrega que “las tecnologías digitales se convierten en herramientas que enriquecen los procesos de mediación pedagógica y andragógica, aprovechando todas y cada una de las experiencias cotidianas e impactando en las comunidades en aspectos tales como lo socioeconómico y educativo de manera integral”.

Sin embargo, es también necesario que se amplíe la visión de las tecnologías digitales como un fin y se empiece a ver como un medio para llegar a nuevos horizontes.



Ezequiel Passeron, El Faro Digital Argentina

“Los adultos debemos arriesgarnos a aprender junto a los jóvenes”

Valeria López Sedó

[email protected]

Ezequiel Passeron, El Faro Digital ArgentinaEn Argentina, la organización no gubernamental El Faro Digital es un colectivo multidisciplinario para la construcción y promoción de la ciudadanía digital. Su director ejecutivo, Ezequiel Passeron, fue uno de los expositores y organizadores del simposio Conectados al Sur, realizado el pasado 15 y 16 de enero en la Fundación Omar Dengo.

UNIVERSIDAD conversó con él sobre cómo adaptar la alfabetización digital a los intereses y necesidades actuales de los jóvenes de la región.

¿Están funcionando para los jóvenes los procesos de democratización de tecnologías digitales?

-En América Latina tenemos un panorama de apropiación muy alto, cada vez más, ya sea porque bajaron los costos de los dispositivos o también por iniciativas de los gobiernos para poder empoderar a través de computadoras o tablets, pero principalmente a través de los smartphones hay un gran porcentaje de acceso y una gran apropiación.

Ahora bien, hay que separar lo que es el uso social o el uso de entretenimiento de un uso más creativo y un uso más productivo. Ahí es donde me parece que está el gran desafío.

¿Qué hace un docente o padre de familia para enseñarle sobre tecnología a un nativo digital, cuando estos ya van adelante de ellos?

-Lo más interesante está en construir metodologías ágiles para el trabajo de los jóvenes. Vivimos en una sociedad actual muy impactados por lo digital y nuestra atención es algo verdaderamente fundamental. Entonces me parece que es importante buscar dinámicas donde los chicos no pierdan el interés, porque realmente es un gran objetivo hoy en día; además de crear estas metodologías y poder incluir a los jóvenes y hacerlos participar para que se sientan parte del proceso y que no sea solamente una inducción vertical, sino la construcción de un conocimiento más horizontal es lo que, a mi entender, mejor va a poder hacer este proceso de aprendizaje.

Uno puede recibir la información pero cuando uno puede poner las manos en la masa y uno puede experimentar es más integral el aprendizaje y el empoderamiento del joven.

¿Cómo eliminar el mito de que Internet es solo para ocio y no una oportunidad económica y laboral en sí misma?

-Nosotros desde Faro Digital planteamos que Internet no puede ser un fin en sí mismo, sino que lo tenemos que tomar como un medio. Muchas veces se pregunta si la computadora en el aula sí o no, si el dispositivo en el aula sí o no, y a nosotros nos parece bastante básica esa disyuntiva y queremos quitar el nombre que le pongamos, Internet o dispositivos o lo que sea, para poder verdaderamente hacer foco en lo que hay dentro y en este potencial.

Yo pienso que como adultos tenemos que quitarnos los miedos a lo desconocido, esto es algo mucho más psicológico, y poder arriesgarnos a seguir aprendiendo como adultos junto con los jóvenes y hacernos cargo de la educación de ellos también, porque me parece que siempre tomamos a la tecnología como un chivo expiatorio y que todos los problemas sociales que suceden son por culpa de la tecnología, pero muchísimas de las cosas que pasan en Internet son cuestiones sociales, son cuestiones educativas, culturales. Entonces, me parece que hay que mirar con los dos ojos y de frente cuál es el gran tema acá, que es: ¿cómo acompañamos a los jóvenes?, ¿cómo hacemos para construir junto con ellos un mundo mejor para ellos y para las generaciones que vengan? Y me parece que es quitando el foco de definir a Internet o a lo digital como un fin, tiene que ser un medio para.



 

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