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Oídos necios

¡Cuánta cosa hay que oír solo por salir con las orejas puestas!, se quejaba una voz popular.

En la calle…

Samaria González Agüero

Aforismo y apotegmas

2017

¡Cuánta cosa hay que oír solo por salir con las orejas puestas!, se quejaba una voz popular. Pero cuánto se pierde por taparse los necios oídos y dejar pasar el mundo, como si no fuera conmigo.

Este libro es una compilación de voces populares expresadas de formas diversas, sueltas, ajenas de discurso o contexto, o bien discursos en sí mismas. Como presentación dice la autora Samaria González: “Me gusta cuando la gente espontáneamente lanza su verdad, se pronuncia, refleja sus experiencias de vida.”

Más adelante agrega como para explicar su gestión: “Igual que me gusta caminar sobre las hojas secas y oír el alegre chisporroteo de fuego que exhalan, así también disfruto al atrapar la chispa que se escapa de las expresiones que escucho, ¡en la calle, en el mundo!”

Como lo deja ver la autora, por un lado, esta compilación tiene una percepción atenta del entorno, por el otro, un gran sentido poético.

El sociólogo Marvin Rodríguez comentó sobre el libro:

“la observación y la capacidad de maravillarse son dos rasgos muy presentes en el libro y hace eso que este libro se parezca en alguna medida con la tradición etnográfica también (…). Sami a su manera es una especie de etnografía urbana contemporánea de Costa Rica.”

A continuación algunos extractos más de las palabras con que Rodríguez se refirió al libro en su presentación:

“Cada vez la gente vive más aislada, entonces cuando alguien escribe un libro que se llama En la Calle…verdaderamente es provocador.

Y entonces cuando uno habla de En la Calle… y habla de volcar la mirada a la calle, y habla de volcar la mirada a la vida cotidiana urbana,  verdaderamente es provocador, porque significa que en ese espacio están ocurriendo cosas que es valioso recuperar, que es valioso documentar, y eso justamente es la virtud que tiene el libro de Sami, casi que coleccionar, prepararnos un inventario de todos esos elementos, de todos esos artefactos culturales expresados en el lenguaje, ya sea a través de un dicho, ya sea a través de una conversación escuchada de manera subrepticia, casi como un fisgón, o a través del grafiti, o a través de un rótulo, o a través de un montón de elementos que están presentes en el espacio urbano.

¿Y cuál es la otra virtud que tiene este libro? Bueno, que justamente a través de estos artefactos culturales, que Sami va recolectando y que va coleccionando y que pone a nuestra disposición en este libro, podemos ver el clima de época, podemos ver el sentir y es casi como una traducción del inconsciente colectivo, de eso que la gente no expresa a quien debiera expresar, algo del costarricense y que es parte de nuestra idiosincrasia es esa imposibilidad de decirle los asuntos a la persona a quienes les afectan o les corresponden esos asuntos. Es muy interesante que Sami, por ejemplo, recupera reclamos de pacientes de la Caja que deberían de ir a la Contraloría de Servicios o deberían de ir al médico o al asistente oficinista que te hizo mala cara o te trató mal, y en vez de eso se lo expresan a otro usuario, por qué, bueno porque con el usuario yo me puedo desahogar y nada va a pasar, o la mujer que se queja también de su marido en una relación, pero no se queja necesariamente con esa persona, o cuando un taxista se queja de los congestionamientos viales, de los políticos y así por el estilo. Entonces es bien interesante que es una clase de sicoanálisis social de un inconsciente que está ahí latente, ese malestar que está latente pero que no nos atrevemos a expresar y a manifestar por las vías adecuadas, por las vías institucionalizadas podríamos decir, y en ese sentido es bien particular el interés que Sami tuvo por el grafiti.

En síntesis, el libro se lee con mucho gusto, a mí me sacó varias carcajadas, acá de las cosas que recuerdo en cuanto al clima de época había una frase que decía : “Ahora como estoy en Facebook , no he podido volver a la iglesia los domingos.”

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