Inteligencias Cápsula:

La frecuente confusión entre variedades vegetales y transgénicos

Eric Mora, docente de la Escuela de Agronomía, Manuel Flores, gestor de Proinnova, señalan percepciones que son erróneas, pero comunes cuando se habla transgénicos

Entre las discusiones científicas que trascienden a la opinión pública, es común que algunos términos no sean bien entendidos del todo, pese a que se hable mucho de ellos, como sucede con las “variedades vegetales” y las “variedades transgénicas”.

Eric Mora es docente de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Costa Rica (UCR) y su campo de especialización es el mejoramiento genético. Según su opinión, la diferenciación de los términos se ha vuelto de mayor importancia debido a las connotaciones que puedan tener ambos conceptos en la población.

“Para algunas personas las variedades transgénicas tienen una connotación negativa y piden que el consumidor tenga derecho a saber cuáles lo son y cuáles no”, explicó Mora.

Según su punto de vista, uno de los factores que generan confusión entre ambos términos es, principalmente, que las variedades transgénicas siempre son parte de las variedades vegetales mejoradas genéticamente, pero las variedades vegetales mejoradas genéticamente no son necesariamente transgénicas.

Ello quiere decir que las variaciones genéticas transgénicas (en las que se adhiere genes externos a las plantas) siempre producen nuevas variedades vegetales, pero que no todas las variedades vegetales mejoradas genéticamente son producto de implantaciones de nuevos genes en ellas.

Para Manuel Flores, gestor de ciencias agroalimentarias y salud de la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova), los términos de “variedades vegetales mejoradas genéticamente” y las “variedades transgénicas”, a pesar de representar conceptos totalmente diferentes, se prestan para confusiones.

Para el experto, el error es consecuencia de la falta de información que tienen las persona sobre el tema “Es necesario obtener información objetiva para poder crear un criterio más acertado”, subrayó Flores sobre este punto.

Percepciones erróneas

Para Mora, de la Escuela de Agronomía de la UCR, una de las percepciones más equivocadas en la población es la de que “todas las tecnologías modernas utilizadas en el mejoramiento genético vegetal conllevan al desarrollo de variedades transgénicas”, sin tomar en cuenta que, como señala Flores también, las variedades mejoradas genéticamente son todas las que el ser humano ha tomado de la naturaleza y modificado (aunque sea de maneras tradicionales).

Para el agrónomo Mora, es común que la población olvide que existen herramientas moleculares que trabajan con el ADN de las variedades vegetales para monitorear procesos de mejora convencional, pero sin generar inserciones de genes externos en ellas.

Precisamente, sobre este punto, Flores, de Proinnova, destacó que las modificaciones pueden darse también mediante técnicas como la selección, los cruces, la hibridación, la mutación inducida, las técnicas de cultivo in vitro, entre otras.

“Incluimos en esta definición prácticamente toda las variedades de plantas que consumimos desde el maíz criollo (seleccionado por los indígenas) hasta variedades de alto rendimiento como tomate, chiles, cebolla por mencionar algunos (en este caso son empresas u organizaciones que se dedican a mejorar las variedades)”, explicó.

Sobre las diferencias entre ambos métodos, Flores subrayó que el punto clave es la inserción o no inserción en las plantas de genes externos a ellas (de otras especies como plantas, animales, bacterias, etc.).

“En las variedades vegetales mejoradas por medios convencionales aunque se está modificando la expresión de los genes, no se introducen genes “externos” al ADN de la planta. En las variedades vegetales transgénicas se introduce ADN que no es propio de la planta” apuntó Flores.

Proyectos gestionados por la UCR

Según Flores, actualmente Proinnova gestiona proyectos únicamente relacionados con las variedades de plantas mejoradas a través de métodos convencionales, en productos como la papaya, el chile dulce, el tomate, la papa y el maíz.

“Estas variedades tienen la ventaja sobre las variedades importadas pues al ser mejoradas en las condiciones agroclimáticas de Costa Rica están mejor adaptadas, por lo tanto son más productivas, más resistentes a enfermedades o plagas, lo que con lleva menor uso de agroquímicos”, entre otras ventajas explicó.

 

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