Inteligencias Se trata de una tarjeta para identificar billetes y una guía de firmas

Diseños innovadores buscan que el turismo sea más accesible

Con la creación de estos dispositivos, la UCR apuesta por mejorar la accesibilidad de las personas con discapacidad visual en todos los rincones del país.

El turismo es algo de lo que todas las personas deberíamos poder disfrutar sin ningún tipo de distinción, pero no ha sido así. Ante esta situación surgió la necesidad de hacer que la experiencia turística fuera más accesible, mediante un turismo diseñado y creado para que todas las personas —sin importar su condición o edad— puedan disfrutar en igualdad de condiciones de todos los servicios.

La Universidad de Costa Rica, a través de Proinnova, estrecha alianzas para hacer llegar las innovaciones a todos los rincones del país. Ese es el caso de la alianza con el ICT y la Red Costarricense de Turismo Accesible. (Foto: Proinnova).

Como una manera de impactar a este sector, se creó una alianza entre el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), la Universidad de Costa Rica (UCR) —desde Proinnova— y la Red Costarricense de Turismo Accesible para apoyar a la población en condición de discapacidad visual.

“Tener un turismo accesible no solo se trata de pensar en cumplir una ley. Es ir más allá”. Stephany Sheehy, Red Costarricense de Turismo Accesible.

Yorleni Campos, gestora de Innovación de Proinnova, comentó que hace varios años apoyaron un proyecto de innovación social cuyo resultado fueron dos dispositivos creados por Eric Hidalgo, investigador de la Escuela de Artes Plásticas. El primero consiste en una tarjeta escalonada para la identificación de billetes para que las personas ciegas puedan reconocer la familia de estos. También se creó una guía para firmas, la cual es un diseño mejorado, porque las que existían en el país tenían algunas debilidades y estaban agotadas.

Con el sueño de que estos dispositivos llegaran a todas las regiones del país, desde Proinnova y el ICT —que ya tenía los dispositivos en sus instalaciones para uso de funcionarios y turistas—, contactaron a la Red Costarricense de Turismo Accesible y, cumpliendo con la esencia de la innovación de la UCR, se amplió el alcance de estos inventos.

En un inicio, ambos dispositivos no estaban pensados para ser utilizados en el sector turístico, pero la innovación resultó útil para otros, por lo que el público meta se expandió. “Estos dispositivos los pueden usar otras personas, el público meta se abre y la segmentación se amplía, entonces es súper importante la creación de alianzas”, dijo Campos.

Proinnova se esfuerza en lograr que esta guía de firmas llegue a instancias que promuevan el turismo accesible. (Foto: Proinnova).

“Todas las personas manejamos dinero, a todas nos gusta turistear de una manera u otra, y que bonito es tener acceso a servicios de turismo de una forma que uno pueda estar seguro y sacando el máximo provecho”, continuó la gestora de Proinnova.

De igual manera, Campos resaltó la importancia de este tipo de alianzas, ya que estas permiten que la innovación llegue a otro nivel. Con las alianzas público-privadas (entre gobierno, academia y sector productivo) se fortalecen los sistemas de innovación.

Alianzas

Proinnova apoya a los investigadores de la UCR que están trabajando en algún proyecto con potencial innovador para que este no se quede solo en un artículo científico. El propósito  es que esa innovación, derivada del conocimiento, llegue a la mayor cantidad de usuarios o compradores, esto en el caso de que sea un producto con potencial para la generación de ingresos.

De igual manera, Proinnova apoya en la creación de alianzas estratégicas para impactar a la mayor cantidad de usuarios posibles gracias a los productos, así como establecer nuevos proyectos con potencial innovador según la sociedad lo requiera.

En este caso específico, la UCR hizo los productos de diseño, el ICT conectó con su conocimiento en un campo específico (turístico) y la Red Costarricense de Turismo Accesible fue el aliado privado en distintas zonas del país.

“Este es un ejemplo ilustrativo sobre cómo la innovación no funciona solo a través de un actor. Al final, la innovación es versátil, llega donde se necesita. Nosotros hicimos una distribución de dispositivos al ICT y a la Red Costarricense de Turismo Accesible. Son productos de diseño accesible que la Universidad viene hace varios años trabajando en hacerlos llegar a la población ciega”, destacó Campos.

Esto demuestra que la innovación, que nace en un contexto específico, puede llegar a distintas esferas gracias a las alianzas que hace Proinnova.

Según Stephany Sheehy, de la Red Costarricense de Turismo Accesible, el trabajo con la UCR permite educar, informar y verificar. Por ejemplo, los implementos para las personas ciegas son importantes porque permiten que el hotelero vea más allá de dar acceso a una silla de ruedas. “La alianza que hicimos con la UCR, con estos implementos de apoyo, me ha ayudado para generar un cambio en la mentalidad del gremio”, declaró.

De estos implementos, la Red ha realizado dos entregas. La primera se llevó a cabo en diciembre de 2021 durante la inauguración de la playa accesible Espadilla en Manuel Antonio, lo que permitió brindarles los dispositivos a diferentes personas en Manuel Antonio y Quepos. De igual manera, se entregaron dispositivos en una convención con los líderes de turismo en el país.

“Una persona en muletas o en silla de ruedas llega a la playa y no puede acceder, por esto son importantes las pasarelas creadas por Donatapa”, comentó Stephany Sheehy de la Red Costarricense de Turismo Accesible. (Foto: Red Costarricense de Turismo Accesible).

Accesibilidad

Para Sheehy, el turismo ya debería ser accesible. “El problema que hay es que —igual que en la arquitectura y en la educación— el ser humano ha olvidado que somos seres diversos y empezamos a crear productos y servicios sin pensar en esta diversidad, teniendo en mente un estereotipo idealizado y dejando atrás un gran porcentaje de la población que no entra en ese rango”, destacó.

A nivel mundial, y según la Organización Mundial de la Salud, el 15% de la población vive con algún tipo de discapacidad, hay un 22% de población adulta mayor y otro porcentaje de personas con discapacidades temporales. Contando con un turismo accesible, según Sheehy, se genera que todas las personas podamos disfrutar sin importar las condiciones. “Ese es el impacto real del turismo accesible; lograr que verdaderamente todos disfrutemos de nuestro entorno, las actividades, los hoteles, que nos sintamos más seguros y más confortables”, añadió.

Con esto en mente es que, en 2017, se creó la Red Costarricense de Turismo Accesible. Esta es una asociación sin fines de lucro que nace para convertir a Costa Rica en ese destino para todas las personas, y se trabaja día a día en lograr este objetivo.

Esta asociación cuenta con diferentes proyectos, pero el proyecto bandera son las playas accesibles, ya que desde sus inicios, mediante un análisis que abarcó todo el país, se dieron cuenta que este destino costero era el punto con menor accesibilidad turística.

Las sillas anfibias, promovidas por Donatapa, buscan que las personas con alguna discapacidad física o cognitiva puedan disfrutar de la experiencia turística con seguridad. (Foto: Red Costarricense de Turismo Accesible).

En respuesta a esta situación, se creó el proyecto de responsabilidad social ambiental Donatapa, con el cual se han recolectado 100 toneladas de plástico, por medio de las tapas de los refrescos, las cuales se transforman en madera plástica y se crean implementos de apoyo que brindan acceso al mar.

“No estamos creando playas 100% accesibles, estamos dando acceso al mar a través de las pasarelas y acceso a disfrutar de la playa con las sillas anfibias. Aún falta mucho para que esas playas sean realmente accesibles, pero es un paso que genera esa oportunidad al ocio y recreación en las playas”, destacó Sheehy.

Las playas accesibles promovidas por Donatapa cuentan con sillas anfibias, un tipo de  sillas flotantes que permiten recorrer la playa sin que el asiento se hunda, se puede meter al mar, ver el atardecer y disfrutar la costa sin destruir el elemento de apoyo.

En relación a Donatapa, Sheehy comentó que se debe entender que el proyecto no es solo recolectar tapitas, sino que se necesita que exista un financiamiento para poder pagar la transformación de esas tapitas en infraestructura para dar accesibilidad a las playas. “Es bueno lograr la economía circular de este plástico y entender que no es solo la recolección de tapas, porque las pasarelas se convierten en un bien social”, dijo.

“Si los jóvenes empiezan a entender que el turismo debe de ser para todas las personas, llegaremos a tenerlo. Para lograr este cambio tenemos que educarnos, formarnos y hacerlo siempre de la mano de los expertos, sin olvidarnos nunca de las personas que viven estas discapacidades”, destacó Sheehy.

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