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Banco Mundial: Pobreza aumentó en Costa Rica el doble que en el promedio de países de América Latina

El Banco Mundial explica que “la invasión rusa de Ucrania desaceleró la recuperación en los niveles de pobreza de América Latina y el Caribe, al aumentar los precios de los alimentos y la energía”, lo cual derivó en una reducción del poder adquisitivo de los hogares.

La pobreza en Costa Rica aumentó un 2,3% entre los años 2017 y el 2022, cuando el aumento promedio en América Latina y el Caribe fue de un 1%, según lo muestra un reciente informe del Banco Mundial.

El aumento de la pobreza en Costa Rica está por encima de Perú, Colombia, República Dominicana, Nicaragua, Paraguay, México, El Salvador, Ecuador, Honduras, Chile, Brasil, Guatemala, Uruguay y Panamá.

Los datos fueron expuestos en el Informe “El potencial de la Integración. Oportunidades en una economía global cambiante” publicado en abril por el Banco Mundial (BM) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).

El porcentaje de hogares costarricenses en pobreza es de 23,0 %, la segunda cifra más alta a nivel histórico en el país, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2022, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec).

Según el informe del BM, se calcula que unos 5,5 millones de personas cayeron en la pobreza, siendo los países con mayor población, como México, Brasil y Colombia, los que experimentaron los mayores aumentos.

El BM destaca a los  países y subregiones que están experimentando aumentos en los niveles de pobreza –entre ellos Colombia, Perú y Costa Rica-, así como tensiones sociales (Panamá) e inseguridad alimentaria (América Central, Haití y países andinos).

También resalta que la crisis de inflación exacerbó la desigualdad y menciona que en Colombia y Nicaragua, el aumento estimado de la desigualdad triplica el promedio regional.

Informe “El potencial de la Integración. Oportunidades en una economía global cambiante” publicado en abril por el Banco Mundial y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).

¿Por qué?

El organismo financiero explica que “la invasión rusa de Ucrania desaceleró la recuperación en los niveles de pobreza de América Latina y el Caribe, al aumentar los precios de los alimentos y la energía”, lo cual derivó en una reducción del poder adquisitivo de los hogares.

Asimismo, se enfatiza que los precios domésticos de los fertilizantes para los productores agropecuarios de la región siguen siendo 2,5 veces más altos que antes de la pandemia. “Los precios más elevados de dichos insumos (además de sequías en algunas regiones) impactan adversamente en los medios de vida de estos productores y reducen el área sembrada y los rendimientos”, indica el documento.

El BM advierte que en 2023, la crisis alimentaria podría pasar de problemas en el acceso a los alimentos a dificultades en la producción de alimentos en algunos países y subregiones donde las cosechas estén por debajo del promedio.

Intensidad del comercio en general se estancó

Los analistas del Banco Mundial anotan que la región demostró que pudo reponerse ante el aumento del estrés de la deuda, la inflación persistente y la incertidumbre en torno a la invasión rusa de Ucrania. “Los niveles de ingreso y empleo en general se recuperaron tras la pandemia, la pobreza se redujo y los mercados siguen siendo moderadamente optimistas respecto al corto plazo”, reconoce el informe.

No obstante, la incertidumbre mundial aumenta, persiste la amenaza de nuevas variantes de Covid-19 y enfermedades, y aún se debe avanzar en la cobertura de vacunación y en el estado de preparación de los sistemas de salud.

El BM también ha pronosticado “modestas tasas de crecimiento de 2023” y “el mismo ritmo deslucido de las últimas dos décadas, insuficiente para reducir la pobreza, promover la inclusión y disipar las tensiones sociales”.

Según la entidad, “la evolución de la economía mundial ofrece dos nuevas oportunidades: la tendencia hacia el nearshoring (mover la producción más cerca de los mercados de Estados Unidos y Europa) y el imperativo de luchar contra el cambio climático, que le brinda a la región una nueva ventaja comparativa en capital solar, eólico, hidroeléctrico y natural”.

“Aprovechar esta situación demandará una mayor integración en la economía mundial. No obstante, y paradójicamente, de cara a estas oportunidades, América Latina está reduciendo su nivel de integración. La intensidad del comercio en general se estancó, mientras que la inversión extranjera directa (IED) disminuyó en la mayoría de los países”, continuó el documento.

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