El candidato a la Presidencia por el Partido Progreso Social Democrático (PSD), Rodrigo Chaves, propone en su plan de gobierno “reducir progresivamente” la utilización del dinero en efectivo, empezando con las monedas físicas y luego con los billetes, primero con los de mayor denominación para terminar con los de menor valor.
La iniciativa forma parte de un proceso de “digitalización radical”, que supone también la apertura de una cuenta bancaria digital a todos los mayores de 12 años, vinculada al Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).
Asimismo, la creación del Sistema de Transacciones Comerciales y Financieras (Sintra), que implica, entre otras cosas, el establecimiento de una factura digital universal para cualquier transacción, así como una “transición paulatina” al pago electrónico como única forma de pago. Esto estaría vinculado también al sistema Sinpe.
Al respecto, el economista Daniel Vartanián explicó que a su parecer es una idea “descabellada”, teniendo en cuenta el dinero se utiliza desde hace miles de años, incluso en formas como semillas de cacao: “El dinero tiene una utilidad práctica que la humanidad conoce desde hace demasiado tiempo. El tema de la bancarización completa sería muy difícil para gente como analfabetos, gente en pobreza, gente que no tiene medios electrónicos de pago; no todos tenemos teléfonos. Eso tendría que ir de la mano de facilitarle gratuitamente a todas las personas esos elementos”.
Por su parte, el economista y exviceministro de Hacienda, Fernando Rodríguez, manifestó que la idea de ir eliminando el efectivo le parece buena, si bien estructuraría la propuesta de forma distinta a lo planteado por Chaves:
“Más bien empezar por los billetes de mayor denominación y hacer el sistema paulatino, de manera que el efectivo se redujera muchísimo en cuanto al uso, tal vez no desaparecerlo del todo, porque es un proceso que bien puede llevar 10 o 15 años, pero obligar a que muchas transacciones que se realizan se realicen de manera electrónica”.
Rodríguez comentó además que las monedas serían el último recurso que quitaría —en vez del primero— puesto que actualmente se utilizan constantemente en diversas transacciones, como el pago de autobuses.
Vartanián indicó que la propuesta sería viable para Costa Rica en unos 20 o 30 años, ya que actualmente muchas personas no tienen los medios electrónicos necesarios para esto: “Me parece que hay otras soluciones que son más novedosas y muchos más efectivas, afectando con cierta progresividad a la gente que más ingresos tiene y no castigando a los que menos pueden acceder a estas cosas”.
En el plan de gobierno, el aspirante del PSD apunta que, para garantizar la conectividad de todas las personas, se facilitará el acceso a dispositivos electrónicos, como teléfonos inteligentes, a las personas en condición de pobreza extrema. Para esto utilizaría el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel).
“Estamos hablando de que hay 300 mil familias en condición de pobreza (más de 100 mil en pobreza extrema). De esas 300 mil familias, si se usa el promedio nacional de integrantes por familia, estás hablando de 3,6 personas por familia. Entonces necesitarías garantizar a un coste cero, más o menos un millón de dispositivos electrónicos. Hay algunas personas pobres que ya tienen alguno de estos dispositivos, pero tenés que garantizárselo en forma gratuita, entonces por qué voy a decir que si tengo, si puedo acceder a uno gratuito que me va a regalar Fonatel”, dijo Vartanián escéptico, agregando la interrogante de que pasaría si los dispositivos se descomponen o se les acaba el saldo.
Por otro lado, Rodríguez manifestó que no tiene seguridad sobre si alcanzan los recursos de Fonatel para esta tarea, pero que “creo que la plata de Fonatel no está destinada a entregar aparatos a personas en condición de pobreza, me parece que está más enfocados en su mandato legal en asegurar conectividad, que no es lo mismo”.
El exviceministro insistió en que la eliminación progresiva del dinero tiene muchas ventajas, además de que la idea no es nueva, sino que se viene hablando de esto desde hace unos años. Además, aseguró que, si le correspondiera a él, la plantearía metodológicamente distinta a la del PSD.
Entre las ventajas que destacó Rodríguez está principalmente que se reduce el costo de utilización del efectivo que, según el experto, ronda los $500 millones al año, ya que implica gastos de emisión, transporte, entre otros.
Otras ventajas serían mayor trazabilidad de transacciones informales, posibilidad de reducir transacciones ilegales o la posibilidad de recaudar impuestos de forma más eficiente.
Entre las desventajas que señaló el economista, están “la costumbre” y las brechas que hay en bancarización: “Costa Rica es un país con buenos niveles de bancarización, pero no están bancarizadas todas las personas, por eso la idea es irlo haciendo de forma paulatina para que lo vayás haciendo es eliminando el uso de efectivo en las transacciones más grandes”.
Vartanián coincidió con Rodríguez en que podría haber una ventaja fiscal, pero agregó que los bancos también podrían sacar provecho “porque van a poder cobrar comisión de lo que les dé la gana”.
“En la posguerra, de la II Guerra Mundial, no había ninguna confianza sobre los bancos, entonces la gente guardaba el dinero debajo del colchón. No es lo mejor, estamos totalmente de acuerdo, pero frente a situaciones críticas —y nadie está exento, ni Costa Rica está exento de tener alguna crisis por una cuestión ambiental, por fenómenos ambientales o por lo que fuera— podemos garantizar que los bancos no quiebren. En Costa Rica no quiebran, pero les hacen un cierre técnico que en definitiva es equivalente a una quiebra y la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), que debería proteger a los tenedores de las acciones de los bancos se lavan las manos. La protección al consumidor prácticamente no existe; no se ha procesado a nadie por estafa, aunque hay bancos que siguen cobrando tasas de usura. Falta una cantidad de garantías muy grande para decir que todo funciona de forma tan fluida que podemos llegar a prescindir hasta del uso del dinero”, añadió Vartanián como otra situación adversa.
Otro inconveniente que el economista señaló es que en algunos mercados las transacciones en efectivo se hacen en forma “mucho más clara” que, con dispositivos electrónicos, donde no siempre está la conexión o calidad de información necesaria. Además del tema de las comisiones bancarias:
“Ni siquiera están bien reguladas. En Europa la comisión por el uso de las tarjetas de crédito es un quinto del 1%, que le cobran al comerciante. En CR es como un 2%, diez veces más y eso si hablamos de la comisión más baja, porque sabemos que llega hasta el 4% y 5% de la transacción”, indicó.
Sobre este tema, Rodríguez acotó que lo conveniente sería establecer eventualmente mejores regulaciones, en caso de que haya cobros por el uso del sistema.
Otra desventaja señalada por Vartanián, es que hay personas que no cuentan con la capacidad suficiente, el acceso o el interés por dejar el efectivo “que tienen la vida ordenada de una forma en que, a los 80 años no lo vas a poner a hacer un curso de uso de la computadora o el teléfono para hacer pagos con seguridad y que no lo estafen”.
“Si tenemos todavía problemas para que la población no entienda que no es necesario dar datos personales por teléfono y cuanto más difícil sería si todas las transacciones tienen que hacerlas obligatoriamente de este modo”, agregó.
Finalmente, otro punto en contra apuntado por el experto es que los sistemas bancarios digitales podrían eventualmente fallar, además de que la atención a los usuarios es limitada, especialmente en fines de semana.
En ese sentido, Rodríguez explicó que “toda decisión tiene desventajas”, por ejemplo, con el efectivo sería la inseguridad y sin este, la posibilidad de que los sistemas bancarios fallen: “Para mí los pros relacionados con la eliminación del efectivo son mucho mayores que los contras”.
