Las operadoras de pensiones que administran el régimen obligatorio de pensión complementaria (ROP) pagaron durante el 2022 un total de ₡30.719.460.331 en comisiones a intermediarios por gestionar sus inversiones que, finalmente, resultaron en minusvalías o pérdidas para sus afiliados.
Los estados financieros que emitieron las operadoras y que se encuentran disponibles en el sitio web de cada una de ellas evidencian estos egresos y, además, muestran que todas las operadoras, exceptuando Vida Plena (Operadora de Pensiones del Magisterio Nacional), tuvieron resultados integrales negativos, que se contabilizan en decenas de miles de millones de colones.
En un contexto en que se han registrado pérdidas millonarias en los regímenes de pensiones —sobre las cuáles ha dado alerta UNIVERSIDAD— los números entregados por las entidades reflejan que, previo a la caída de los rendimientos, se dio un aumento en las inversiones en el extranjero y, por consiguiente, un aumento en la cantidad de dinero que se paga a los intermediarios.
El origen de estos cuantiosos egresos es que las operadoras de pensiones invierten los fondos que mes a mes aportan sus afiliados en títulos valores o instrumentos financieros emitidos por entidades de todo tipo, tanto nacionales como extranjeras. Como el mercado de valores es fluctuante, constantemente se realizan operaciones de compra y venta —en teoría— buscando el mayor rédito para el fondo.
Estos movimientos, sin embargo, no son realizados directamente por las OPC, sino a través de intermediarios que cobran comisiones. Así, sea o no favorable el movimiento, los gestores siempre ganan. “Sólo pierden los trabajadores, a pesar de la supervisión que dice defender el interés de los ahorrantes”, explica el economista Daniel Vartanian.
Así, el equivalente a $57.2 millones del dinero aportado por todos los afiliados a los diversos fondos se usó para pagar por el “trabajo” de estos intermediarios (cuyos nombres no se encuentran en los estados anuales consultados) aunque este no necesariamente generara réditos.
“Es interesante”, dice Vartanian, que se evidencia así que un grupo de gestores de inversiones está recibiendo alrededor de $1.1 semanales provenientes de aportes de las y los trabajadores, pero que no necesariamente saben de quiénes se trata o cómo fueron elegidos por las operadoras para realizar las transacciones. Además, señala que “por la poca diversificación y cierta similitud” que se observa en las carteras “pareciera que el grupo de gestores bursátiles es el mismo o no muestran un acción muy independiente”.
Pagar para perder
Según los datos analizados por UNIVERSIDAD, durante el año, Popular Pensiones pagó ₡13.343.454.093 en comisiones y terminó con un resultado negativo de ₡361.960.040.609. Así, casi un 4% de las pérdidas del año fueron gastos por comisiones a terceros.
En el caso de BN Vital se gastaron ₡6.652.261.040 en comisiones, y el resultado anual fue un decrecimiento del fondo por ₡24.997.969.090. En este caso, la proporción de los pagos por gestión de la cartera en relación con su reducción total es alarmante, pues los pagos a terceros ascienden a poco menos del 27% de las pérdidas totales del fondo.
BCR Pensiones por su parte realizó en total pagos por ₡4.429.895.991 por concepto de comisiones y obtuvo al cierre del año un resultado negativo de ₡65.862.274.089. Así, el 6.7% de la pérdida de valor del fondo se corresponde con los pagos a terceros.
En el caso de BAC Pensiones los gastos por comisiones ascienden a ₡4.164.878.222 y el fondo cerró con una caída de ₡153.646.668.841, de modo el 2.71% del total perdido es equivalente al mencionado egreso.
Por su parte la operadora de pensiones complementarias de la Caja Costarricense de Seguro Social pagó en total ₡1.013.764.041 a terceros por la gestión de sus inversiones y tuvo un saldo negativo de ₡26.356.977.255 para el año. Así, las comisiones corresponden al 3.8% del total en que se redujo el fondo.
Finalmente, Vida Plena pagó ₡1.115.206.944 por comisiones a terceros y fue la única operadora con un rendimiento favorable, de ₡5.862.947.268.
Otro dato a destacar es que todas las operadoras —nuevamente exceptuando a Vida Plena— aumentaron significativamente el monto que pagan en comisiones con respecto al año anterior.
El gasto por gestión de cartera del Popular Pensiones —la operadora que reúne al mayor número de trabajadores— se incrementó en 7.16% respecto a la cifra desembolsada el año anterior, mientras que el desembolso de BN Vital creció en 7.26% y el de la operadora del BCR en 4.83%. Por su parte, BAC Pensiones pagó un 9.81% más de lo que gastó en el mismo rubro el año anterior y la operadora de la CCSS gastó 5.37% más.
En cambio, Vida Plena solamente aumentó un 0.87% en el mencionado rubro con respecto al año anterior y fue, casualmente, la única operadora cuyo fondo tuvo utilidades, mientras las demás pagaban más a sus gestores aunque las operaciones realizadas resultaran en pérdidas.
UNIVERSIDAD consultó a la Superintendencia de Pensiones (SUPEN) si se conocen los porcentajes que cobran estos gestores para hacer inversiones, pero la entidad respondió en cambio sobre las comisiones de las operadoras, evadiendo así la consulta.
Por rebajo mensual, operadoras cobran a afiliados doce veces el monto fijado por ley para administrar el ROP
Gracias a la aplicación mensual de comisiones por la administración de los saldos personales de los fondos de pensiones complementarias, las operadoras cobran un 4.2% y no un 0.35% de los dineros de sus afiliados, como establece la ley.
El artículo 37 del Reglamento de los Fondos de Pensiones, Capitalización Laboral y Ahorro Voluntario autoriza a las operadoras a cobrar a sus afiliados un porcentaje máximo de 0.35% anual sobre los saldos administrados durante el período correspondiente.
“Pase lo que pase con las inversiones, ellos reciben la comisión y la cobran, nunca van a dejar de ganar”, Leiner Vargas
No obstante, según pudo constatar UNIVERSIDAD —comparando decenas de estados de cuenta de varios trabajadores afiliados a distintas operadoras— estas entidades realizan el cobro de forma mensual y lo calculan sobre el saldo inicial del período. Así, al usar el mismo rubro como base cada mes, las entidades terminan cobrando doce veces lo establecido.
En uno de los casos analizados, por ejemplo, arrancó el año 2022 con ₡9.581.217 en su fondo y cerró el año con ₡9.599.588 a pesar de aportar entre ₡150.000 y ₡220.000 mensuales.
Cada mes, puntualmente, la operadora se cobró el 0,35% de su saldo inicial por “comisiones del período”, de modo que esta persona realizó doce pagos de entre ₡33.530 y ₡33.600, para un total de cerca de ₡402.780.
No obstante, si la operadora hubiera realizado —como indica la ley—un cobro del 0.35% sobre los saldos administrados —fuera basándose en el saldo inicial o en el final— el cobro anual no habría superado los ₡33.600.
Esto se debe, dice el economista Leiner Vargas, a un cambio en el reglamento que permitió que el cobro fuera no sobre el rendimiento, sino sobre el capital. “Ese fue un cambio que se hizo tiempo atrás, las operadoras antes cobraban su comisión de las utilidades que generaban, ahora ya no lo cobran así, sino del capital principal, entonces pase lo que pase con las inversiones, ellos reciben la comisión y la cobran, nunca van a dejar de ganar”, dice Vargas.
La SUPEN indicó que “el único cobro” que hacen las operadoras de pensiones “es de un 0.35% anual sobre el saldo administrado, las cuales se encuentran entre las más bajas a nivel internacional”.
“Esta comisión es por la administración de sus recursos, lo cual incluye no solo la gestión de las inversiones, tanto en el exterior como en el mercado local, sino también la gestión de la cuenta individual, control y entrega de beneficios, comunicación con los afiliados por el estado de cuenta y otros medios, así como la gestión financiera contable del fondo administrado, entre muchos otros gastos”, agregaron.
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