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Número de personas atendidas por uso de cocaína en el IAFA se dispara un 108%

Las causas detrás de este aumento están directamente relacionadas con la pandemia, un aumento general en el consumo, mayor acceso de los adolescentes a la cocaína y una baja en el costo de la misma.  

En tan solo cinco años, de 2017 a 2022, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) pasó de atender a 2.509 personas por consumo de cocaína y crack a 5.231 personas, una subida de 108%.

Personas expertas de la institución explican las razones del vertiginoso crecimiento de estos datos en varias causas: la pandemia, más consumo de droga, mayor acceso de los adolescentes a la cocaína y una reducción en el precio ofrecido en el mercado.  

La primera escalada de aumento por el uso de cocaína empieza a darse en 2017 cuando registraba 2.509 personas atendidas y sube a 4.007 en 2018. La segunda escalada se da en el primer año de la pandemia cuando se atendieron 5.417 personas, de acuerdo con cifras del IAFA.

De las 5.231 personas atendidas por el instituto durante el 2022, 1.903 fueron por uso de cocaína y 3.328 por crack (cocaína que ha sido procesada para producir cristales que se fuman).

Luisa Oviedo Marín, médica del IAFA especializada en trastornos por consumo de sustancias adictivas, prevención y rehabilitación, explicó que mucho del aumento en la atención de personas por uso de cocaína tiene que ver con la pandemia, donde hubo muchas recaídas por consumo.

“En tiempo de pandemia hubo un aumento en las personas que llegaban a consultar, ya sea por una recaída o porque su consumo había aumentado por el tiempo de ocio, por estar en el encierro. Unos estaban muchísimo más ansiosos por el tema de si me contagio o no. Eran personas que probablemente no tenían un consumo de dependencia y en estos tiempos empezaron a consumir muchísimo más, generaron un consumo problemático y llegaban a la consulta. O también había personas que estaban en abstinencia y recayeron en consumo”, dijo Oviedo.

Sin embargo, la médica también afirmó que “tiene que ver con que realmente sí hay un aumento en el consumo de cocaína y cocaína-crack”. 

Los datos sobre consumo de esta droga en el país disponibles hasta esta fecha corresponden al último estudio del 2015. Muestran que la prevalencia de consumo de cocaína una vez en la vida era de 5,2% (es decir, 52 casos por cada 1.000 personas). La encuesta es preparada por el IAFA; pero no se pudo realizar en el 2020 debido a la pandemia, por lo que se espera que los resultados de la encuesta más reciente estén disponibles el 24 de este mes, se indicó.

Consumo de cocaína entre colegiales

“Los adolescentes están teniendo más consumo de cocaína también. Los montos se abaratan entonces usan más cocaína. En las fiestas de los muchachos usted ve que no solo hay marihuana y alcohol, sino también está incluida la cocaína. Esto tiene que ver muchísimo”, señaló Oviedo en entrevista con UNIVERSIDAD.

El IAFA presentó recientemente los datos de la VI Encuesta Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población de Educación Secundaria, los cuales muestran que seis de cada 1.000 colegiales consumieron cocaína o crack en el último mes (esto significa una prevalencia de 0,6%).

Asimismo, de cada 1.000 colegiales, 10 indicaron que consumieron esta sustancia alguna vez (prevalencia de 1%). La edad promedio de la primera vez que consumieron cocaína entre los hombres fue 15 años; y entre las mujeres fue 13 años, según la encuesta.

Oviedo aclaró que las personas que llegan al Iafa se acercan por sí solas, por motivación personal, porque un familiar o amigo se los recomendó, o referidos por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). De igual forma, otras personas son referidas por medicina de empresa, por ejemplo, cuando los detectan porque les practicaron una prueba de dopaje; por la parte judicial principalmente por justicia restaurativa; aquellas personas privadas de libertad —que tienen derecho a ser valoradas por el Iafa—; o referidas por centros de estudio, como universidades.

Decomisos de cocaína en cárceles aumenta 113%

También fueron en aumento las incautaciones de cocaína en los centros penitenciarios del país. La cantidad de droga decomisada se duplicó al pasar de 21,1 kg de cocaína en 2020 a 44,9 kg en 2022, lo cual representa un aumento de 112,7%. 

Lo mismo sucede cuando se observa la cifra de incautación de crack que se eleva de 36.620 dosis de crack en 2020 a 79.608 dosis en 2022, un aumento de 117,3%, según el informe “Incautaciones de Drogas en Centros de Atención Institucional del Sistema Penitenciario Costarricense, Anuario estadístico 2022”, elaborado por el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD).

El aumento en la atención por uso de cocaína en el Iafa se está viendo principalmente en personas entre los 20 y 40 años, precisó Oviedo.

Se habla de una dependencia de una sustancia cuando hay una condición crónica de consumo. Oviedo informó que en el Iafa se ayuda a la persona trabajando sus conductas adictivas hasta lograr la abstinencia y prevenir las recaídas. 

“Eso se hace de forma integral: Con atención médica y tratamiento farmacológico, para manejar el síndrome de supresión, estabilización, control de impulsos y ansiedad; y la parte de psicología y trabajo social. También tenemos el servicio de enfermería y la farmacia”, añadió la médica.

 

Disponibilidad de cocaína en el mercado local

El aumento en la atención de personas por consumo de cocaína se da en medio de un contexto en el que las disputas por territorio entre las organizaciones vinculadas a la droga en Costa Rica han incrementado los niveles de violencia.

Como han señalado expertos y documentos, los grandes carteles empezaron a pagar con droga en lugar de dinero, lo que motivó a las organizaciones locales a incentivar un mercado interno de consumo de drogas, para colocar los excedentes que no se exportaban.  

El reciente informe Global cocaine report 2023, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), explica que cada vez más los grupos criminales recurren a “proveedores de servicios”, que manejan partes de la cadena de suministros proveyendo transporte local o protegiendo los cargamentos.

Estos proveedores de servicios generalmente garantizan la entrega de la cocaína, a cambio de pagos en especie, lo que promueve la disponibilidad de la cocaína en el mercado local de los países de tránsito, como Costa Rica.

 

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