País Expertos denuncian

Ni Minae, ni Salud, ni municipios protegen fuentes que abastecen de agua las tomas de AyA

Expertos advierten que la contaminación del agua como la que ocurrió en Moravia, Tibás y Guadalupe volverá a ocurrir en cualquier momento si las autoridades competentes no ejercen control inmediato.

La pesadilla de abrir el tubo y que el agua huela a canfín, y que al tomarla provoque náuseas, vómito y dolor de estómago, se convirtió en realidad para miles de vecinos de Moravia, Tibás y Goicoechea que durante días tuvieron que perseguir a los camiones cisterna para conseguir agua potable —o comprarla en los supermercados costeada por ellos mismos—.  Pero lo peor fue que, nueve días después, la situación se repitió en Turrialba.

La crisis del agua contaminada con un disolvente llamado xileno evidenció que el agua no está siendo protegida por las autoridades responsables de ello; expuso las amenazas a las que están expuestas las fuentes de agua que abastecen la Gran Área Metropolitana (GAM); y que urgen planes de seguridad para los ríos y quebradas que abastecen de agua cruda las tomas de Acueductos y Alcantarillados (AyA).

“La existencia de esos contaminantes en el agua es clara y lo saben las autoridades y lo saben los científicos; lo que pasa es que los científicos no son los que administran los sistemas”, Edgar González

Los expertos en el recurso hídrico consultados por UNIVERSIDAD advirtieron que la contaminación del agua volverá a ocurrir si las autoridades competentes no protegen las cuencas y los mantos acuíferos; si no implementan planes de seguridad y monitoreos constantes y continuos; y si no invierten periódicamente en análisis de laboratorio de hidrocarburos, agroquímicos y otras moléculas.

Un acueducto puede usar, al menos, dos tipos de fuentes de abastecimiento. Unas son las aguas subterráneas, que pueden ser pozos profundos que se perforan o captaciones de nacientes —manantial donde aflora el agua—. Las otras son las aguas superficiales, que se toman de ríos y quebradas, como en este caso.

El agua que abastece a los cantones de Moravia, Tibás y Goicoechea proviene de la Planta Potabilizadora de Guadalupe, en Ipís, que recibe agua cruda de tres tomas de AyA de fuentes superficiales: Quebrada Honda 1, Quebrada Honda 2 y Quebrada La Lupe.

La fuente de contaminación del agua con xileno fue identificada por investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR) en Quebrada Honda 2. Dicha toma está ubicada entre San Jerónimo de Moravia y San Pedro de Coronado, en un lugar conocido como Hondas.

Al fondo de un sinuoso camino que lleva a La Colmena de Coronado, está la pequeña quebrada, atravesada por un puente y, en un terreno contiguo, a la derecha, la toma de AyA, con los canaletes de cemento, rodeada de una cerca y letreros donde se lee “Prohibido botar basura, fuente de agua para consumo humano”.

La quebrada atraviesa potreros antes de llegar al sitio de captación, pero se desconoce por cuáles otros lugares pasa aguas arriba.

De allí, el agua baja hasta la Planta Potabilizadora de AyA, ubicada en Ipís, Guadalupe; sin embargo, no se sabe si es entubada desde el punto de captación hasta la planta.

“El agua no está siendo protegida”

En general, las aguas superficiales en el país tienen una alta vulnerabilidad y están expuestas a un alto riesgo por la desidia de las autoridades de controlar lo que sucede en las cuencas.

Así lo aseveró Edgar González Contreras, microbiólogo, especialista en gestión integrada de recursos hídricos y exjefe de calidad de agua de la Gran Área Metropolitana (GAM) en AyA.

González afirmó que, si bien en algún momento estas cuencas que abastecen de agua cruda para potabilizar a la GAM tuvieron aguas puras, ya no las tienen, debido a la contaminación causada por el crecimiento exorbitante de actividades humanas en estas zonas durante los últimos 50 años.

“Usted ve esa zona de Coronado, toda la parte noreste de San José, donde está esa cuenca del río Virilla y sus afluentes, tiene ahora una gran cantidad de actividades que generan contaminación”, comentó González.

González explicó que cuando se construyeron esas tomas de agua, alrededor de los años 60 o antes, esas eran zonas prácticamente de bosque y las aguas tenían una contaminación básicamente biológica, sobre todo por aguas residuales de una población que en aquellos tiempos era pequeña.

“Ahora usted tiene ahí salones de belleza, talleres mecánicos, agroindustria, agricultura, incluso industria, en algunos casos”, apuntó.

(QuebradaHonda) La fuente de contaminación del agua con xileno fue identificada por investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR) en la toma de AyA Quebrada Honda 2. (Foto: Katya Alvarado)

La bióloga e investigadora de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA), Alicia Fonseca Sánchez, explicó que, si la toma viene de un río o una quebrada, no se puede encerrar todo lo que está aguas arriba e incluso cuando la toma está en la montaña, cubierta de bosque, también puede ser contaminada por animales.

Lo que hay que ver es el riesgo, es decir, a qué amenazas está expuesta. “En este caso tenemos una fuente en una zona relativamente urbana, que no está exenta de procesos de vandalismo o de contaminación de actividades industriales cercanas, donde se pueda estar derramando alguna sustancia. De ahí la importancia de implementar herramientas como los planes de seguridad del agua para prevenir este tipo de contaminación”, destacó Fonseca, quien integra el Programa de Hidrología Ambiental de la UNA.

“Estamos casi al garete, a la mano de Dios”, dijo José Francisco Alfaro, abogado e integrante del colectivo Conceverde. “El agua no está siendo protegida”.

“Lo que evidencia este caso es que no se están tomando las medidas adecuadas para proteger las fuentes de agua, medidas que deben ser rigurosas para prevenir contaminaciones de fuentes superficiales y también de fuentes subterráneas”, señaló Alfaro. Conceverde, en San Rafael de Heredia, se enfoca en la protección del recurso hídrico del norte de Heredia, amenazado por la expansión constructiva desordenada.

Se debe invertir en hacer análisis

Las personas consultadas insistieron en que se van a seguir dando situaciones como la de los días pasados porque en el país no se realiza un debido análisis de las aguas para consumo humano.

“Lo que pasa es que no se está analizando el recurso hídrico: lo pudimos ver ahora con esa contaminación. Los que llegaron a denunciar que había una contaminación fueron los vecinos porque ya el olor y el sabor era bastante. Pero el Laboratorio Nacional de Aguas, que debería monitorear la condición en que está el recurso hídrico, no evidenció nada de eso”, indicó Alfaro.

Para González “la existencia de esos contaminantes en el agua es clara y lo saben las autoridades y lo saben los científicos; lo que pasa es que los científicos no son los que administran los sistemas”.

“Se lo pongo así: hay un estanque, usted no ve nada y yo le doy un anzuelito para que saque una trucha, una tilapia. Usted tira y la saca, sacó una…. Pero ahí hay miles”, expresó González.

Fonseca señaló los análisis como una prioridad. Aclaró que el Decreto Ejecutivo 38924-S Reglamento de Calidad de Agua Potable funciona en cuatro niveles, y que únicamente cuando hay sospecha se realiza el nivel 4 (N4), que es el análisis de hidrocarburos o plaguicidas.

“A pesar de que el reglamento diga que se aplica solo cuando hay sospecha, si un acueducto o un sistema de abastecimiento tuviera un inventario o mapeo de sus fuentes potenciales de contaminación y sabe que aguas arriba o en la zona de influencia de sus fuentes de abastecimiento existe una gasolinera o alguna actividad que, eventualmente, podría representar una amenaza, entonces debe invertir en estar haciendo estos análisis de N4 con mayor frecuencia”, enfatizó Fonseca.

Si bien estos análisis cuestan más porque son complejos y requieren muchos reactivos e instrumentos analíticos más complejos, “si la amenaza existe, es mejor estarlos haciendo”, añadió Fonseca.

El Colegio de Químicos de Costa Rica también hizo un llamado al Gobierno para que se analice la presencia de los xilenos en el agua rutinariamente.

“Hay otras sustancias orgánicas como, por ejemplo, subproductos de cloración, alcanos clorados, etenos clorados, otros hidrocarburos aromáticos, bencenos clorados y otros compuestos orgánicos que tampoco se analizan periódicamente, aunque se encuentren normados en el decreto (Reglamento de Calidad de Agua Potable)”, señaló el colegio.

El vicepresidente del Colegio de Químicos, Alexander Mata, declaró: “Solicitamos al Ministerio de Salud, como ente rector, y al  Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, a que continúen, en conjunto con las diferentes instancias, en el monitoreo de la calidad de agua potable a través de análisis de laboratorio para que, de esta manera, se garantice que el agua sea apta para consumo humano”.

(Dron) La toma de Quebrada Honda 2 está ubicada entre San Jerónimo de Moravia y San Pedro de Coronado, en un lugar conocido como Hondas. (Foto: Pilar Vásquez/OCI-UCR)

Regular actividades arriba de las tomas

Fonseca declaró que urge implementar herramientas de protección, control, verificación de posibles amenazas y riesgos, planes de seguridad del agua, así como mapeos o los inventarios de fuentes potenciales de contaminación.

“Hay que evaluar y vigilar qué hay aguas arriba de esas tomas. Identifiquemos esas fuentes potenciales de contaminación que tenemos cerca de las tomas para poder estar haciendo el control, la vigilancia que necesitamos para poder prevenir un posible episodio de contaminación”, subrayó Fonseca.

Los planes de seguridad del agua son una herramienta que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para identificar peligros y riesgos en cualquier sistema de abastecimiento de agua potable.

González, quien fue asesor de la OMS en la revisión de las normas de agua potable, apuntó que “la responsabilidad de las cuencas no está en el AyA, está en las municipalidades, está en el Ministerio de Ambiente, está en el Ministerio de Salud, que es la entidad rectora que tiene que velar por la salud de todos nosotros”.

“Definitivamente, en este momento, el sector de agua potable y saneamiento, como sector, está en crisis porque tenemos el conocimiento científico de base, pero no hay ejecución, no hay proyectos de prevención, de control en esas cuencas hidrográficas”, añadió. Para González, las fuentes de agua deben estar más controladas y vigiladas con programas de monitoreo constante y continuo.

Alfaro, por su parte, puntualizó en que urge regular las actividades que se llevan a cabo arriba de las tomas. “Eso no pasa; eso en Costa Rica está a la libre. Las autoridades a las que les corresponde, sean Minae, Salud, AyA, otros operadores, las municipalidades, a la hora de permitir que se lleven a cabo actividades de construcción, gasolineras, comerciales, de ganadería, no consideran la protección del recurso hídrico”.

“La contaminación se va a seguir dando mientras las autoridades no sean más rigurosas a la hora de proteger nuestras aguas”, dijo Alfaro.


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