Un informe emitido por la Defensoría de los Habitantes advierte que las condiciones bajo las cuales se prestan los servicios de salud en el Hospital Max Peralta, en Cartago, tienen el riesgo de comprometer la seguridad de las personas usuarias, en particular los pacientes.
El oficio 05201-2023-DHR, entregado el pasado 2 de junio, revela que el hospital llegó al máximo de su capacidad instalada y funcional, por lo que existen limitaciones estructurales y espaciales para atender a los usuarios, para las labores de los funcionarios del hospital y para ubicar y gestionar insumos, equipos y materiales.
“En resumen, dada la antigüedad de las instalaciones actuales y la necesidad de adaptarlo a las nuevas demandas, el Hospital Max Peralta de Cartago presenta múltiples problemas: la contaminación sónica, poca iluminación y ventilación originan condiciones ambientales adversas; asimismo, el incremento de la demanda provoca hacinamiento, inseguridad y dispersión de equipos, y, además, obliga a reacondicionamientos o aumentos de áreas”, se lee en el documento, del cual tiene copia UNIVERSIDAD.
El informe se revela justo cuando las noticias de más atrasos caen sobre el proyecto de construcción del nuevo hospital.
En 2011, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) compró un terreno en Coris de Cartago para construir el nuevo hospital; sin embargo, el 24 de mayo el presidente Rodrigo Chaves anunció que este proceso se detiene porque el terreno no es óptimo por riesgo de inundaciones, amenaza sísmica, entre otros factores y que se realizará una licitación pública para comprar un segundo terreno.
El pasado 9 de junio la presidenta ejecutiva de la institución Marta Esquivel informó que en un plazo de dos meses entregarán los criterios técnicos para validar la ubicación del nuevo hospital.
La directora del hospital Max Peralta, Krissia Díaz Valverde, dijo en entrevista con este medio que no ha recibido ninguna comunicación por escrito de las autoridades de que se haya suspendido el proceso de construcción del nuevo hospital.
A partir de denuncia de sindicato
La Defensoría realizó el informe en atención a una denuncia interpuesta por el Sindicato Nacional de Médicos Especialistas (Siname).
El Siname denunció —con varias fotografías— un mal uso de las instalaciones quirúrgicas del hospital, como pasillos utilizados para bodegaje y almacenaje y falta de espacios para atención preanestésica, que propician riesgos de infecciones y peligro general para la población médica y usuarios.
Aunado a lo anterior, el hospital explicó que es cierto que hay varios equipos e insumos en los pasillos porque necesitan acceder a ellos de manera rápida, si se necesitan. Pero aclaró que, como no tienen espacios de bodegaje, solo hay un lugar cerca de las salas de cirugía, donde se mantienen apiladas cajas con materiales que se utilizan diariamente. “Reconocen las autoridades del hospital que lo ideal es que esos equipos no se encuentren ahí, pero no tienen otro espacio donde ubicarlos”, señala.
Algunos problemas que ejemplifican las limitaciones, indicó la Defensoría son que, por la restricción de espacio, el taller electromecánico, la casa de máquinas y la oficina de la jefatura de mantenimiento comparten la misma área, lo cual impide la distribución adecuada de los equipos y fomenta el tránsito innecesario del personal por zonas que ponen en riesgo su seguridad.
Tampoco hay espacio en proveeduría para almacenamiento de existencias adecuadas. Hay ambientes hacinados, pisos en mal estado, insuficiencia de lavatorios, contaminación sónica e irradiación por falta de paredes plomadas, ausencia de salidas de emergencia y carencia de áreas para aislar pacientes ante el riesgo de enfermedades intrahospitalarias y de espacios para preparar pacientes que requieren procedimientos como el TAC.
La Defensoría afirmó que, mientras se construye el nuevo hospital, la actual Dirección Médica debe realizar de forma permanente acciones para velar por las condiciones de infraestructura y de disposición del equipo, y controlar las condiciones de riesgo de la salud ocupacional y de la seguridad de los pacientes ante la posibilidad de que ocurra “un error ocasionado por un accidente hospitalario generado o potenciado por las condiciones mismas del hospital o por un desastre natural”.
“No tenemos ninguna comunicación por escrito de que se haya suspendido la construcción del nuevo hospital”
A las 2 de la tarde del día lunes, el servicio de Emergencias del Max Peralta había atendido 333 pacientes; eso supera cualquier otro hospital de la Gran Área Metropolitana (GAM), señaló su directora Krissia Díaz.
