El 22 de enero de este año el Gobierno presentó a la Asamblea Legislativa un texto de proyecto de ley de impuesto de renta global (expediente 22.383) que incluía a personas físicas y jurídicas y que bajaba la tasa de impuesto de renta para personas jurídicas del 30% al 27,5%. Pero en el segundo texto modificado que Hacienda entregó el 5 de febrero (expediente 22.393) eliminó a esas personas jurídicas y empresas.
Carlos Vargas, director general de Tributación, explicó que el hecho de que en la segunda versión del proyecto no se incluyera el impuesto a sociedades no significa que éstas no vayan a tributar el impuesto sobre la renta, pues continúan tributando conforme a las reglas del impuesto regulado mediante Ley 7092 de Impuesto sobre la Renta.
En la primera versión del texto del proyecto de Ley de Renta Global Dual, que se encuentra en la Asamblea Legislativa, había un Título I “Impuesto sobre renta a personas físicas” y un Título II “Impuesto sobre sociedades”; y en la segunda versión fue eliminado por completo ese segundo título.
Según Vargas, esto era así porque se derogaba la Ley 7092; “pero al eliminarse la derogatoria general, se mantiene la regulación a las sociedades en los términos indicados anteriormente”.
“Las sociedades hoy en día tributan a una tarifa general del 30% y aquellas que tienen ingresos brutos inferiores a ¢109 millones aproximadamente, tributan conforme a una escala progresiva prevista en la propia ley, de manera que lejos de reducir la carga tributaria esta se mantiene para la generalidad en un 30%”, afirmó Vargas a este medio.
De acuerdo con el funcionario, en el proyecto de ley en cuestión “se garantiza la tributación en el impuesto sobre la renta de las personas jurídicas y se mejora sustancialmente la estructura de la imposición sobre la renta de las personas físicas, asegurando en este último caso, un tratamiento más justo y equitativo”.
El proyecto tiene como objetivo que al contribuyente se le sumen todas sus rentas y, anualmente, ese monto se grave con una única tasa. Establece que quienes reciban más de ¢8,2 millones de ingresos al año deben empezar a pagar impuesto sobre la renta.
Desglosando ese número, quienes reciban un salario de poco más de ¢683.000 al mes deberán pagar el impuesto. Actualmente están exentos de este gravamen quienes ganan hasta ¢840.000 al mes. Esto implica que algunos ya no tendrían que pagarlo y otros pagarían menos en total.
