País AED y Horizonte Positivo comparten figuras con Incae y Lead University

Grupos empresariales proyectan su influencia desde universidades de élite

Según especialista en grupos de poder, desde estos centros de pensamiento se elaboran proyectos concretos para mantener el control hegemónico en el país.

Los estrechos vínculos entre grupos empresariales como Horizonte Positivo y la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED) con universidades de élite como LEAD University e Incae van más allá de una simple colaboración.

Además de un pensamiento común, estas organizaciones empresariales comparten muchas de sus figuras con estos centros académicos, con miras a darles mayor alcance e influencia.

“Los grupos de poder siempre han estado en las universidades y siempre han tenido intereses específicos para promover ciertas políticas, cierto tipo de profesional y de actividad académica. Hay una relación muy estrecha, incluso universidades que se crean a partir de grupos de poder. Son muchos vínculos entre todas estas personas”, explicó la investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica, Carmen Caamaño Morua.

Estas relaciones son notorias, ya que los nombres de figuras en puestos de decisión de ambas partes son repetitivos. Por ejemplo, José Rossi Umaña figura como presidente de la junta directiva tanto de LEAD University como de la organización empresarial Horizonte Positivo. Lo mismo sucede con Roberto Artavia, quien es el presidente de Incae y miembro emérito (con voz y asiento en la Junta Directiva) del mismo grupo empresarial.

Así, Horizonte Positivo comparte cuatro miembros con LEAD University y ocho con Incae. Por su parte, AED tiene tres personas y seis empresas en común con Incae, al igual que un integrante de sus comités en común con LEAD (ver infografía aparte).

Tecnopolíticos con acceso a políticas públicas

Tal y como dio cuenta UNIVERSIDAD, muchos integrantes de estos grupos empresariales mantienen una estrecha relación con el Gobierno y sus diferentes instituciones, por lo que no es de extrañar que utilicen sus puestos desde universidades y centros de pensamiento para posicionar con mayor fuerza su agenda nacional.

“Estas personas son tecnopolíticos. Desde estos centros de pensamiento se elaboran proyectos concretos para influir en los gobiernos, en las tomas de decisiones, sobre todo en materia económica. Muchas de las personas vinculadas a estos lugares ocupan con mucha frecuencia puestos de toma de decisión de política económica desde hace ya casi 40 años”, afirmó el investigador de grupos de poder en el país y docente de la UCR, Esteban Arias Chavarría.

La posición de los empresarios como “intelectuales”, con voz desde un sector de la academia nacional, hace que los gobiernos, independientemente del partido político al que pertenezca, vuelvan su mirada y les confíen las decisiones en políticas de impacto nacional, especialmente en materia económica.

“Esta es una característica de estos grupos, que están en un nivel suprapartidario. Independientemente del partido de gobierno, los tecnopolíticos de estos centros de pensamiento acceden de igual manera a estas oficinas públicas con mucha facilidad. Hace una década el mismo Ottón Solís dijo que si quedaba de presidente sus tomadores de decisiones en materia económica iban a venir del Incae. Esto evidencia cómo se han posicionado como los actores legítimos para diseñar las estrategias económicas y empresariales que sigue el país”, aseguró Arias.

Mundo académico refuerza influencia

Ante los factores señalados por los expertos y el evidente poder que los empresarios ejercen en los diferentes gobiernos, surge la interrogante de por qué necesita un grupo ya de por sí influyente posicionarse en centros de pensamientos para transmitir su visión de país.

De acuerdo con Arias, la imagen de académicos, sumada a sus capacidades, hacen que su legitimación y acceso al poder sea aún más sencilla.

“Hay que tomar de base que son intelectuales en función de los grupos de poder. Ya solo eso, independientemente del nivel técnico, los posiciona en un mejor lugar del que otros académicos, otros técnicos que pueden ser muy reconocidos, podrían llegar a tener. Son intelectuales que han hecho una apuesta en esa línea, de enmarcar información en función de los intereses de los sectores dominantes y de la estrategia económica hegemónica de los últimos 40 años”, aseguró.

De esta forma, como UNIVERSIDAD ha informado, los grupos empresariales escalan en sus influencias y recurren a lo que Arias ha denominado como “colonización de instituciones o captura del estado”.

“Esto refleja la desigualdad de recursos socioeconómicos, la distribución desigual, y cuán fácilmente se convierten en recursos políticos. Desde ahí defienden a capa y espada los intereses de los sectores dominantes y, por lo tanto, reproducen la desigualdad en el mundo político que se ve en la estructura social del país”, explicó.

Imagen de país desde las aulas

De acuerdo con el director académico de LEAD University, Álvaro Ramos Chaves, la universidad buscar ser cercana al sector privado y sus requerimientos, a través de carreras “innovadoras”, con una fuerte orientación a la producción académica aplicada.

“El objetivo era tener una universidad privada moderna, disruptiva, cercana a las necesidades del sector privado. Las carreras que se fueran elaborando fuera acordes a las necesidades percibidas por el sector y que para los estudiantes fuera fácil incorporarse a la fuerza laboral, mediante la práctica profesional”, afirmó Ramos.

Este acercamiento, además, se traduce en una constante retroalimentación de las empresas donde los estudiantes realizan sus práctica profesionales.

“Desarrollar habilidades atinentes al empresariado es importante, y usamos esa comunicación para saber si las habilidades blandas y duras que están adquiriendo se están correspondiendo con las expectativas de las empresas”, indicó el director académico.

Ramos fue recientemente superintendente de la Superintendencia de Pensiones y viceministro de Hacienda en la administración de Laura Chinchilla Miranda (2010-2014).

Para la investigadora Carmen Caamaño esta es una forma en la que los grupos empresariales se mantienen dominantes y pueden extender, desde las aulas, su visión de lo que debe ser el país y quienes trabajan en él.

“LEAD es el modelo de universidad que ciertos sectores querrían, y de hecho es el que hicieron: un modelo totalmente empresarial, privado, donde solo dan un tipo de materia que son las convenientes para hacer negocios, obtener ganancias y lucro. Lo que nos están presentado es un modelo de país, de vida, de relaciones y esto lo hacen a través de la educación”, explicó.

El modelo de país esbozado, construido y que busca perpetuarse, por parte de los grupos empresariales, recibe el apoyo de la educación brindada en estos centros y se replica por quienes allí completan sus estudios, haciendo que la hegemonía se mantenga invariable.

“Dentro de los cursos que ofrecen se expresa esa orientación ideológica, que muchas veces se camufla en conocimiento técnico científico, pero es un conocimiento arbitrario, con premisas muy claramente orientadas a defender la hegemonía. En Incae se puede ver casos de personas que han pasado o que han tenido su formación dentro de la universidad y una vez que ocupan puestos públicos tienden a reproducir toda esta socialización que han recibido en torno a esa estrategia”, complementó Arias.

Según los especialistas, estas reproducciones de pensamiento abarcan la propuesta pública de agendas favorables para los intereses empresariales, como la privatización de servicios, instauración de políticas socioeconómicas e incluso el redireccionamiento de fondos públicos.

“En estos momentos están tratando de ganarle el financiamiento público a las universidades públicas. Esto significa trasladar fondos públicos a manos privadas para que los dueños de esos centros se enriquezcan. De pronto nos encontramos con una universidad que va a tener financiamiento público pero no va a cumplir con el objetivo de formar ciudadanía”, afirmó Caamaño.

Negocio redondo

De esta forma, la educación, además de un instrumento para acceder con mayor “propiedad” a las altas esferas de decisiones políticas, se vuelve para los grupos empresariales un negocio redondo, que les permite aumentar su capital.

“Muchos de quienes terminan la secundaria estudian con créditos, que van a las mismas universidades que las otorgan o a bancos privados relacionados a ellas, entonces es un negocio redondo, lucran con la necesidad de educación de las personas. El deterioro en la educación, que de por sí ya lo estamos viendo en varios sectores, se agudiza con profesionales que obtienen títulos en dos años”, explicó Caamaño.

Los motivos para desarrollar este tipo de estrategias educativas generan aún más cuestionamientos y reafirma, una vez más, la visión que el empresariado poderoso tiene del país y cómo debe funcionar.

“¿Cómo es la educación de esas personas si lo único que quiero es terminar una carrera porque estoy endeudada y ocupo sacar un diploma lo más rápido posible? Esos diplomas van a tener un alto valor, pero a través de la rapidez y no de un proceso pedagógico que lleva su tiempo. ¿Podrán tener la capacidad para formar personas con pensamiento crítico que tengan la capacidad de identificar otros aspectos de la vida que no sea solamente el lucro, de poner al ser humano al centro?”, cuestionó la especialista.

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