País Manifestaciones sin eco en congreso

Diputados se aíslan de protagonismo en diálogo con agenda única de recorte al gasto

En nuevo edificio, los diputados encierran debate sin salida para adelgazar la billetera del Gobierno y se alejan de problemas económicos del descontento social.

Mientras los diputados flexionan el presupuesto del Gobierno, la crisis de liderazgo del Poder Ejecutivo empuja la mirada hacia lo que hace la Asamblea Legislativa. Planes para recortar anualidades del sector público por dos años —aprobado el lunes— y para recortar partidas que no son “esenciales” para el funcionamiento de Gobierno —como las presentadas para recortar el presupuesto ordinario— apenas cuentan con una minoría opositora que no solamente es escasa, sino también muy fragmentada.

Tres académicos consultados por UNIVERSIDAD, coinciden en que el Gobierno, las fuerzas políticas con representación parlamentaria, cúpulas empresariales y  manifestaciones están traspasados por enormes divisiones y desacuerdos, todo ello agravado por una pandemia que socava el crecimiento económico.

“¿La gente sale a protestar porque quieren una sociedad socialista? No, protestan porque no los dejan abrir el bar, usar las busetas, vender el oro”, afirmó en entrevista el politólogo y exdiputado Constantino Urcuyo.

“La Asamblea Legislativa va a quedar tan aislada como el nuevo edificio que tienen”, sociólogo José Carlos Chinchilla.

Urcuyo describe que, globalmente, existe un fenómeno de “protesta social espontánea” y que tiene miras a continuar, mientras se sostenga la presión de la pandemia sobre la economía.

Los diputados se concentran en tramitar cambios para contraer el Estado y su gasto. Cambios que redundan en afectaciones para los servicios que brinda el Gobierno.

Apenas siete diputados adversaron el rebajo de las anualidades, un incentivo del sector público que se eliminó para este año de pandemia y el siguiente, de incertidumbre.

Los reclamos señalaron que no se eximieron los salarios bajos de la medida ni tampoco a los funcionarios que cargan con la pandemia (como salud y seguridad). Uno de los tres socialcristianos que traicionaron el voto de fracción, Óscar Cascante, calificó el recorte de “impuesto solapado”.

Para el sociólogo y profesor de la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad de Costa Rica (UCR), José Carlos Chinchilla, esta lógica “recortista” responde a los “grupos económicos poderosos” porque el congreso está “haciéndoles caso de que no deben pagar más impuestos y que, como no deben pagar más impuestos, lo que hay que hacer es un recorte”.

“Los están obedeciendo al punto de atentar contra la misma base social que los llevó ahí, a la Asamblea Legislativa. Esto va a tener un costo para esta clase política, para el Estado-sociedad, y para la paz social que tenemos”, afirmó Chinchilla.

Posicionar temas urgentes, un problema

El director de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCR, Gerardo Hernández, opina que la mesa de diálogo que el Gobierno avaló (y de la que no hay señales nuevas tras fracasar como mediador Estado de la Nación) fue “fiscal”.

No obstante, las consignas de tres marchas de sindicatos, que comparten pescadores y transportistas, son de orden laboral: no hay empleabilidad y, con los recortes al cuello, el Estado tampoco es una alternativa para brindar trabajos y  “reactivación económica” del mercado nacional con obra pública.

“Es cierto que lo fiscal es central porque la crisis que estamos viendo de las finanzas públicas es muy aguda, coincido que es prioritario, pero lo prioritario no significa que sea exclusivo”, afirmó Hernández, quien analiza que, en la mayoría de proyectos aprobados, “el Gobierno ha favorecido o ha sido parte”.

“A los partidos les está quedando muy cómodo, echarle la culpa de todo al Gobierno”, politólogo Gerardo Hernández.

El congreso aprobó exoneraciones del Impuesto de Valor Agregado para grandes sectores productivos como construcción y turismo, Por otro lado, el Gobierno tramitó una única propuesta para exonerar el 1% de la canasta básica por un año, a costa de gravar con renta el salario escolar del sector público. Sin el clima favorable para la propuesta y sin cooperación de diputados, la idea de la exoneración duerme el sueño de los justos.

Como exdiputado, Constantino Urcuyo opina que la falta de armonía entre también está condicionada por la ausencia de liderazgos en las fuerzas políticas. Urucuyo recuerda que, en el PUSC; “Rafael Ángel y Miguel Ángel bajaban el dedo y la gente se alineaba”.

Promesas que generan cierta calidad de vida también son canje de los diputados.

“Los partidos que no tienen ninguna posibilidad de ganar las próximas elecciones, pueden hacer las propuestas más descabelladas en esta coyuntura, como bajar los impuestos del IVA. Cualquier propuesta de grupos que no tienen posibilidad de ganar o de personas que quieren ascender en su propio partido, afloran en este momento”, describe el sociólogo José Carlos Chinchilla.

Pero, por otro lado, también hace que los diputados “hipotequen el llegar a soluciones relativas en el tema del déficit fiscal”, dice Chinchilla, porque las exoneraciones afectan los ingresos del Gobierno que no provienen de deuda.

La Asamblea: ¿dialoga o ejecuta?

Persiste el debate de cómo insertar a la Asamblea Legislativa en el diálogo. El presidente ejecutivo Carlos Alvarado y el legislativo Eduardo Cruickshank reafirmaron juntos que lo que “va” es el que anunció el Estado de La Nación.

En contradicción, el viernes 16 de octubre, cinco diputados (una de ellas la subjefa del PUSC) aceptaron reunirse con el Movimiento Rescate Nacional, la fuerza de los bloqueos que el Ejecutivo se negó a reconocer como tal —antes y después de violentas confrontaciones con la Fuerza Pública.

El legislador de Integración Nacional, Wálter Muñoz, opinó sobre el diálogo que “Si el Ejecutivo fracasó, le toca a la Asamblea Legislativa”.

Apenas tres días después, la sesión plenaria que estrenó el nuevo edificio legislativo, omitió hablar de la reunión con Rescate y, también, de las manifestaciones sindicales que ocurrían a un tiempo de ritos católicos y evangélicos para bendecir el edificio.

El PUSC recibió, este martes, a manifestantes del sector turístico y comprometió apoyos para un proyecto de avales para sus préstamos (iniciativa de Gobierno) y también a rebajar el marchamo (conciliado entre Hacienda y PLN).

El papel como rector de diálogo, según el presidente de la Asamblea, está comprometido “Si la mayoría considera que ese debe ser el papel”.

“Nada ganaríamos que dos o tres diputados tomen una iniciativa de esa naturaleza y que no encuentren asidero dentro de la mayoría del pleno”, afirmó Cruickshank en entrevista.

Para los tres académicos que consultó UNIVERSIDAD, el rol es difuso.

Con fuerzas políticas tan fragmentadas, la apuesta del politólogo Constantino Urcuyo es mantener al Ejecutivo en su mismo rol de dictar agenda.

“Los diputados no se van a poner a reunirse entre ellos y discutir las vías de salida de la crisis. Si con proyectos de ley resulta dificilísimo ponerlos de acuerdo, va a ser dificilísimos ponerlos de acuerdo para (crear) los proyectos de ley”, asegura.

Gerardo Hernández afirma que pedirle acciones al presidencialismo es una “trampa”. En su lugar, dice que ya existen planes contra la evasión y elusión heredados de la Comisión de Papeles de Panamá; y que movimientos sociales y medios deberían reaccionar a la revisión del presupuesto.

“Las decisiones más importantes para enfrentar la crisis y para hacer algunos cambios en el sistema político están en la Asamblea Legislativa”, opina Hernández.

El sociólogo José Carlos Chinchilla pide al congreso un “quiebre radical” para retomar “el rol de representación social”. Si el cambio no ocurre, Chinchilla prevé lo mismo que ocurrió con el Ejecutivo: más aislamiento.

“Qué escena más triste inaugurar un edificio donde supuestamente se asienta la democracia sin participación de la gente”, lamenta el sociólogo y académico.

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