La diputada electa (Puntarenas), Sonia Rojas Méndez, del Partido Liberación Nacional (PLN) se identifica como la primera mujer de los pueblos indígenas en llegar a la Asamblea Legislativa: “Me siento muy contenta de haber podido ingresar a un espacio donde pueda tener voz y voto por mis pueblos originarios”, dijo Rojas, quien proviene del territorio Bribri-Cabécar en la zona sur de la provincia puntarenense.
La futura diputada explica que puede aportar al Plenario su conocimiento de la identidad cultural de los diversos territorios indígenas, así como dar a conocer las “verdaderas necesidades de nuestros pueblos”, en lo que respecta al arte, la educación, la ideología y su visión sobre el mundo.
“Mi agenda va a ser la defensa de los sectores más vulnerables y dentro de ellos está la población originaria y todas las poblaciones que actualmente se encuentran vulnerabilizadas como todas las zonas rurales del país y de menos recursos”, dijo Rojas.
La liberacionista explicó que todas las personas tienen el derecho de llegar a espacios políticos de toma de decisiones, a pesar de que para algunas el camino a recorrer es mucho más duro: “Nosotros tenemos mucho que aportar, tenemos muchas ideas, tenemos mucho interés en que las cosas se hagan mejor para todas las poblaciones independientemente si son o no son originarias, nosotros tenemos el deseo de poder apoyar, de poder ayudar a todos”.
“En mi caso por ejemplo, he asumido una situación, por ejemplo, el género, ser mujer, el ser indígena, el ser de campo, el ser de bajos recursos, son muchas cosas que hay que romper, entonces se han venido rompiendo; yo tomé la decisión de alzar la voz y asumir el reto y pues estamos acá y el mensaje es que si se puede, que todas las mujeres independientemente podemos asumir, no importa si somos de campo, no importa si somos indígenas, todas tenemos el derecho y la oportunidad de asumir espacios políticos importantes”, agregó la legisladora electa.
Y qué responde la nueva diputada verdiblanca ante los cuestionamientos que le hacen las personas indígenas porque afirman que no lo es ya que es sólo hija de padre indígena (y no madre; en la cultura Bribri y Cabécar para pertenecer a estos pueblos se debe cumplir con la línea matrilineal):
“Me considero indígena porque he crecido en la cultura de mi padre, participando de todas las partes culturales, artísticas, culinarias, representación, de trabajo, de convivencia; absolutamente todo porque crecer con toda la cultura y tener mi sangre indígena, me hace ser indígena de sangre y de identidad”, indicó.
“Nos ha costado mucho llegar a expresar nuestras ideas y nuestras necesidades. Es para mí muy importante alzar la voz por los pueblos originarios que es a quien represento. Yo represento a la Zona Sur, toda la provincia de Puntarenas y todo Costa Rica pero específicamente los pueblos originarios hoy en día pueden sentirse con una representación real, con sangre indígena en la Asamblea Legislativa”, finalizó.
Incluyendo a Rojas, serán 27 las mujeres que lleguen este año al Congreso; la cifra más alta en toda la historia costarricense, que representa aproximadamente el 47% de los legisladores.
