La decisión de la reapertura de las escuelas y colegios abruma a padres de familia, docentes y estudiantes, ante la llegada del 2021, mientras las brechas sociales entre los estudiantes aumentan con cada día que pasa sin clases presenciales.
La ministra de Educación, Giselle Cruz, reconoció a finales de noviembre que el curso lectivo que acaba ha sufrido limitaciones, que no se abordaron todos los aprendizajes definidos para el proceso educativo 2020 y que los contenidos en los programas de estudio se redujeron a la mitad para poder adecuarlos a las clases a distancia.
Más grave aún fue la exclusión escolar, ya que según el Ministerio de Educación Pública (MEP), cerca de 90.000 mil alumnos no habían podido ser ubicados por sus docentes en tiempo de clases a distancia. En marzo, el MEP registraba cerca de 1.200.000 estudiantes matriculados en el curso lectivo 2020.
Asimismo, aunque muchos estudiantes continuaron su proceso de aprendizaje a través de la plataforma Microsoft Teams, cerca de 325.000 estudiantes carecen de conexión a Internet y no han podido recibir las clases virtuales, una de las grandes deudas que se traslada para el año entrante.
Según un estudio de simulación elaborado entre el Banco Mundial y el MEP, sobre los efectos del cierre de escuelas y la educación a distancia sobre los aprendizajes de los estudiantes durante este año, la generación escolar actual habría dejado de aprender un 60% de lo que debió haber aprendido.
Los estudiantes más pobres no habrían logrado aprender el 82% de lo que pudieron haber recibido este año, mientras que los de mayor estatus socioeconómico habrían perdido un 25% de los aprendizajes esperados, de acuerdo con las simulaciones.
En el caso de la afectación de la pandemia para las personas docentes, la presidenta de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), Zaray Esquivel, explicó a UNIVERSIDAD que asumir el proceso de educación a distancia ha sido el principal reto porque ni todos los docentes, ni todos los estudiantes estaban preparados.
“Había gente que no tenía el equipo, la conectividad o los horarios de trabajo cambiaron mucho, costaba más dar seguimiento a lo que los chicos estaban haciendo y los programas no se aplicaron igual. Los docentes que son padres de familia ya tenían a los hijos de ellos en la casa y también tenían que darles atención porque los chicos estaban en iguales condiciones”, apuntó Esquivel.
Pero una de las principales dificultades tiene que ver con la demanda de tiempo, ya que además de las clases, estaban las reuniones virtuales con el director, y al tener los estudiantes el teléfono del docente “los mensajes llegaban a cualquier hora, en cualquier momento del día o de la noche, no hay horarios establecidos y eso generó mucho estrés”, dijo Esquivel.
Un plan de regreso a clases seguro
El MEP establece como inicio del curso lectivo 2021 febrero y ya se anunció que se combinarán la educación a distancia y la presencial. Para esto se implementarán 14 protocolos ya aprobados por el Ministerio de Salud.
La viceministra académica del MEP, Melania Brenes, ha informado que aún están definiendo cuántos días a la semana asistirán los estudiantes, qué niveles, y si serán los grupos completos o la mitad un día y la mitad otro.
Sin embargo, Brenes ha señalado que, como parte del “Plan Regresar”, ya están listos los protocolos para entregar paquetes de alimentos o la alimentación en comedores, el transporte estudiantil, tiempos de recreo intercalados, procedimientos de desinfección, protocolo de lavado de manos, distribución de aulas para el distanciamiento, disposiciones para los laboratorios o talleres, instrucciones para las familias sobre cómo deben ir los niños equipados, y tratamiento de casos sospechosos.
El MEP ha informado que ya tiene una lista de centros educativos públicos y privados que podrían retomar las clases presenciales; pero aún no se detalla cuáles y cuántos son.
