La jefa de la fracción oficialista, Pilar Cisneros, encuentra que el reciente y exitoso experimento realizado en Reino Unido y el proyecto de ley que permitiría en Costa Rica jornadas laborales de hasta 12 horas son “únicamente disímiles” por la diferencia de horas semanales
La iniciativa británica —como se explicó en la nota: Colombia, Chile y México: los tres países de la OCDE que apuntan a reducir las largas jornadas laborales— mantiene igual la jornada diaria y recorta la jornada semanal a cuatro días, mientras que el expediente 21.182, en contraposición, expandiría la jornada diaria y mantendría la semanal (y el acumulado anual).
A pesar de esto, obviando que un día laboral de 8 horas y uno de 12 horas son sumamente diferentes, la diputada asevera que ambas propuestas “son disímiles únicamente por la cantidad de horas que se deben trabajar por semana”.
De hecho, de aplicarse el proyecto que está en discusión en Costa Rica no habría reducción alguna en el tiempo de trabajo y, más bien, podría haber una reducción en los ingresos de las personas trabajadoras, pues sí implicaría una menor erogación de las empresas en horas extraordinarias.
Colombia, Chile y México: los tres países de la OCDE que apuntan a reducir las largas jornadas laborales
Colombia está en proceso de reducir su jornada de 48 a 42 horas laborales y México discute una disminución similar, mientras en Costa Rica se plantean días de trabajo más largos que afectarían los salarios y el descanso.
UNIVERSIDAD consultó a la legisladora sobre sus referencia al experimento británico, siendo este sumamente diferente a la iniciativa tica y Cisneros dijo inicialmente que: “Nunca dije que eran iguales. Los países ricos pueden darse el lujo de reducir sus jornadas laborales”.
La diputada detalló que, en su criterio, repartir las 48 horas semanales en 4 días, a cambio de un día libre más por semana “permite ahorro en transporte, alimentación, etc.” y aseveró que “gozar de un día libre más permite el disfrute de actividades familiares, deportivas, de estudio, etc.”.
Adicionalmente y obviando que incluso la jurisprudencia costarricense reconoce que existe una relación desigual entre patronos y trabajadores, dijo que “es una jornada excepcional y voluntaria: nadie puede ser obligado a adoptarla”.
Ante la consulta de por qué relacionar dos proyectos tan diferentes, Cisneros escribió: “Son disímiles únicamente por la cantidad de horas que se deben trabajar por semana. Esos países tienen jornadas laborales semanales más cortas que las nuestras”.