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Chaves, en intento de convencer de que le importa la gente pobre, insiste en atacar a líder sindical

Hace una semana lo llamó demagogo sin identificarlo, hoy afirmó que se trata de un sindicalista, y queda claro que es Albino Vargas, quien en días pasados dijo que un comentario del mandatario es “aporofóbico”.

Este miércoles durante la conferencia de prensa de Consejo de Gobierno, Rodrigo Chaves de manera intempestiva y sin provocación aprovechó una pregunta de la prensa para atacar a Albino Vargas, secretario general de la Asociación de Empleados Públicos y Privados (ANEP).

El periodista Greivin Granados, de Diario Extra, hizo una consulta sobre la iniciativa de adherir a Costa Rica a la polémica Alianza del Pacífico, en concreto si el gobierno proyecta excluir a algún sector productivo de esas negociaciones.

En su respuesta, Chaves dijo que “no vamos a dejar botados a los productores que legítimamente van a sufrir en caso de esa apertura comercial” y expresó que lo que quiere es que los agricultores “generen actividades económicas de mayor rendimiento”.

Entonces, sin explicación o motivación aparente saltó a decir: “ahí salió un sindicalista añejo diciendo que yo odiaba a los pobres y lo voy a decir otra vez, ¿quién sale de la pobreza haciendo actividades de baja productividad? Nadie. Ahí le termino de complementar lo que ya le he dicho a ese señor, que pareciera que no ha salido del siglo XIX”.

Luego, ante pregunta del medio radial Acontecer Espartano y Algo Más, respecto al cierre de la empresa Alunasa y la situación de las familias de las personas trabajadoras despedidas, Chaves aseveró que el suyo es “el gobierno que hizo algo por ellos”, y añadió “hasta ese sindicalista añejo que mencioné hace un rato salió a decir que qué bien”.

Aporofóbico

Se trata de un episodio más de la epopeya iniciada el pasado 8 de noviembre, cuando UNIVERSIDAD reportó que ante 23 niños, niñas y jóvenes que representarán a Costa Rica en la Olimpiada Mundial de Robótica, dijo entre otras cosas que “ya no es el sudor de la frente que se va a ganar el pan nuestro de cada día, la gente que no tiene las herramientas mentales e intelectuales, ya nunca va a poder salir de pobre, vean que triste, yo no tengo nada contra el trabajo manual, pero cargar racimos de banano en un bote no va a sacar a nadie de pobre”.

En esa oportunidad, Vargas compartió en sus redes sociales la nota de este Semanario y acotó: “este comentario presidencial es de carácter aporofóbico”. La aporofobia es la “fobia a las personas pobres o desfavorecidas”, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Eso fue todo lo que dijo Vargas, sin embargo, un par de días después en otro acto público de gira por la provincia de Guanacaste y sin que nadie le preguntara, Chaves volvió a referirse al tema y dijo que “se me vino un mundo de críticos encima incluyendo un demagogo que dijo que yo odio a los pobres, yo amo a las personas pobres, no me gusta su condición de pobreza”.

Nótese que la opinión expresada por Vargas no fue calificativa respecto a Chaves como persona, sino al comentario específico que había hecho.

“Lo que pasa es que ese demagogo, que se llama líder y ojalá me estén filmando para que me oiga, debería pensar que los que aman la condición de pobreza es porque se aprovechan de los pobres”, añadió Chaves.

Pero eso aún no era suficiente porque agregó: “Demagogo, que dice amar a los pobres y que dice que yo los odio, usted vive de ellos, yo lo que quiero es que precisamente estos muchachos y muchachas puedan trabajar en la parte del mundo que les de la gana y ganarse una vida decente para ellos fuera de la pobreza”.

Este miércoles, al parecer Chaves reiteró sus ataques, ya por lo menos con la afirmación de que se refirió a un “sindicalista”.

Vargas respondió a través de sus redes sociales con dos mensajes. El primero señaló que los legados de José Figueres Ferrer, Rafael Ángel Calderón Guardia y Manuel Mora “no están añejos”. “Ni el Código de Trabajo ni la Caja están “añejos”. Tampoco la OIT y los Derechos Humanos están “añejos”.

Así cuestionó si “¿lo “moderno” será el narcotráfico, el fraude fiscal a gran escala y la desigualdad?”.

Más tarde añadió que “vieran ustedes que aprendí de un gran humanista costarricense del Siglo XX que cuando en el debate de ideas el oponente acude al insulto y a la descalificación del otro, no es más que expresión de pobreza intelectual y debilidad argumental”.

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