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Huelga en el sector automotor de EE.UU. sobrepasa el tema salarial

El viernes 15 estalló la anunciada huelga, en demanda de mejoras salariales de trabajadores de la industria automovilística en EE. UU., frente a decisiones empresariales que priorizan la reinversión de sus crecientes ganancias en nuevas tecnologías. Es la primera del sindicato en sus 88 años de existencia que afecta simultáneamente a Ford, General Motors (GM) y Stellantis, los "tres grandes" de la fabricación de automóviles en ese país.

Nueva York, Estados Unidos

La huelga iniciada el viernes en tres de las mayores empresas del sector automotor de EE. UU. amenaza con extenderse y prolongarse mientras goza de respaldo popular y confronta las demandas de los trabajadores con las decisiones empresariales, lo que le da un matiz político que empieza a tomar resonancia.

Desde hace varias semanas, el poderoso sindicato United Auto Workers (UAW) había enviado señales a sus cerca de 150.000 afiliados para que se prepararan para la huelga, la primera del sindicato en sus 88 años de existencia que afecta simultáneamente a Ford, General Motors (GM) y Stellantis, los “tres grandes” de la fabricación de automóviles en Estados Unidos.

El sindicato optó por no desatar una huelga general en el sector y prefirió centrarse inicialmente en unas pocas fábricas.

Las primeras fueron una planta de GM en Misuri, otra de Stellantis en Ohio y la de Ford en Wayne, en la región de Detroit (Michigan).

Con cerca de 10 millones de puestos de trabajo, el sector automotor es un actor fundamental en la economía estadounidense que corre el riesgo de sufrir fuertes efectos de la huelga iniciada el viernes.

“El ecosistema automotor genera un billón de dólares anualmente para la economía estadounidense, o casi el 5% del producto interno bruto”, afirma la Alianza para la Innovación Automotriz en su sitio web, donde indica que, a finales de 2022, el sector empleaba directamente a más de 9,67 millones de personas.

La Alianza, citando un estudio de S&P Global Mobility, precisa que en 2022 se vendieron en el país 13,5 millones de vehículos nuevos.

Ese año, el sector exportó por $96.600 millones y totalizó $282.000 millones en importaciones, aportando $126.200 millones a las arcas federales.

El viernes, el presidente Biden pidió a los tres fabricantes que hagan una distribución “justa” de sus ganancias “récord”.

Los trabajadores piden aumentos de 40% como los que tuvieron los ejecutivos de esas firmas.

De acuerdo a la oficina estadounidense de estadísticas, el salario medio por hora en el sector de fabricación en agosto de 2023 se situó en $27,99 por un promedio de trabajo semanal de 44,3 horas.

Salarios vs. inversión tecnológica

La huelga tiene lugar en un contexto de profundos cambios para la industria del automóvil, que avanza hacia el uso de la electricidad.

Ford, al igual que GM y Stellantis, está invirtiendo miles de millones de dólares en la construcción de nuevas fábricas y la preparación de las actualmente existentes para esta nueva era.

Entre los trabajadores reina la incertidumbre sobre lo que estos cambios les significarán.

La huelga apenas inicia

“Pienso que es prematuro hacer pronósticos sobre lo que significa para la economía. Eso dependerá mucho de la duración de la huelga y de quiénes se vean afectados”, estimó el lunes la secretaria del Tesoro, Janet Yellen a la cadena CNBC.

“El punto importante, pienso, es que las dos partes deben limar asperezas y trabajar en un acuerdo que sea bueno para trabajadores e industria”, añadió.

Yellen destacó que “a la industria le va bien y el presidente desea ver que a los trabajadores también les vaya bien”.

Esperamos que se encuentre una solución “pronto”, añadió.

El domingo, el presidente de la UAW, Shawn Fain, amenazó con una posible “amplificación” de la huelga si las propuestas de las empresas no mejoran.

Las encuestas dan cuenta de un fuerte apoyo popular al UAW.

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