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Gobierno francés cede para intentar desactivar protestas de los agricultores

El gobierno de Francia intenta desactivar un movimiento que ha aprovechado la derecha y presentar un rostro más conciliador con su nuevo primer ministro Gabriel Attal. Las protestas agrícolas, que también se registraron en Polonia, Alemania y Rumanía, se producen a unos cuatro meses de las elecciones al Parlamento Europeo, institución clave para fijar las normas medioambientales del bloque.

París, Francia

El gobierno francés anunció este viernes la supresión del encarecimiento del diésel de uso agrícola y su oposición a la firma del acuerdo entre la UE y el Mercosur, para tratar de desactivar las protestas de los agricultores que amenazan con bloquear París.

Los acciones iniciadas por los agricultores hace ocho días para denunciar su situación económica fueron recrudeciéndose hasta este viernes, cuando decenas de tractores empezaron a bloquear las principales carreteras alrededor de la capital.

“Ustedes han querido enviar un mensaje (…) El mensaje ha sido recibido alto y claro”, dijo el primer ministro, Gabriel Attal, durante una visita a un ganadero de Montastruc-de-Salies, en el sur de Francia, donde anunció una serie de medidas para responder a la ira agraria.

Además de la renuncia a la subida a la tasa del diésel de uso agrícola, anunció un mayor control de las negociaciones entre el sector y los distribuidores, ayudas a sectores específicos como la agricultura bio y una disminución de los trámites administrativos, entre otros.

En el plano internacional, reiteró la oposición de Francia a “la firma” del tratado negociado entre la UE y los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay). “El presidente [Emmanuel Macron] siempre se ha opuesto y seguimos y seguiremos oponiéndonos”, aseguró.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, reconoció la víspera que la “actual crisis de la agricultura europea” podía representar un “obstáculo” para este tratado, que necesita para poder ser firmado por la Comisión Europea el visto bueno de todos los países de la UE.

“Hemos decidido poner la agricultura por encima de todo”, “hoy es un día para pasar a la acción”, insistió el primer ministro, de pie detrás de varios fardos de paja, asegurando que este viernes empezaba “un nuevo capítulo para la agricultura francesa”.

“Nuestro trabajo es cultivar”

La agricultura es un sector culturalmente importante en la séptima economía mundial, pese a que su peso en el Producto Interno Bruto retrocedió fuertemente desde el 18,1% en 1949, en el período de reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial, al 2,1% de 2022, según datos oficiales.

Los sindicatos agrícolas no reaccionaron por el momento a los anuncios del gobierno, que responde a gran parte de sus reivindicaciones. “Creo que hemos ganado”, estimó no obstante Jérôme Bayle, uno de los ganaderos más conocido de las protestas, a la cadena BFMTV.

La ira de los agricultores se había traducido en los últimos días en un abanico de acciones: bloqueo de carreteras, vaciado de camiones con importaciones españolas y marroquíes, vertido de estiércol ante prefecturas, ataque con un fardo de paja a un restaurante McDonald’s, etc.

En la mañana, las protestas ya habían obligado a cerrar una autopista clave que conecta París con el norte de Europa y casi 400 kilómetros de carreteras en el sur de Francia, entre la ciudad de Lyon (este) y España, algo “nunca visto”, dijo la empresa concesionaria Vinci Autoroutes.

Y, este viernes, incendiaron un edificio de la seguridad social de los agricultores MSA en Narbona, en el sur de Francia, y bloquearon el puerto de Bayona (suroeste) y un depósito de petróleo en la ciudad portuaria de Lorient (oeste).

Defensa de la UE

Además del acuerdo con el Mercosur, la UE también estaba en el punto de mira del sector por su estrategia para luchar contra el cambio climático, que incluye medidas como un menor uso de pesticidas.

“Salir de Europa es privarles de 9.000 millones de euros anuales” (9.775 millones de dólares) de ayudas, advirtió Attal a los agricultores, anunciando que Macron pedirá no obstante la revisión de algunas de las condiciones para recibir estas subvenciones, como la obligación de poner en barbecho un 4% de las tierras arables.

Las protestas agrícolas, que también se registraron en Polonia, Alemania y Rumanía, se producen a unos cuatro meses de las elecciones al Parlamento Europeo, institución clave para fijar las normas medioambientales del bloque. La extrema derecha lidera los sondeos en Francia.

“Gabriel Attal no ha anunciado nada que garantice la sostenibilidad y la renovación del modelo agrícola francés”, escribió en la red social X Jordan Bardella, candidato ultraderechista a estos comicios.

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