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Francia, Alemania y Polonia no logran diseñar una estrategia contra Rusia tras su encuentro en Berlín

Entre cálculos electorales de cara a las elecciones europeas de junio, reclamos de Ucrania que padece un escenario de derrota y faltas importantes en la comunicación y coordinación, los líderes europeos no logran establecer una estrategia para una salida del conflicto entre Rusia y Ucrania.

Berlín, Alemania

Francia, Alemania y Polonia se mantienen “unidas” en su “determinación” de impedir una victoria de Rusia en la guerra contra Ucrania, declaró el viernes el presidente francés, Emmanuel Macron, en Berlín, junto a los jefes de gobierno de Alemania, Olaf Scholz, y de Polonia, Donald Tusk.

Pero las divergencias fragilizan el mensaje de unidad de los aliados en un momento en que Rusia reivindica avances en el este de Ucrania, desgastada por la menguante ayuda de las potencias occidentales.

Macron afirmó en una conferencia de prensa que los tres países se mantendrían fieles a su posición de “no tomar nunca la iniciativa de una escalada”, tras semanas de tensión, en particular con Alemania, sobre la estrategia para apoyar a Ucrania.

Los desacuerdos entre París y Berlín se multiplicaron en las últimas semanas sobre el envío de tropas en Ucrania, de misiles de largo alcance o el monto de las ayudas a la exrepública soviética.

Scholz insiste en que Alemania es el mayor contribuyente europeo de ayuda financiera y militar a Kiev en términos absolutos, muy por delante de Francia.

El canciller alemán anunció el viernes la creación de una coalición de aliados de Ucrania para la artillería de largo alcance, un tipo de armas que el gobierno ucraniano pide para defenderse de la invasión de las tropas rusas, que comenzó en febrero de 2022.

Elecciones europeas

Los expertos consideran que la cercanía de las elecciones europeas, dentro de tres meses, afecta a la estrategia de ambos dirigentes, atentos a la opinión pública en sus respectivos países.

Scholz ha recibido críticas de varios de sus aliados por su rechazo a entregar misiles de largo alcance Taurus a Kiev. El canciller, en caída libre en las encuestas, enfrenta también mucha presión desde dentro de su partido socialdemócrata, muy apegado a su tradición pacifista.

Un sondeo reciente reveló además que la mayoría de los alemanes se opone a la entrega de misiles Taurus a Ucrania y el dirigente defiende que su ajuste requeriría la intervención de personal militar alemán.

Macron, en cambio, centra su campaña para las europeas en el apoyo a Ucrania y acusa a la extrema derecha, favorita en las encuestas, de apoyar posiciones pro-Kremlin.

Para Tatiana Kastouéva-Jean, especialista en Rusia en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri), el giro de 180 grados de Macron hacia Putin desencadenó este paroxismo.

“Hay una incomprensión: ¿Cómo pasamos de alguien que quiere dialogar con Rusia, ser el mediador, a alguien que toma el liderazgo del bando más duro contra ella?”, resume a la AFP la experta.

Macron vs Putin

Moscú carga principalmente contra las declaraciones del presidente francés el 26 de febrero, cuando no descartó la posibilidad de enviar tropas a Ucrania, generando una controversia internacional y nacional.

Al inicio de la guerra en Ucrania, el presidente francés, Emmanuel Macron, abogaba por dialogar con su par ruso Vladimir Putin, pero dos años después se ha convertido en acérrimo enemigo de Moscú que lo califica de belicista.

“¿Qué le pasó a Emmanuel Macron? ¿Perdió al cabeza?”, le preguntó el miércoles a Putin el presentador pro-Kremlin Dmitri Kisilev. “Resentimiento” por la influencia creciente de Rusia en África, le respondió.

El presidente francés aclaró su posición el jueves por la noche, previo a su viaje a Alemania, cuando dijo que la guerra en Ucrania es una amenaza “existencial” para Europa, y Rusia es “el adversario”.

“Nunca tomaremos la iniciativa” de combatir a Rusia, pero “si la situación se degrada, (…) estaremos listos para tomar las decisiones que se imponen para que Rusia no gane nunca”, agregó.

Putin le prometió que, si pasaba de las palabras a los actos, le ocurriría como al emperador francés Napoleón, que fue derrotado en su intento de invadir el Imperio ruso en 1812.

“Las consecuencias de estas intervenciones serían realmente trágicas”, agregó el mandatario ruso, para quien una guerra nuclear sería una “amenaza real”. Ambos países son potencias nucleares.

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