Mundo América Latina

Elecciones en postpandemia, el ascenso progresista

Dos grandes acontecimientos históricos globales impulsan un nuevo orden geopolítico mundial: la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania. Ambos repercuten en el escenario político y electoral de las democracias latinoamericanas, donde las tendencias muestran una inclinación a las opciones progresistas y una fuerte polarización.

Aunque ciertamente la crisis general, provocada por las medidas para contener la pandemia de COVID-19, incrementó el descontento antisistema, en Latinoamérica, este factor se sumó a un malestar ya existente de orden más estructural, fortuito producto del fracaso del modelo neoliberal.

Según encuestas de Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), a inicio de 2020 el 90 % de los argentinos estaba a favor de un Estado mucho más presente y activo; este valor es del 70 % en Chile, 60 % en México y 75 % en Bolivia.

Antes de la pandemia, ya las protestas y malestar social se expresaban de manera dramática contra el fracaso de las fórmulas de la doctrina neoliberal. En Chile, máximo ejemplo de ese modelo, las protestas en 2019 ya habían alcanzado un nivel de violencia que hacía tambalearse al gobierno derechista de Sebastián Piñera.

En Colombia, las protestas también habían llegado a un tono de insostenibilidad para el gobierno del derechista Iván Duque en algunas ciudades, que solo fueron contenidos por los confinamientos de la pandemia, pero que luego han dado lugar a un ascenso sin precedentes en la Colombia del izquierdista Gustavo Petro, exguerrillero, congresista y exalcalde de Bogotá.

En Honduras, los 12 años de gobiernos del derechista partido Nacional tras el golpe de Estado a Manuel Zelaya fueron derrotados de manera aplastante por la izquierdista Xiomara Castro y la coalición LIBRE, el 21 de noviembre de 2021; mientras que, el presidente saliente Juan Orlando Hernández, de manera inmediata a su entrega del poder, era requerido para extraditarlo a Estados Unidos acusado narcotráfico y de favorecer un narcoestado.

“Las estructuras parlamentarias fraccionadas y la polarización son importantes amenazas contra la gobernabilidad en los países latinoamericanos.”

En Perú, sumido en la ingobernabilidad por las inconciliables fuerzas políticas representadas en el parlamento, llega al poder el izquierdista Pedro Castillo, un maestro rural en un país marcado por diferencias de clase y étnicas. En una sociedad polarizada por las pugnas en el Congreso y la falta de experiencia en esas lides del nuevo gobierno, lo han mantenido en permanente zozobra, los escasos meses que lleva en el poder, y ha tenido que sobreponerse a dos intentos de ser destituido, experiencia que vivieron sus predecesores.

En Argentina, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) puso al gobierno de Alberto Fernández en serios aprietos y provocó rupturas en el bloque de gobierno, sin llegar a crear una crisis de gabinete.

Por su parte, el gobierno de derecha de Luis Lacalle Pou en Uruguay convocó a un referéndum el 27 de febrero por la Ley de Urgente Consideración (LUC), paquete de reformas gubernamentales que incluyen aspectos económicos, institucionales y sociales cuya derogación se sometió a consulta. El No obtuvo el 49,9 % y el SÍ (a favor de derogar) el 48,8 %. El voto en blanco (1,3 %) sumaba al No. Aunque el oficialismo ganó, lo hizo por estrecho margen, lo cual dejó ver que el opositor de Frente Amplio se encuentra en franca recuperación luego de haber perdido las elecciones en 2020.

Colombia

Los procesos electorales latinoamericanos este año tienen como protagonista a una sorpresiva Colombia, donde se avecina una contienda sin precedentes en ese país donde, por primera vez en su historia, se plantea como gran favorito el izquierdista Gustavo Petro, quien en las primarias de 13 de marzo en su coalición progresista Pacto Histórico alcanzó el 47,5 % de los votos.

Gustavo Petro y Francia Márquez, de Pacto Histórico, predilectos en Colombia para la elección del 29 de mayo.

Es la tercera vez que Petro es candidato, pues ya lo fue en 2010 y 2018. En 2014 se eligió como alcalde de Bogotá.

Al gran carisma de Petro se suma como vicepresidenta a Francia Márquez, a quien venció en la contienda interna de la coalición, con quien espera ganar el 29 de mayo en primera vuelta. En caso de que ningún candidato supere el 50 % de los apoyos, la segunda vuelta será el 19 de junio.

Enfrenta a la coalición de derecha, Equipo por Colombia Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín, a quien se pueden sumar otras fuerzas oficialistas y de otros movimientos derechistas, con lo que se cumple también el esquema de la polarización profunda.

La mujer de los nadies

La carismática afrodescendiente Francia Márquez, nacida el 1 de diciembre de 1981, en Yalombó, vereda del Municipio de Suárez, Departamento del Cauca, ha aportado una visión renovadora a la campaña electoral colombiana con su lema de “vivir sabroso”.

Márquez ha sido el complemento idóneo, según analistas, para la campaña de cambio y renovación en Colombia que impulsa el movimiento de Petro. Su postura contundente en las luchas ambientales, contra las discriminaciones y en favor de los marginados y excluidos invisibilizados, la resume al decir que es la opción de los “nadies”.

La candidata a la vicepresidencia de 40 años ha recibido varias amenazas de muerte por parte de grupos de extrema derecha. La candidata ya sobrevivió en 2019 a un atentado con granadas y ráfagas de fusil por su defensa del agua en las comunidades afrodescendientes. Un año antes, había recibido el Premio Goldman —también conocido como Nobel del medioambiente— por su lucha ambiental en el Cauca (suroeste), departamento donde nació.

Chile

No obstante, el triunfo indiscutible del joven progresista Gabriel Boric, 55,9 % de los votos frente al 44,1 % de su oponente José Antonio Kast, y el discurso de la derecha polarizó el país.

En el Senado, 20 de 50 son los senadores de la coalición (21 si se incluye a Fabiola Campillai, cegada por la policía en 2019). La cifra llega a 25 si se suman 2 independientes cercanos a la exConcertación y los 2 de la Democracia Cristiana (DC). La derecha cuenta con 25 en esta cámara (contando con el senador del Partido Repúblicano de Kast). En la Cámara Baja, de los 155 escaños, 65 son del Gobierno, que podrían estirarse a 74 si se suma la DC y el disuelto Ciudadanos. Cercanos, pero distantes, se encuentran el Partido Humanista, el Ecologista Verde y el independiente Carlos Bianchi, que podrían ayudar a llegar a 80 representantes. En disputa se ubican los 7 escaños que suman el Centro Unido (1) y el Partido de la Gente (Parisi, con 6). La derecha, contando al Gobierno saliente y al partido de Kast, suma 68 diputados.

El bloque Apruebo Dignidad, (pacto electoral y programático entre el Frente Amplio, compuesto por Revolución Democrática, Convergencia Social y Comunes, junto al Partido Comunista y el Frente Regionalista Verde Social), tiene la mayor representación al interior. El Partido Comunista (PC) ostenta la Secretaría General de Gobierno con Camila Vallejo a la cabeza, figura emblemática de esta formación que actuará como vocera del Gobierno.

Brasil

Brasil es el gran escenario en que las elecciones, que convocan en octubre a un recambio total en todas las instancias gubernamentales legislativas, presidenciales, departamentales, enfrentarán al actual presidente, el derechista Jair Bolsonaro, con el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

Luiz Inácio Lula Da Silva, espera ganar el 2 de octubre en primera vuelta en Brasil, o ir a segunda ronda el 30 frente al
actual presidente el derechista Jair Bolsonaro.

Para ganar en primera vuelta el 2 de octubre se necesita una mayoría absoluta de votos, sin contar blancos y nulos. La segunda ronda se programaría para el 30 de octubre.

Aunque Lula ha mantenido una clara ventaja como favorito con un 40% de intención de voto, frente a su principal contendor, el aspirante a la reelección Jair Bolsonaro con 30%, este ha detenido su caída y ha comenzado a remontar en las últimas semanas.

Aunque fue hasta marzo reciente que Lula hizo público que irá a la contienda electoral por la presidencia en octubre, desde el año pasado lleva una intensa agenda de conversaciones políticas que buscan consolidar su posición.

Las negociaciones de Lula no solo apuntan a asegurar el triunfo en caso de que tengan que ir a segunda ronda con Bolsonaro y sus aliados de la derecha, sino que su experiencia gubernamental (2002-2010) lo hace prever que serán necesarios acuerdos y negociaciones para poder llevar adelante un gobierno con éxito.

Las estructuras parlamentarias fraccionadas y la polarización son importantes amenazas contra la gobernabilidad en los países latinoamericanos. El ejemplo más claro es Perú, donde la inestabilidad política y la polarización amenazan a la democracia con una crisis de gobernabilidad en los últimos años.

Perú

En diciembre de 2017 el Congreso amenazó con la vacancia a Pedro Pablo Kuczynski, quien se ve obligado a renunciar el 20 de marzo de 2018 y dejó a cargo a su vicepresidente Martín Vizcarra, quien disolvió el Congreso y convocó a nuevas elecciones parlamentarias para enero de 2020.

Pero su nuevo parlamento lo destituyó por “incapacidad moral” en noviembre de 2020. Asumió Manuel Merino, quien, tras fuertes manifestaciones en contra, renunció una semana después de haber asumido. En los momentos más duros de la pandemia, pues Perú es el país con más muertos por cien mil habitantes por COVID-19, fue nombrado para un gobierno de transición Francisco Sagasti. El 15 de junio de 2021, tras una campaña muy dura de acusaciones de todo tipo, el izquierdista Pedro Castillo se impone en segunda ronda con el 50.125 %, a la derechista Keiko Fujimori, quien obtuvo el 49.875 % de votos válidos.

Castillo asumió el cargo el 28 de julio, pero su gobierno ha pasado por constantes crisis de gabinete, el cual ha sido removido varias veces en su totalidad, así como dos intentos de destituirlo del poder mediante la declaración de “vacancia” por parte del Congreso.

México

El próximo 10 de abril. Se le preguntará a la ciudadanía si está de acuerdo o no con revocar el mandato de Manuel López Obrador (AMLO), cuya aprobación en febrero de 2022 en promedio era de 60,6 % positiva y 35,7 % negativa, y en marzo era del 62,1 % vs 34, 3%, respectivamente.

El modelo de consulta de revocatoria a medio lo instituyó el mismo gobierno y, pese a fuerte ataques que ha recibido, todo indica que resultará con una afirmación de su periodo de mandato hasta el final, aunque la coalición que lo llevó al poder MORENA sí ha visto disminuido su caudal.

Costa Rica

En Costa Rica, tras las elecciones en segunda ronda del 3 de abril, la llegada el próximo 8 de mayo a la presidencia de un advenedizo de la política nacional, el economista Rodrigo Chaves, más un técnico que un político, hace difícil de predecir la gestión del próximo gobierno. Su discurso de pragmatismo nacionalista, en el que ha señalado la mala gestión pública, la corrupción y los abusos de poderosos sectores privados, hace suponer un gobierno autoritario, pero la escasa representación legislativa de su partido, apenas 10 de 57 diputados, desvanece la posibilidad de un gobierno fuerte y augura más bien un periodo largo y complejo de acomodo de fuerzas y futuras confrontaciones entre la mayoría popular que lo eligió y los poderes fácticos con quienes tendrá que negociar para sacar adelante su gestión.

En el ámbito internacional, ya anunció su intención de mejorar las relaciones con Nicaragua y una política exterior dispuesta a negociar con todos en favor de lo que convenga a Costa Rica.

El reacomodo geopolítico internacional demanda a los países latinoamericanos la necesidad de estrechar sus vínculos y fortalecerse como bloque en un espacio multilateral. En su visita a Argentina el nuevo presidente chileno Gabriel Boric lo resumió así: “Hay que recuperar una voz unida. De cooperación. Conjunta en el escenario global. Tenemos desafíos que son tremendamente compartidos. Si seguimos por separado nos vamos a hundir por separado. Pero nos vamos a salvar si estamos juntos”.

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