Cultura

Ilustraciones conmemoran al Quijote en Biblioteca Nacional

Exposición de 36 ilustraciones homenajea a Miguel de Cervantes en el 400 aniversario de su muerte

En el año del cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, autor del Quijote, la Biblioteca Nacional tiene abierta, hasta el 15 de noviembre, una exposición con 36 ilustraciones, entre pinturas, creación digital y trabajos mixtos, sobre el inmortal personaje.

Laura Rodríguez, directora de la Biblioteca Nacional, expresó que esta nueva exhibición, intitulada “Un Quijote para los jóvenes”, forma parte de las distintas actividades realizadas en torno al universal personaje.

Para cerrar el año todavía falta un homenaje más a Cervantes y a su personaje. Esta vez se conocerán historias escritas por niños con base en los valores del servicio y la solidaridad que surgen del libro.

Aunque en un principio hubo dificultades en España para organizar los reconocimientos al creador del Quijote, libro celebrado como el surgimiento de la novela moderna, al final el recuento indica que solo en ese país se programaron 500 actividades; mientras que en Costa Rica fueron, también, varias las efectuadas.

Entre los ilustradores que conforman la exhibición, el 80% son estudiantes o recién graduados de su respectiva universidad, detalló Rodríguez. Vicky Ramos fue la gestora que convocó a los jóvenes creadores.

Ramos también participa de la exposición con sus creaciones. Los formatos empleados por los diferentes artistas son, en este caso, pequeños, y trabajaron en acuarela, óleo, pintura digital y mixta.

“Las ilustraciones son muy, muy hermosas, y por eso invito a los costarricenses a que se acerquen y disfruten de tan importantes creaciones”, manifestó Rodríguez.

La directora resaltó que para la lectura, la imagen es un complemento ideal y que contribuye fuertemente a incentivar este acto.

Ramos, entre tanto, destacó que “era muy importante para el país fortalecer la ilustración como complemento de la lectura”.

En relación con la muestra, dijo que “retrata el imaginario colectivo, lo que los jóvenes y los más mayores pensamos de la experiencia que hemos tenido” en torno al libro de Cervantes, quien murió el 22 de abril de 1616.

“Actualmente la ilustración se realiza más frecuentemente con técnicas digitales; sin embargo, muchos ilustradores también utilizan las técnicas manuales”, precisó Ramos.

OBRA PLÁSTICA

El Quijote es uno de los personajes de la literatura universal que más ha recibido atención de los pintores y, en general, de los artistas plásticos. Famosas son las ilustraciones realizadas por Gustave Doré en 1863, así como por otros grandes creadores, entre ellos Salvador Dalí.

Lanzado el primer tomo en 1605, cuando Cervantes tenía 58 años (nació, asumen los biógrafos, el 29 de septiembre de 1547), el libro se convirtió de inmediato en un superventas, a tal punto que surgió, antes de que Cervantes publicara la segunda parte, el Quijote de Avellaneda, de Alonso Fernández de Avellaneda, que incluso es criticado en el segundo volumen que escribe Cervantes.

El Quijote, libro que se nutrió de múltiples fuentes y visiones, entre ellas de las de Erasmo de Róterdam, superó por completo a su creador, que murió pobre y sin disfrutar a plenitud la gloria de su inigualable personaje.

A pesar de la fama de su Quijote y de su monumental obra, a Cervantes siempre lo persiguió esa sombra de la desgracia, a tal punto que antes de escribir el Quijote había manifestado a su majestad el rey la posibilidad de ser enviado a trabajar a América.

“Y nos preguntamos cómo se habría conducido en la gobernación de Soconusco de Guatemala, en aquella ínsula de verdad”, escribe Américo Castro en el prólogo a una de las ediciones del Quijote.

En el famoso prólogo de Castro, este afirma que “el Quijote sigue siendo maravilla”. Lo escribió 350 años después de publicado el libro, cuya temática universal parece inagotable.

Ahora le tocó el turno a esos 36 ilustradores que presentan, cada uno, una visión del ingenioso Hidalgo, para quien el “parecer” era realidad y ficción al mismo tiempo, lo que le permitió trocar molinos por gigantes y distribuir ínsulas y andar por el mundo “desfaciendo entuertos”.

 

 

 

 

 

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