Cultura

Concurso convierte aulas en taller literario

Convocatoria a escuelas de todo el país intenta superar los 11.600 participantes del año pasado.

Convertir el aula en un taller de escritura, donde la imaginación, la creatividad, el talento y el compromiso se transformen en una ficción, es el desafío que les plantea a los niños la quinta edición del concurso “Mi cuento fantástico”.

La convocatoria estará abierta del 1 de agosto al 1 de setiembre, para estudiantes de tercero a sexto grado de las escuelas públicas y privadas de Costa Rica.

La mecánica del concurso estipula que los cuentos deben escribirse en el aula con la guía del profesor y el acompañamiento del bibliotecólogo en aquellos centros educativos en los que los haya.

Este es un aspecto de suma relevancia, de acuerdo con Melissa Arias, coordinadora general del certamen y representante de la Asociación Amigos del Aprendizaje (ADA), entidad coorganizadora.

“Es importante, y lo destaco porque muchos preguntan sobre este tema: las obras que se envíen tienen que ser producto de lo escrito en la clase con la supervisión del docente. Es la forma de garantizar que es un proceso auténtico”.

La idea, insistió Arias, “es que los educandos se familiaricen con el proceso de escritura y no se pretende buscar al alumno estrella, sino fomentar el gusto por las letras por parte de los integrantes de la clase”.

De esta forma, son los profesores los que eligen las dos mejores historias y las envían al concurso, que premia a los tres primeros lugares de cada grado.

El concurso reviste mayor importancia en la actualidad, debido que al entrar en vigencia el nuevo programa del español para primaria, en el 2014, se busca que la producción de textos implique una mayor creatividad al dejarse de lado las viejas prácticas.

En ese sentido, Arias explicó que “veníamos observando que la escritura en las aulas se limitaba a copiar, por lo que el certamen ha sido un espacio para que los niños pongan por escrito sus ideas y descubran sus capacidades”.

El nuevo programa del Ministerio de Educación Pública (MEP) en enseñanza del español propone que, “para estimular la escritura, la sala de clases debe ser un lugar donde puedan compartir sus escritos, lo que les permite dar sentido a sus textos y experimentar el efecto que tienen en los demás”.

Para Gilberto Alfaro (ver entrevista), miembro del jurado  del concurso desde su primera edición y profesor de doctorado en la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, el hecho de que los niños tengan que compartir sus cuentos en el aula es clave en ese proceso formativo.

“Mi cuento fantástico’ es una oportunidad para que piensen, sueñen y escriban. El concurso los anima a compartir esos ideales y sueños. Saben que tienen que cuidar la estética de lo que escriben, porque otros los van a leer”.

El ejercicio de dar el escrito a sus compañeros fomenta la solidaridad y el espíritu crítico, consideró.

CRECIMIENTO

En el programa piloto de “Mi cuento fantástico recibieron, según Arias, 52 narraciones, mientras que en 2015 la participación registrada fue de 11.600 historias procedentes de las 27 regiones escolares del país.

El concurso es una alianza entre ADA, el MEP, la Universidad Estatal a Distancia (UNED), Libros para todos (La Nación) y la Comunidad de Empresas para Comunicación. En las cuatro primeras ediciones se han registrado 34.000 cuentos. Las historias ganadoras están en línea en la página www.ada.or.cr/concurso.

Tanto para docentes como para los niños, escribir un cuento en el tiempo que propicia el aula es un gran desafío, aseguró Arias.

“Aunque se renovó el programa de español, no todos los educadores están preparados para trabajar con la escritura creativa, porque muchas veces no saben cómo hacerlo. Escribir un cuento es una tarea bastante compleja. En ese sentido, el concurso viene a ser un apoyo para el maestro”.

El certamen estimula con premios a los 12 ganadores, a los docentes y a los bibliotecarios, porque el propósito es que la práctica se instaure en el aula.

“La idea es que ellos sigan escribiendo para, así, fomentar la escritura en el aula. Viera cómo los docentes nos dicen que están impresionados con lo que los niños han escrito”, puntualizó Arias.

Para el Ministerio de Educación (MEP) el fomento de la escritura es de suma relevancia, sobre todo en el marco del nuevo contexto.

“Este concurso es un instrumento efectivo para fomentar la lectura y la producción de textos en el aula, apoyando la implementación de los nuevos programas de español para primaria. Por ese motivo, instamos a docentes y centros educativos de todo el país para que participen y brinden a sus estudiantes la oportunidad de convertirse en autores”, expresó Miguel Gutiérrez, viceministro de Planificación y Coordinación Regional del MEP.

El lanzamiento se hizo la semana anterior en la escuela Marcelino García Flamenco, en San José, y se espera que el banderazo de salida despierte el interés de niños y niñas para echar a volar su imaginación y trasladar a la mítica hoja en blanco sus historias y sus sueños.

Según prueba PISA

El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) evidenció en 2012 que Costa Rica requiere de un gran trabajo en el ámbito educativo.

De esta manera, en lectura ocupó el puesto 47 entre 65 países. Se reveló que el 32% de los estudiantes costarricenses obtuvo resultados inferiores a la competencia de lectura mínima, frente al 18% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Ello significa que el porcentaje de estudiantes costarricenses que registró un rendimiento de lectura por debajo del nivel mínimo es casi el doble que los de la OCDE.



Claves del certamen

Desde 2012, año de la primera convocatoria de “Mi cuento fantástico”, se suma 34.000 narraciones.

Participan niños de tercero a sexto grado y se premia a los tres primeros por cada categoría.

Además, la región, de las 27 existentes en Costa Rica, de acuerdo con el Ministerio de Educación Pública (MEP), que más participaciones presente recibirá un reconocimiento.

La escuela que más cuentos presente también será premiada.

El requisito indispensable es que los cuentos deben escribirse en horas lectivas y no en la casa, para garantizar la participación grupal y la guía del maestro.

El reglamento para participar se puede encontrar en esta dirección: www.ada.or.cr/concurso

En la dirección www.mep.go.cr/educatico se encuentra una antología digital con 1.200 cuentos para quienes deseen consultarlos para uso en clase u otros fines educativos.

La premiación de los ganadores de 2016 se realizará el 30 de noviembre en el Auditorio Nacional.



Gilberto Alfaro

La escritura enseña a los niños a conocerse mejor

Miembro del jurado de “Mi cuento fantástico” destaca la importancia de fomentar la escritura y la lectura en los estudiantes de primaria.

José Eduardo Mora

[email protected]

Gilberto Alfaro destacó la importancia que tiene el manejo del lenguaje para los pequeños estudiantes y futuros ciudadanos.
Gilberto Alfaro destacó la importancia que tiene el manejo del lenguaje para los pequeños estudiantes y futuros ciudadanos.

Descubrir que los cuentos no solo están en los libros, sino también en sus mentes y su imaginación es uno de los mayores aportes y retos que plantea el concurso “Mi cuento fantástico”, según Gilberto Alfaro, miembro del jurado de ese certamen y profesor en la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica.

El desafío que lleva a plasmar una historia, luego de muchas correcciones, afinamientos y recortes, hasta el punto de depurarla, permitirá a escolares mejorar su comprensión lectura y tener una mayor capacidad de análisis para enfrentarse al mundo.

De ahí que Alfaro, quien además es director ejecutivo del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES), considere de suma relevancia que en la primaria se incentive hoy una nueva forma de enfrentarse al lenguaje y a la escritura, lo que se circunscribe en el nuevo programa de enseñanza del español, que entró en vigencia en 2014. En ese contexto, considera que “Mi cuento fantástico” es una herramienta de gran valor para fomentar ese nuevo camino, porque enseña a los educandos a razonar y a conocerse mejor.

Como educador, ¿qué relevancia tiene incentivar la escritura en niños y niñas?

–Creo que todos los niños tienen sueños y buscan plasmarlos de alguna manera: dibujando o pintando; en alguna parte, a ciertas edades, desarrollan habilidades para escribir esos sueños, y articularlos muy bien.

El concurso “Mi cuento fantástico” es esa oportunidad para que piensen, sueñen y escriban. El concurso los anima a compartir esos ideales y sueños. Saben que tienen que cuidar la estética de lo que escriben, porque otros los van a leer.

El saber que se van a enfrentar a una selección previa de esos cuentos y el contar con el apoyo de los maestros son etapas que los niños viven y eso les enseña en su proceso.

Para que tenga un impacto real en los niños, ¿cómo debería ser ese fomento de la escritura?

–Cuando se trata de la producción de textos, antes de escribir, las personas tenemos imágenes sobre lo que queremos decir, no se empieza con la hoja en blanco y la mente en blanco. Hay un manejo del lenguaje, ya que todos jugamos con las ideas.

Se trazan líneas en la escuela, ya que las maestras ponen a los niños en un espacio de conversación, se comenta qué se va a decir de esto, qué figuras literarias usar, cómo crear un buen texto que tenga riqueza del lenguaje. Para eso hay que hablar mucho. Es necesario que los niños escriban, lean sus textos y los corrijan.

Los niños llegan a entender que un texto no se escribe bien desde la primera vez. Es un juego de ir y venir. Hay intercambio y entre los jóvenes se establece el valor que tiene la idea de uno y de otro.

A veces existe la idea de que un texto tiene que estar listo en la primera vez que se escribe y no es así. Hay que escribirlo muchas veces. De ahí que en “Mi cuento fantástico” hay un gran valor pedagógico, porque una idea hay que pensarla, refinarla, escribirla, leerla, corregirla, dársela a otro a ver cómo la entiende.

El gran valor no está en el texto, sino en el proceso.

En ese sentido, ¿qué aporta el concurso en concreto?

–Los niños se dan cuenta de que no todos los textos están en los libros, sino que ellos pueden también crearlos. “Mi cuento fantástico” es para los niños como un campeonato, porque es la posibilidad de poner en práctica lo que saben. Ese ejercicio creativo debiera ser una práctica cotidiana en la escuela.

Es una oportunidad para que verbalicen lo que están pensando y para que pongan en orden las ideas, y que entiendan que hay que decirlas bien. Eso ayuda a la capacidad de comunicación. Entra en juego el lenguaje, la lógica y tantas cosas que tienen que concretarse. Que se comprenda que los cuentos están por escribirse todos los días.

De paso se fomenta el gusto por la lectura

–Es muy difícil la separación entre leer y escribir. En la escritura hay un proceso. Si incentivamos la escritura, se incentiva la lectura.

Cuando leemos mucho, nos preguntamos cuál es la lógica y eso me va a despertar el sentido de descubrir las imágenes que puedo construir. A partir de ahí, un buen escritor tiene que ser un buen lector. Le va a interesar cómo articular esas imágenes, qué quieren decir, saber si se dijeron bien. Es una combinación. Escritura y lectura es muy difícil disociarlas.

Llama la atención que los niños reflejen en sus cuentos la violencia familiar, el acoso escolar y el alcoholismo, entre otros asuntos. ¿De estos temas qué lecturas podemos hacer?

–Mire, yo creo que ese es el mundo que ellos están viviendo. Esa sensibilidad, el hacer suya la historia del amigo del barrio y el poder plasmar su propia historia es muy valioso, porque es lo que hay y lo que sale en el cuento.

Luego descubrirán los mundos posibles. Por ahora es reflejar el mundo que viven y la habilidad para sacar esas historias e hilvanarlas. Eso me parece maravilloso.

Dentro de este contexto de lectura y escritura, a Costa Rica le ha ido mal en las pruebas PISA.

–Este tema de las pruebas PISA hay que empezarlo muy temprano. Normalmente, la gente cree que se debe preparar la prueba cuando se está cerca, pero ya entonces es demasiado tarde. Los jóvenes que llegan a hacer esas pruebas tienen que haber pensado mucho sobre situaciones y soluciones coherentes. Eso va a ayudar. De ahí que es muy importante, desde una temprana edad, trabajar una idea, ponerla por escrito y someterla a prueba. Esto nos va a ayudar mucho a la interpretación.

Los nuevos programas de enseñanza del español contribuyen mucho con esto. Hay una nueva teoría vigente en el mundo. Nosotros tenemos que ir con la ola; en la cresta de la ola. Es maravilloso que Costa Rica esté en esta línea.

Sin embargo, ha habido reticencias por parte de un sector de educadores a la hora de trabajar con el nuevo programa de español.

–Reticencias siempre hay, y son normales. La gente se acostumbra a hacer las cosas de una manera. Las tendencias en educación evolucionan, pero es entendible que algunos educadores aprendieron a enseñar de una manera; en ese momento era buena, pero ahora las tendencias van por otro lado. Hay que trabajar mucho con los docentes.

Hoy copiar, por ejemplo, de la pizarra al cuaderno ya es un proceder que ha sido superado. En la actualidad, también se lee de otra manera. Eso es lo que hay que explicar a los educadores. Hay que decirle que no los estamos descalificando, sino que hay otra manera de enseñar.

Hay una metáfora que me gusta de Roland Barthes y dice que los gansos del Canadá siempre están migrando, buscando tierras más cálidas para pasar el invierno, y los educadores tenemos que ver cómo nos movemos hacia tierras más cálidas.



 

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