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Diputados del PLN, PRSC y PIN evitan reducir a uno el número de armas por persona

Los diputados del PAC y el bloque independiente Nueva República cuestionaron el peso que pudo tener el lobby armamentista en la discusión.

Cinco diputados del Partido Liberación Nacional (PLN), del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC) y del Partido Integración Nacional (PIN) rechazaron disminuir a una la cantidad  de armas permitidas por persona.

Los diputados Gustavo Viales, David Gourzong, Jorge Fonseca (PLN), Otto Roberto Vargas (PRSC) y Zoila Rosa Volio (PIN) votaron en contra de la iniciativa, que buscaba incluir como parte de las reformas a la Ley de Armas que se tramitan en la Comisión de Seguridad y Narcotráfico del Congreso.

Los cinco diputados defendieron férreamente su posición y destacó especialmente la postura de los legisladores del PLN, quienes votaron en contra de la reducción a pesar de los criterios internos de personajes liberacionistas como la expresidenta Laura Chinchilla.

En contraste, el diputado Viales al igual que sus compañeros de bancada en la comisión señaló que no encontraba una correlación directa entre la tenencia de armas legales y las actividades delictivas, una frase que repitieron una y otra vez el resto de opositores a la disminución.

A Viales, ni al resto de los cinco congresistas que rechazaron el cambio, le convencieron los datos aportados por el ministro de Seguridad, Michael Soto, quien había señalado el 14 de enero pasado -en audiencia con los legisladores- que “el mercado lícito es la principal fuente del mercado negro de armas” en Costa Rica.

De hecho, Soto había agregado que anualmente se reportan en promedio unas 800 armas perdidas por parte de tenedores legales, las cuales pasan al mercado negro y se utilizan para cometer delitos o contrabandearse.

La posición mayoritaria de la comisión fue lamentada por el resto de los congresistas en ella, encabezados por los oficialistas Carolina Hidalgo y Enrique Sánchez, del Partido Acción Ciudadana (PAC); así como por los diputados Harllan Hoepelman y Marulin Azofeifa del bloque independiente Nueva República.

Hidalgo cuestionó el cambio de posición de los liberacionistas y los republicanos, quienes en un principio habían aprobado un dictamen que proponía el tope de un arma, pero luego cambiaron su posición.

“El dictamen afirmativo inicial hablaba de un arma y lo aprobamos por mayoría de esta comisión, con la excepción de la diputada Volio Pacheco. Hablábamos de un arma, entonces yo me pregunto qué cambió de camino”, lamentó la presienta del Congreso.

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El comentario no sentó nada bien al liberacionista Viales, quien señaló que no hay razones para poner en duda la posición de los diputados y que los cambios de posiciones “son trámites totalmente normales de la construcción de un proyecto de ley”.

Además, señaló que la reforma no aumenta el número de armas, sino que lo deja como actualmente está en la legislación, en la que se habla “de hasta tres o cuatro armas en algunos casos”.

Esta visión fue intensamente reprochada por el diputado del PAC, Enrique Sánchez, quien cuestionó a los diputados liberacionistas por no seguir esfuerzos conceptuales en los que figuras liberacionistas, como la expresidenta Chinchilla, habían sido pioneros.

En esa línea, Viales  —quien además es secretario general electo del PLN— apuntó que en este caso no quieren reducir el número porque no se trata de un programa completo de Gobierno, como en los gobiernos de su bandera.

Un asunto de lobby

Los diputados defensores de reducir el número de armas denunciaron además, en distintos momentos, fuertes presiones de grupo armamentistas para dejar en tres el número de armas permitidas.

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Incluso, el diputado Sánchez había señalado semanas atrás, en una conferencia de prensa, que había recibido llamadas, correos y mensajes de texto de estos grupos, los cuales actuaron de forma insistente y casi invasiva.

Esta mañana, el panorama mostró más de esa presencia.

En la barra de público y en los pasillos aledaños se reunieron decenas de lobbistas y negociadores de grupos pro-armas, los cuales no solo contaban con el orden actualizado de las mociones en discusión sino que además ingresaron al recinto de la sesión e incluso conversaron con los legisladores.

Ante este panorama, diputados cuestionaron la falta de claridad del Congreso en materia de cabildeo, especialmente la congresista Ivonne Acuña, quien se acercó a la comisión esta mañana para hablar sobre esa materia.

“Yo creo que urge en el país y estoy decidida a trabajar en una ley de lobby, hasta cuándo vamos a permitir que nos vengan a decir cómo hacer política… esto no puede ser posible, tenemos que ser conscientes y responsables”, apuntó.

“Ahora decía el diputado Gourzong que estaba tomando una decisión responsable y realmente espero que lo esté haciendo y que el día de mañana no tenga que vivir una situación desafortunada”, subrayó la legisladora.

Los argumentos

Para defender los diferentes puntos de vista se utilizaron todo tipo de argumentos, desde indicaciones técnicas hasta explicaciones religiosas.

A favor de la iniciativa, los diputados recordaron cifras antes dichas por el ministro de Seguridad Michael Soto, quien aseguró que el mercado negro de armas se nutre principalmente del mercado lícito.

Soto había indicado que anualmente se reportan unas 800 armas legales extraviadas, a las que habría que sumar otra cifra oculta que ni siquiera se reporta y que pasa a manos de delincuentes.

No obstante, quienes alegaron conveniente dejar el número tal como está en este momento se enfundaron en estudios relacionados con reducciones de homicidios en administraciones anteriores, a pesar de que el número de armas no variaba en esos periodos.

Eso sí, la discusión además tomó tintes morales, como los expuestos por el diputado independiente Harllan Hoepelman —defensor de la reducción— quien señaló que no encontraba forma aceptable de defender la portación de armas incluso desde sus principios cristianos. 

Ese comentario no fue bien recibido por la diputada integracionista Zoila Volio, quien le respondió diciendo que matar en defensa propia “está permitido en las santas escrituras”.

“Cuando usted mata a alguien en defensa propia eso no es un pecado, eso está permitido en las santas escrituras, así que no juguemos aquí a ser más papistas que el Papa, el problema no somos los portadores legales de armas”, apuntó.

Sigue en el aire

La decisión final, sin embargo, no está tomada.

Los diputados se reunirán esta noche para revisar otras mociones en esta materia y podrían revertir la decisión o aprobar otras posibles reducciones.

No obstante, los argumentos que dieron los congresistas esta mañana parecen dejar todo listo para que el proyecto termine con el tope de tres armas actual.

De ser así, la única posibilidad de revertir ese punto sería a través de una moción de reiteración votada favorablemente por 38 diputados en el Plenario legislativo, donde tendrían que ocurrir divisiones internas en las fracciones que ya votaron en comisión para alcanzar esa cifra.

La intención del Gobierno, de la fracción oficialista y de los diputados independientes del bloque Nueva República es reducir el número máximo a uno solo dispositivo, con la posibilidad de una segunda inscripción en caso de contar con propiedades agrícolas. Otros diputados impulsan que el tope sea de dos dispositivos.

La reducción de armas estaba ideado para las nuevas inscripciones a partir de la aprobación del proyecto de ley 20.509 y era una de las ideas más ambiciosas contenidas en ese expediente.

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