Universitarias

UTN celebra 10 años de brindar educación superior técnica

Celebraciones terminarán el próximo 18 de julio con un homenaje a Óscar Arias, quien propuso la creación de la universidad.

Con un billete de lotería conmemorativo y un acto solemne en el Museo de los Niños, la Universidad Técnica Nacional (UTN) ha iniciado las celebraciones por su décimo aniversario. Desde que abrió sus puertas, les ha brindado educación superior técnica a más de 13.000 estudiantes.

Fundada en 2008 con el propósito de ampliar el acceso a la educación superior pública en Costa Rica, la quinta universidad pública se ha convertido en una alternativa educativa para quienes desean adquirir conocimiento técnico que permita una rápida inserción en el mercado laboral costarricense.

Su modelo educativo es distinto al del resto de las universidades públicas, puesto que obliga a los estudiantes a graduarse en un nivel de diplomado universitario antes de continuar con el bachillerato o la licenciatura.

Sin embargo, el diplomado constituye una carrera completa en sí misma que permite una rápida inserción al mercado laboral –de 85% de efectividad entre sus egresados– y, además, prepara al estudiante para continuar con sus estudios a nivel de grado.

Actualmente, la UTN imparte 33 diplomados universitarios que, en su mayoría, convergen en 25 bachilleratos y 21 licenciaturas, así como en una maestría en Entornos Virtuales de Aprendizaje.

Además, cuenta con cinco sedes regionales a lo largo del país, en las que más del 90% de los estudiantes provienen de colegios públicos o técnico profesionales. Con esto, la universidad ha desarrollado una política de nivelación académica y acompañamiento permanente para reducir las brechas educativas y que los estudiantes puedan asumir los retos de una educación universitaria.

En el marco del aniversario, UNIVERSIDAD habló con el rector de la UTN, Marcelo Prieto, quien ha formado parte de la institución desde 2009.

¿Por qué nace la Universidad Técnica Nacional?

–Nacimos con tres propósitos fundamentales. El más significativo es, desde luego, el propósito de ampliar el acceso a la educación pública en Costa Rica, y ofrecer a la juventud costarricense nuevas opciones educativas distintas de las tradicionales que permitieran una rápida inserción en el mercado laboral costarricense.

El segundo propósito fundamental fue contribuir a romper la brecha entre la academia y los sectores productivos. En toda América Latina ha habido un distanciamiento histórico entre los sectores empleadores y las instituciones educativas de nivel universitario.

Esto es fundamental porque, a fin de cuentas, además de preparar integralmente a nuestros egresados para la vida, para la ciudadanía y para su desarrollo personal integral, los estamos preparando para su inserción en el mercado laboral. Entonces, el vínculo entre la academia y los sectores productivos en los que va a insertarse el egresado de la academia es fundamental.

El tercer propósito fundamental fue cerrar la brecha entre la educación técnica y la educación universitaria. Por eso, nuestros diplomados, a pesar de que son una carrera terminal, son parte de una carrera universitaria completa; no son carreras separadas, están articuladas. Es una sola carrera que tiene una salida lateral laboral a nivel de diplomado universitario.

¿En qué se diferencia el proceso de admisión de la UTN al de otras universidades públicas?

–Nosotros no tenemos examen de admisión, pero el ingreso a la universidad depende también del mérito académico del estudiante. Es decir, nosotros tenemos una cantidad de cupos limitados y son ocupados por los estudiantes que tienen el mayor mérito académico.

Lo medimos mediante un indicador que está definido por el Ministerio de Educación Pública (MEP) desde hace años, que es el de la nota de presentación a bachillerato. Es decir, llenan los cupos de la universidad, por su orden, los estudiantes que hacen solicitud de admisión y tienen las mejores notas de presentación.

También tenemos algunas acciones afirmativas que le suman algún puntaje, poquito para no hacer ningún desequilibrio, pero que sí le suman puntos de admisión a estudiantes de poblaciones con ciertas características especiales. Por ejemplo, tienen un puntaje adicional los estudiantes provenientes del INA y de colegios técnicos profesionales, porque creemos que el país debe aprovechar la inversión realizada en educación técnica para que la continúen en la UTN.

Tienen un puntaje adicional los muchachos que provienen de colegios públicos de los 24 cantones con menor Índice de Desarrollo Social (IDS); es decir, muchachos que vienen de las regiones más vulnerables del país.

¿Cuáles fueron los principales logros de la UTN en estos 10 años?

–Definitivamente ampliar el acceso de la educación universitaria pública, y ampliarla hacia sectores que han tenido históricamente muchas dificultades para tener educación universitaria. Un porcentaje muy alto de nuestros egresados son estudiantes de primera generación familiar en incorporarse a una universidad. Es decir, antes de ellos, sus padres o sus hermanos mayores no habían tenido posibilidad de entrar a una universidad. Creo que el principal logro ha sido darles ese acceso a educación pública de calidad a más de 13.000 estudiantes.

En segundo lugar, la consolidación de este modelo que permite la inserción laboral de los estudiantes a muy corto plazo. En tercer lugar, el estrecho vínculo con los sectores productivos, que garantiza no solo la pertinencia de nuestras carreras, sino también poder respaldar a la pequeña y mediana empresa costarricense para que mejoren la calidad de su productividad.

A futuro, ¿cuáles son los objetivos o las metas de la UTN?

–Para nosotros, un logro muy importante fue la incorporación al Consejo Nacional de Rectores (Conare) en 2015, y eso nos ha permitido contribuir con las otras cuatro universidades públicas al desarrollo del sistema educativo público nacional; eso nos llena de orgullo.

Costa Rica tiene un enorme plus: tiene 150 años de tener educación pública obligatoria, y ha tenido la educación como eje de desarrollo, pero esto se ha debilitado en los últimos años. Quisiéramos proponerle al Gobierno que Costa Rica nuevamente se convierta en un espacio de educación, de conocimiento y de innovación, que trabajemos todos juntos por construir una sociedad del aprendizaje.

Queremos proponer que, a cierto plazo, todas las carreras de las universidades públicas y privadas estén acreditadas. Quisiéramos ayudar a una transformación sustantiva de la gestión del MEP y del INA. Quisiéramos proponer el fortalecimiento de todas las acciones necesarias para que Costa Rica tenga acceso digital abierto en todas las comunidades del país.

Queremos proponer que se hagan realidad las palabras del exrector de la Universidad de Costa Rica (UCR) Rodrigo Facio: “los costarricenses hemos escogido un modo de vida: la democracia, y hemos señalado el camino para alcanzarlo: la educación”. Quisiéramos que la sociedad costarricense del siglo XXI le hiciera caso a esas palabras.

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