Universitarias

Semana U desde las páginas del Semanario UNIVERSIDAD

Aunque la Semana Universitaria es una celebración con siete décadas de existencia, en los 48 años de publicaciones del Semanario UNIVERSIDAD queda registro de buena parte de esa historia.

En 70 años la tradicional “Semana U” ha mantenido expectante a la comunidad universitaria y al público general que se une a la festividad; y las páginas del Semanario UNIVERSIDAD también han sido testigos fervientes de esa historia.

Algunas generaciones fueron testigos de vibrantes carnavales por la Avenida Segunda, reinados y diseño de carrozas; mientras que otras han portado sus representativas camisetas, participan en bodas diversas y hasta organizan torneos de videojuegos.

Los tiempos cambian, pero el entusiasmo por las actividades culturales, académicas, recreativas y deportivas ha sido el común denominador desde la creación de un espacio que se cimienta en las luchas sociales.

Así, hay quienes piensan que la Semana Universitaria es fruto de la protesta del 24 de abril de 1970 contra Alcoa (Aluminium Company of America), y pese a que ese triunfo del movimiento estudiantil le otorgó una nueva razón de ser a la Semana U, esta es en realidad un legado de la Guerra Civil de 1948.

Como consecuencia del conflicto, la población estudiantil se polarizó y la primera Semana Universitaria resultó ser una iniciativa para alivianar las tensiones, la cual se llevó a cabo en julio de 1948, según indica la historiadora Patricia Fumero en su investigación: “Se trata de una dictadura sui generis la Universidad de Costa Rica y la Guerra Civil de 1948”.

No obstante, en el marco de la gesta de Alcoa, Semana U reforzó su sentido político, es por ello que desde los años 80 se lleva a cabo en el mes de abril. Así, año tras año, se ponen sobre la mesa las problemáticas que acarrea el país y se diversifican las formas en que éstas se exponen y se discuten.

En 1985, la carroza de Agronomía mostraba una gallina que cacareaba y lanzaba huevos como símbolo de prosperidad hacia el futuro. (Archivo).

Creatividad puesta al límite

Carrozas, cimarronas, bandas y hasta “reinas” desfilaban por Avenida Segunda en el tradicional carnaval que solía abrir Semana U.

Cada Asociación confeccionaba su carroza con recursos propios o bien, eran patrocinadas por reconocidas marcas, por lo tanto era común que el carnaval se viese inundado por anuncios publicitarios.

Las temáticas aludían al rol de cada facultad dentro de la universidad y respondían al acontecer del momento, aunque muchos de los temas trascienden al día de hoy.

El esperado carnaval fue motivo de angustias en algunas ediciones de la Semana U. Así, en 1990, la carroza de arquitectura se desarmó de camino y tuvieron que repararla con la ayuda de una vecina.

Al finalizar el carnaval de apertura en 1990, parte de la carroza de arquitectura se incendió. (Archivo).

Al finalizar el carnaval, parte de la carroza fue víctima del fuego, como lo fue también el bosque de bambúes de la Universidad. De inmediato, según informó UNIVERSIDAD, los estudiantes que se encontraban dentro fueron alertados por los gritos de sus compañeros.

En la carroza figuraba una ostra como símbolo de la Universidad y la Escuela “agredida pero triunfante” y alrededor de ella “los seres que rechazan la academia, que oprimen al joven y lo inhiben”.

A pesar de las congojas y carreras, arquitectura ganó el primer lugar y ₡30.000.

Por otro lado, en 2001, el público lanzó latas de cervezas a los jóvenes y se produjo un altercado, que obligó a terminar de una vez con el evento.

La actividad regresó en el 2004 al ser considerada una costumbre arraigada y generadora de entusiasmo entre el público, aunque poco tiempo después el carnaval pasó a ser una tradición del pasado.

Otra de las costumbres descartadas es la elección de la “reina o representante universitaria”, cada una de ellas designada candidata de su carrera, sede o recinto.

Las estudiantes se presentaban ante un jurado -dentro del cual figuraba personal de la universidad así como representantes de compañías tales como Max Factor o Cervecería de Costa Rica- el cual evaluaba aspecto personal e intelectual.

Las jóvenes, además, desfilaban en las carrozas del carnaval y participaban en múltiples actividades como convivios o visitas a compañías como Coca Cola y Cervecería de Costa Rica para conocer acerca de la tecnología en un recorrido por sus instalaciones (1985).

El campus universitario se inundaba de anuncios publicitarios (1988).
(Archivo).

Finalmente, la elección se hacía al cierre de la semana y la ganadora podía representar a la UCR en congresos nacionales e internacionales.

El descontento ante la tradición se hizo notar, empero, muchas personas no se oponían, dentro de ese grupo destacan algunas de las participantes.

Es por esto que, en el año 1986, las candidatas hicieron llegar al Semanario UNIVERSIDAD una misiva cuya declaración fue: “el verdadero propósito de esta elección es seleccionar a una joven dispuesta a trabajar durante todo un año en proyectos en beneficio de la problemática universitaria (…) Debe quedar claro que esta elección no pretende explotar a la mujer universitaria de ninguna manera”.

De todos modos, el reinado dejó de existir pocos años después. Otras tradiciones como el tope en el campus corrieron la misma suerte.

Licor en el campus

Quien en Semana U deseara pasar el rato con cerveza en mano no tenía necesidad de salir del campus para comprar, al menos antes de 1993.

La Cervecería de Costa Rica contaba con permiso para el expendio de licor en la institución, pero a inicios de los años noventa se empezaba a discutir cómo regular la venta.

Así, en 1990, la venta de cerveza era permitida entre las 6 de la tarde y medianoche, no obstante, para 1992 la situación enardeció y la regulación estricta pasó a restricción de la venta del producto.

La Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (Feucr) expuso su posicionamiento en una página entera del Semanario Universidad, titulada “Algunos elementos sobre Semana Universitaria”.

En ese pronunciamiento expresó: “nuestra generación ha dado muestras claras de ser responsable y de saber autorregularse. Exigimos por lo tanto que no nos impongan prohibiciones que no son más que camisas de fuerza”.

Finalmente, la disposición del Consejo Universitario fue prohibir la venta y consumo de licor en el campus, establecido así en el Reglamento General de Semana Universitaria.

Escuelas y colegios también asisten a las actividades de la Semana Universitaria (1996). (Archivo).

“El problema no radica en la venta de cerveza sino en el carácter mercantil que le imprimen algunas asociaciones a la mayoría de sus actividades”, expuso la Feucr en un campo pagado del Semanario UNIVERSIDAD, edición del 23 de abril de 1994.

Parece inimaginable un campus con publicidad por doquier, pero era un medio que utilizaban las empresas comerciales para anunciarse y las asociaciones para generar ganancias que se traducían en inversión para la facultad.

Lo anterior desataba molestia entre el estudiantado, en algunos casos porque el precio de los conciertos o bailes cambiaba radicalmente al no estar regulado, por el temor a que las ganancias no fueran administradas correctamente o porque se estimulaba una competencia económica entre asociaciones.

Las opiniones acerca de lo que es y ha dejado de ser la Semana Universitaria abundan, muestra de la diversidad que impera en la universidad.

Las nuevas generaciones disfrutan, como lo hacían otros hace 70 años, de conciertos, bailes, torneos deportivos, foros y discusiones. Otras actividades comienzan a consolidarse como las nuevas tradiciones, tanto en el campus central como en las sedes y recintos.

Cabe decir que no solo los estudiantes universitarios conviven durante ésta semana, también lo hacen niños, niñas, jóvenes de otras universidades y un amplio público.

Semana U es, cada año, un llamado a reflexionar acerca del papel activo de la universidad y cómo ésta se proyecta ante la sociedad.

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