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Miguel Lorente: “El instrumento de cambio nace en la cultura”

Especialista español expuso puntos claves en el abordaje de la violencia de género y resaltó la importancia de loscompromisos colectivos para acabar con la desigualdad

El camino para vencer las desigualdades de género en nuestras sociedades pasa necesariamente por un cambio cultural. Este es uno de los principales planteamientos expuestos en el país por el médico español Miguel Lorente, durante la conferencia “Los nuevos hombres nuevos”, dada en el país el pasado 25 de abril.

Lorente vino a Costa Rica invitado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y formó parte del cierre del proyecto BA1 de Prevención de la Violencia contra las Mujeres en Centroamérica, de la Estrategia de Seguridad de Centroamérica (ESCA), que se realizaba en 10 territorios del país.

Además de ser un reconocido especialista en cirugía y médico forense en su país, Lorente es también profesor en medicina legal en la Universidad de Granada y ha realizado múltiples investigaciones sobre la violencia de género.

En abril del 2008, fue nombrado delegado del gobierno español para la violencia de género adscrito al Ministerio de Igualdad, cargo que ocupó hasta el año 2011.

El médico explicó que la cultura, comprendida como conjunto de conocimientos que se trasmiten a través de las generaciones, es el factor clave en la formación de identidades y, por tanto, lo que en la sociedad ha permitido la construcción jerarquizada de géneros, provocando la limitada participación femenina a través del tiempo.

El evento contó con la participación de la presidenta del Inamu, Alejandra Mora, la magistrada María Elena Mora, el viceministro de Paz, Víctor Barrantes y la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos, Cecilia Rosado, quienes reflexionaron sobre la importancia de acabar con la violencia de género y buscar la igualdad real.

El problema de las identidades

Lorente expuso que la identidad se ha definido a partir de las características biológicas de los humanos, por lo que se tiene la percepción de que los hombres pueden que realizar ciertas actividades y las mujeres otras, según sus condiciones físicas. En estas creencias se ha basado la construcción social y cultural.

“Vemos cómo esa construcción de la desigualdad, tomando como referencia el sexo, genera una posición de poder muy fuerte y evita que haya una crítica fácil al respecto”, apuntó Lorente.

Explicó que es importante resaltar la cultura como verdadera fuente de cambio; de lo contrario, cualquier transformación sería superficial y adaptativa, ya que muchos varones se encuentran en la necesidad  de mantener los privilegios que a lo largo del tiempo les han sido otorgados.

“Cuando hablamos de desigualdad y de violencia contra las mujeres, estamos hablando de construcciones desarrolladas por los hombres, no son un accidente o un fenómeno natural, son conductas decididas con el fin de conseguir determinados objetivos”, mencionó Lorente.

Indicó, además, que el enfoque de lo masculino como universal y lo femenino como particular produce una especie de “pseudocultura”, pues las mujeres no han existido en la formación de sociedad ni de conocimiento la cultura; por el contrario, la interpretación y la construcción de la “realidad” a lo largo de la historia se han formado desde la visión de los hombres.

Sociedad “posmachista”

El “posmachismo”, según Lorente, es una nueva estrategia del machismo en la que se minimizan las actitudes dañinas de la sociedad patriarcal para que esta no sea cuestionada.

El posmachismo, entonces, causa confusión en la sociedad al punto de que las denuncias contra la violencia y la desigualdad son cuestionadas y, en ocasiones, presentadas como falsas. Lo anterior origina que la población en general se distancie del problema y se mantenga en la pasividad, lo que implica que no haya cambios sociales.

“Vemos cómo esa construcción posmachista hace mucho daño, para no seguir avanzando en todo lo que es la violencia de género y para no seguir avanzando en todo lo referente a la desigualdad”, comentó el médico.

Transformación asimétrica

Para Lorente, ciertamente hay mujeres y hombres que desean cambios, pero también existen quienes no los desean; ello produce una transformación asimétrica de la sociedad. “Pero la sociedad está cambiando y lo seguirá haciendo”, añadió.

“Los hombres se podrán empeñar en mantener y en confundir, pero la igualdad es imparable, como lo es la justicia y la libertad. El ser humano tiene una serie de valores que lo lleva a demandar el ideal de justicia, el ideal de libertad, el de dignidad y el de la igualdad”, declaró Lorente.

Ahora bien, a pesar del esfuerzo por generar justicia e igualdad, lamentablemente esta transformación ha ocasionado más violencia. Así lo mostró este invitado, datos de España evidencian un crecimiento en la cantidad de femicidios durante los últimos años.

Dicha realidad no es ajena a la costarricense, ya que durante el año 2014 se registraron 22 femicidios, cifra que se incrementó a 28 en el 2015. Este año, en lo que fue su primer trimestre, se produjeron 8 asesinatos.

La situación se da, explicó el médico, porque “los hombres han intentado utilizar la violencia como elemento para retener a las mujeres cuando ellas no están dispuestas a asumir los roles tradicionales”.

Por otro lado, agregó, a diferencia del pasado, ahora esa violencia se da a conocer, lo que permite la concientización sobre la importancia de la denuncia efectiva contra la agresión, para prevenir otros casos similares.

El español finalizó con la frase “Ser hombre es ser mujer”, con la que planteó que hay que cambiar de identidad. Así como las mujeres asumieron roles de liderazgo –antes concedidos únicamente a los hombres–, los hombres deben asumir los papeles que eran exclusivamente para las mujeres; de esa manera se construye la verdadera igualdad.

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