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Meteorito de Aguas Zarcas guarda pistas sobre el origen del Sistema Solar

Desde 1857 no se tenía registro de la caída de un meteorito en el país.

En el interior del meteorito que cayó en Aguas Zarcas de San Carlos, el pasado 23 de abril, se guardan pistas que ayudarán a los científicos a comprender mejor cómo se formó nuestro Sistema Solar y cuál es su edad.

Así lo detallan los investigadores de la Escuela de Geología de la Universidad de Costa Rica, Gerardo Soto, Óscar H. Lücke y Pilar Madrigal, quienes elaboraron un informe tras analizar el fragmento de material espacial que cayó sobre la propiedad de Jesús Corrales en Aguas Zarcas.

Este informe detalla que el meteorito presenta “regmaglitos” o huellas dadas por el flujo de la corteza que se funde durante el vuelo del objeto que ingresó a la atmósfera terrestre y que son muy características de los meteoritos. Estos rastros también permiten determinar cuál fue el ángulo de caída del objeto.

Por otro lado, al hacer el análisis del interior de la roca, se encontraron “cóndrulos”, estructuras milimétricas minerales que posibilitan a los investigadores determinar que el material no ha cambiado su composición desde la formación del sistema solar.

El estudio detalla que, al ser un material primitivo que no ha sido afectado por procesos de fusión, todavía conserva su composición original. De esta forma, se podría profundizar en el origen de las partículas de procedencia orgánica que permitieron el desarrollo de la vida en el planeta.

Otros componentes que se encontraron fueron cristales submilimétricos de plagioclases (conjunto de minerales), piroxenos (grupo de silicatos), poco olivino y hojuelas metálicas o de sulfuro.

La institución también declaró que el meteorito puede llegar a tener una edad de 4.560 millones de años y se estima que llegó a tener un peso de 27 Kg.

Además de la UCR, varias universidades e instituciones de diferentes países como Estados Unidos y Alemania han mostrado interés por el Meteorito de Aguas Zarcas y han dado inicio a  múltiples estudios y análisis.

El meteorito de Aguas Zarcas entró a la atmósfera el pasado 23 de abril a las 9:08 p.m. Este formó un bólido previo a su caída que fue avistado desde los Altos del Volcán Turrialba y del Poás, en Quepos, el Valle Central Occidental hasta San Carlos.

Se presume que la masa es procedente de la división de asteroides o de la fragmentación de algún cometa. Al entrar a la atmósfera las fuerzas de fricción ocasionaron que el meteorito se fragmentara en varias piezas que cayeron tanto en Aguas Zarcas como La Palmera de San Carlos.

Gerardo Soto declaró que se encontraron fragmentos en La Cocaleca y Santa Rosa de la Palmera, además ciertas fracciones cayeron sobre las calzadas provocando cráteres de hasta 14 cm de diámetro.

El fragmento de mayor tamaño aterrizó en el techo de un domicilio del barrio La Caporal en Aguas Zarcas.

“Nos tomó por sorpresa, hubo un relámpago fuerte en el ambiente y un ruido grande, no era el golpe contra el techo sino contra la atmósfera. Luego sonó el estruendo del impacto con la casa, que fue contra el techo y las mesas donde cayó. Nos asustamos porque no sabíamos qué estaba pasando, y cuando lo encontramos seguía caliente”, comentó Jesús Corrales a UNIVERSIDAD.

Actualmente, los dueños del meteorito esperan a que la universidad termine con los estudios correspondientes para comenzar el proceso de comercialización del mismo. La transacción se ha hecho por medio del estadounidense Michael Farmer, comprador y vendedor de  diferentes tipos de piedras extrañas.

El primer meteorito registrado que aterrizó en Costa Rica fue el Meteorito de Heredia, del cual se conserva un fragmento de 2,9 g en Costa Rica. Este cayó el 1 de abril de 1857, lo que separa las caídas de las rocas por 162 años y 22 días.

Los expertos estiman que en Costa Rica cae un objeto de este tipo cada 50 o 55 años, pero no se ha logrado tener registro de todos.

Según otro informe de Gerardo Soto, existen tres casos documentados de bolas de fuego y dos supuestos cráteres de impacto que resultaron no serlo. Además, se estima que debieron haber caído dos meteoritos que no fueron registrados, uno en 1912 y otro en 1962.

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