Universitarias

En la UCR, tres mentes científicas ayudan a salvar vidas al analizar el agua de uso humano

Su aporte es invaluable para alertar si la población podría experimentar un brote por alguna enfermedad infecciosa.

En la Sección de Infección y Nutrición, del Instituto de Investigaciones en Salud de la Universidad de Costa Rica (Inisa-UCR), tres profesionales en Microbiología dedican una parte importante de su carrera, y de su vida, al análisis del agua.

¿Sus nombres? Luz Chacón Jiménez, Kenia Barrantes Jiménez y Luis César Rivera Montero, grandes mentes científicas de la UCR y quienes, entre gabachas blancas, pipetas y placas de petri, dedican cada minuto de su día laboral a estudiar el líquido más preciado que tiene el ser humano para su subsistencia.

El objetivo de este equipo científico es claro: asegurar que el agua que utilizan las personas no posea niveles de virus o bacterias superiores al estándar, las cuales vayan a poner en peligro las actividades diarias, los cultivos, los negocios y, por supuesto, la vida humana.

“Hace diez años empezamos a analizar patógenos en aguas residuales y teníamos una inquietud metodológica sobre si éramos capaces de detectar ciertos patógenos, principalmente virus causantes de enfermedades, pero que son complicados de detectar. Empezamos un monitoreo de aguas residuales en plantas de tratamiento administradas por el AyA y detectamos todos los microorganismos que nos propusimos buscar, como Hepatitis A, rotavirus, norovirus e, incluso, enterovirus”, narró Chacón.

Lo anterior da un aporte sin igual. Los resultados de los estudios no solo permiten mejorar la calidad de las aguas, entre ellas las residuales que las y los costarricenses volverán a utilizar con distintos fines después de ser tratadas, sino que los hallazgos también permiten conocer la cantidad de virus y bacterias presentes. El número de virus y bacterias es una ventana epidemiológica perfecta que refleja el estado de salud de una población e, incluso, ayuda a predecir potenciales brotes epidémicos antes de que sucedan.

“La intención del Inisa-UCR es llegar con datos para hacer una mejora a la salud nacional. Es brindar un apoyo hacia una realidad desde su veracidad científica. No es solo el hecho de: ‘¡ay, mira!, estamos detectando este virus, este parásito, esta bacteria resistente a los antibióticos en el agua’, sino cómo se traduce eso a efectos de la población y qué riesgo puede tener ese hallazgo para la salud pública nacional”, profundizó Kenia Barrantes Jiménez.

“Sin duda, el aporte ha sido muy valioso para el AyA y para el país. La experiencia de trabajo en conjunto nos ha permitido tener criterios técnicos sólidos y robustos en el abordaje de temas como protocolos de vigilancia de enfermedades transmitidas por aguas, la interpretación de resultados de laboratorio y la toma de decisiones a partir de estos, por lo cual, el principal elemento que destacaría sería el conocimiento compartido basado en la ciencia”, destacó Pablo Rivera Navarro, especialista del Laboratorio de Aguas del AyA.

Para 2023, la UCR priorizará el monitoreo sistemático de patógenos como Hepatitis A, rotavirus, norovirus GI y GII, enterovirus, influenza, SARS-CoV-2 y el virus que ocasiona la viruela del mono. A esos virus se les estimará la carga y se les hará un análisis de riesgo de las aguas provenientes del Valle Central.

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