Universitarias La propuesta de Costa Rica se aprobó por unanimidad

Costa Rica impulsó resolución para combatir mordeduras de serpiente

Instituto Clodomiro Picado fue clave para que esta resolución se consolidara.

La delegación costarricense, encabezada por la embajadora Elayne Whyte, estuvo integrada también por la ministra consejera de la Misión, Gaudy Calvo; la consejera Mariana Castro y el Dr. José María Gutiérrez, del Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica.

El 25 de mayo, durante la 71ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, se aprobó una resolución histórica que cosecha esperanza para miles de personas que luchan diariamente por no morir en minutos tras ser alcanzados por la mordedura de una serpiente.

Con el apoyo de 31 países y una adopción por consenso, el máximo órgano mundial en materia de la salud colocó la propuesta impulsada por Costa Rica y Colombia en un lugar que permitirá generar propuestas de trabajo a nivel global que ayudarán a disminuir las graves afectaciones causadas por las mordeduras de serpiente.

Participantes de diversos sectores se agruparon en un equipo que construyó el planteamiento ante la Asamblea Mundial de la Salud, el cual fue apoyado por ministerios de Salud, misiones permanentes de muchos países en Ginebra, organizaciones no gubernamentales como Global Snakebite Initiative, Médicos sin Fronteras, Sociedad Africana de Venimología, la Sociedad Internacional de Toxicología, Health Action International, fundaciones, sectores de la prensa internacional y la comunidad científica en este tema.

José María Gutiérrez, miembro del equipo que llevó adelante este proceso e integrante del Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la UCR, destacó el papel de liderazgo asumido por Costa Rica, pues logró estructurarun trabajo interinstitucional muy eficaz entre el Ministerio de Salud, el Ministerio de Relaciones Exteriores a través de la Misión Permanente de Costa Rica ante los organismos de las Naciones Unidas en Ginebra y la Universidad de Costa Rica a través del Instituto Clodomiro Picado”, recordó.

De esta forma, el Instituto Clodomiro Picado también fue un importante impulsor de toda esta iniciativa como órgano técnico y científico líder en la investigación mundial sobre mordeduras de serpiente.

La resolución tiene como objetivo primordial “(…) reducir el número de personas en todo el mundo que mueren o quedan con discapacidades físicas o mentales por mordeduras de serpiente”, destacó el Centro de Prensa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según la OMS, entre 1.8 y 2.7 millones de personas son mordidas por serpientes venenosas cada año, lo que provoca la muerte de entre 81.000 y 138.000 personas. Por cada persona que muere después de una mordedura de serpiente, otras cuatro o cinco quedan con discapacidades como ceguera, movilidad restringida o amputación, y trastorno de estrés postraumático. Es decir, entre 400 mil y 500 mil personas quedan con discapacidades cada año.

La OMS también destacó que las mordeduras de serpiente afectan sobre todo a las personas de comunidades agrícolas y ganaderas pobres, por lo que se vuelve prioritario que se mejore el acceso a antídotos seguros, eficaces y asequibles para todas las personas, sin excepción.

Hito histórico

Según José María Gutiérrez, del ICP-UCR, a pesar del enorme impacto que produce este problema, durante muchos años las autoridades mundiales de la salud no le dieron la importancia que debían.

Por eso, diferentes personas e instituciones de diversas partes del mundo, incluido el ICP, se plantearon promover acciones globales para que el envenenamiento por mordeduras de serpiente fuera priorizado por los órganos internacionales.

De esta forma, desarrollaron un evento paralelo a la Asamblea Mundial de la Salud del 2016. Desde ese año, iniciaron los eventos que generaron, primero, la aprobación de incluir el envenenamiento por mordeduras de serpiente en la lista de Enfermedades Tropicales Desatendidas de la OMS. Esta propuesta también fue planteada por Costa Rica y apoyada por 25 países.

“Esto fue un paso de gran importancia, puesto que, al estar incluida esta enfermedad en dicha lista, el Departamento de Enfermedades Tropicales Desatendidas de la OMS ha iniciado acciones concretas para atender el problema. La primera acción que se inició fue la elaboración de un roadmap (hoja de ruta) que incluye un plan global de atención a los envenenamientos, el cual se debe desarrollar durante los próximos años”, explicó Gutiérrez.

El segundo logro de este grupo de líderes que se organizaron es justamente la reciente resolución aprobada en la Asamblea Mundial de la Salud.

Esta resolución primero fue analizada por el Consejo Ejecutivo de la OMS, el cual la aprobó y la envió a la reciente Asamblea Mundial.

Ahora, los Estados miembros de la OMS tienen un mandato de generar una hoja de ruta que les permita efectuar actividades para reducir el sufrimiento humano causado por las mordeduras de serpiente.

Los Estados deben desarrollar una mejor recolección de información sobre los envenenamientos y campañas de prevención, y mejorar la calidad y el acceso de sueros antiofídicos y sueros antiveneno. Asimismo, están llamados a crear programas de cooperación técnica entre países para capacitar al personal de salud, de manera que también se pueda desarrollar un seguimiento y apoyo a las personas que sufren las consecuencias de una discapacidad por envenenamiento.

El ICP de la UCR, en todo este proceso, ha suministrado insumos técnicos sobre el tema y ha colaborado en la elaboración de los documentos presentados ante la OMS. Igualmente, ha acompañado el proceso en Ginebra y sus investigadores formaron parte de las discusiones finales para la aprobación de la resolución.

 “(…) la trayectoria del ICP de la UCR de varias décadas en este tema, con el conocimiento generado y la experiencia ganada, fue esencial en el éxito obtenido”, subrayó Gutiérrez.

Sumado a esto, Gutiérrez añadió: “es importante tener presente que la filosofía que ha guiado el trabajo del ICP, que es la filosofía de la UCR y la filosofía que ha estado detrás de todo este proceso internacional, es que la ciencia y la tecnología deben servir para el bien común y que toda persona que sufre un envenenamiento por mordedura de serpiente tiene el derecho, un derecho humano fundamental, de ser atendida debidamente y recibir los medicamentos que le salven la vida y le prevengan una discapacidad. Hasta que esta meta esté cumplida en todo el mundo, no podemos descansar”.

 

Suscríbase al boletín

Ir al contenido