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Campañas electorales de Costa Rica, Nicaragua y Honduras poco hablan sobre exclusión social

Desigualdad, desempleo, pobreza o falta de oportunidades; temas de exclusión social que representan menos del 10% de las publicaciones de las personas candidatas a la presidencia.

Las candidaturas para los próximos procesos electorales en Costa Rica, Nicaragua y Honduras, tres países centroamericanos que viven en mayor o menor grado la exclusión social, se refiere de forma mínima —10% de sus publicaciones en redes sociales— a problemáticas como el desempleo, la pobreza, la desigualdad o la falta de oportunidades.

Para obtener dicha información, el Centro de Investigaciones en Comunicación (CICOM) de la Universidad de Costa Rica (UCR) llevó a cabo el estudio Exclusión social y procesos electorales en Honduras, Nicaragua y Costa Rica (2021-2022) con el propósito de determinar si la exclusión social está presente en la dinámica electoral de esos países, enfatizando también la importancia del análisis regional conjunto.

Del estudio participaron comunicadores y comunicadoras de cada país, quienes contaron con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert (FES). El seguimiento de las campañas electorales se dio a lo largo de 10 semanas, durante las cuales se recopilaron publicaciones en redes sociales de candidaturas a la presidencia, partidos políticos y medios de comunicación, además de los comentarios en Facebook como respuesta a dichas publicaciones.

Uno de los puntos a destacar es el predominio de las personas candidatas a la presidencia —principalmente hombres— por sobre los partidos políticos. En Costa Rica publican 2,47 veces más que sus partidos, mientras en Honduras se acerca a 1,5, lo cual sugiere debilidad de los partidos políticos, una tendencia más caudillista, que resalta más a la figura que a la fracción política a la que representa.

“Lo que llama la atención es que se ve que las personas candidatas publican mucho más que los partidos políticos. En Costa Rica es muy notorio porque, de todas las candidaturas presidenciales, hay 17 que son también por diputaciones. Es decir, uno podría incluso afirmar que en realidad la candidatura a la presidencia es un recurso de visibilización para alcanzar una diputación”, opinó Carlos Sandoval, catedrático miembro del proyecto e investigador especializado en temas de desigualdad.

El otro apartado, que a la vez cumple con el objetivo del estudio, mostró que, aunque la exclusión social ha incrementado en los últimos años, aun así, constituye un lugar secundario en la agenda electoral.

Si bien en Nicaragua es complicado obtener datos debido a que la mayoría de los partidos no cuentan con perfiles oficiales en Facebook, la información sobre Honduras y Costa Rica exhibió que las personas candidatas dedican, respectivamente, el 8,5% y el 6,8% de sus publicaciones a temas asociados a la exclusión social.

“Los retos de nuestros países son comunes, y lo que se quiere es llamar la atención de que esto es un reto de Centroamérica que debería tener estrategias a largo plazo. Acabamos de malograr el bicentenario, que hubiese sido una oportunidad para pensar el futuro de la región, y actualmente no hay un proceso de reflexión sobre cómo disminuir la exclusión”, Carlos Sandoval, catedrático de la UCR.

Lo anterior resulta significativo porque demuestra un contraste entre las condiciones de vida de los sectores mayoritarios de población y las agendas de candidatos y partidos políticos, lo cual, a su vez, aparta a los sectores mayoritarios de las elecciones. De hecho, se estima que en Honduras acuden a votar apenas la mitad de las personas inscritas en el padrón electoral.

En cuanto a medios de comunicación, el número de publicaciones relacionadas a temas de exclusión social fue menor al 5% durante el periodo estudiado sin importar el tipo de medio o el país al que pertenece. Sin embargo, esas pocas publicaciones reciben muchos más comentarios en Costa Rica que en Honduras o Nicaragua, aunque la mayoría corresponden a respuestas de oposición.

En Honduras la mayor parte de los comentarios son favorables, pese a que es imposible verificar si las respuestas negativas son borradas. En cuanto a Nicaragua, prácticamente no se registraron respuestas en redes sociales a pesar de que las elecciones son el 7 de noviembre, lo que para los investigadores muestra un proceso electoral donde la libertad de expresión está restringida y se ponen trabas a la observación nacional e internacional.

De hecho, como se lee en el boletín de prensa del estudio, “la crisis política de 2018, las detenciones de dirigentes políticos en 2021 y el incremento de los casos de la COVID-19 han debilitado la candidatura de Daniel Ortega, tanto que dos tercios del electorado votarían por una candidatura opositora, según la última encuesta de CID-Gallup”.

“El escenario electoral aparece marcado por tres grandes crisis: la sociopolítica que viene desde 2018, la crisis sanitaria de la COVID-19 y la crisis económica que producen las dos primeras. Las elecciones se ven como un punto para marcar un cambio, pero hay una serie de condiciones de las que adolece este proceso electoral. Había grandes expectativas, pero se han venido desinflando y ahora hay falta de voluntad para acudir a votar”, afirmó Elvira Cuadra Lira, investigadora del Centro de Investigación en Comunicación (CINCO) y del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas de Nicaragua, por el Facebook Live del CICOM-UCR.

Por otra parte, Leticia Salomón, socióloga e investigadora del Centro de Documentación de Honduras, explicó que la campaña actual hondureña es sumamente agresiva, basada más en ataques directos entre partidos que en la presentación de planes de gobierno.

“Corrupción, narcotráfico e ineficiencia, y debilitamiento del Estado, son temas que están presentes en cada país, pero en Honduras han sobrepasado lo imaginable. Esto ha provocado incertidumbre y desencanto hacia los partidos políticos, mientras otros lo ven como una oportunidad para la compra y venta de votos que es algo muy común”.

Entre tanto, Costa Rica encara sus elecciones con indicadores sociales nada fáciles de revertir. La tasa de desempleo es del 18%, la de pobreza del 23%, el coeficiente de Gini –indicador de desigualdad— es el más alto de la historia del país y cerca de la mitad de la población económicamente activa (46%) se encuentra en el sector informal.

Tres países con procesos electorales que acarrean problemas específicos, pero con complicaciones sociales que poco se tratan en la agenda política. Tres países que, en palabras de Carlos Sandoval, deben planificar a futuro y reflexionar sobre la exclusión social.

“Lo que queremos es subrayar la importancia de una visión que trascienda lo nacional y piense más a escala regional. Los retos de nuestros países son comunes y lo que se quiere es llamar la atención de que esto es un reto de Centroamérica que debería tener estrategias a largo plazo. Acabamos de malograr el bicentenario, que hubiese sido una oportunidad para pensar el futuro de la región, y actualmente no hay un proceso de reflexión sobre cómo disminuir la exclusión”, concluyó el catedrático.

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