El volcán Turrialba se ha mantenido en actividad constante desde las 12:42 de la tarde del pasado lunes, con una columna eruptiva variante entre los 500 y 2 mil metros de altura, según datos de la Red Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Los últimos datos de la RSN indican que la actividad se prolongó durante la noche y madrugada de este miércoles.
El tremor volcánico aumentó entre las 9:53 pm del martes y las 4:27 am de hoy, junto a un incremento de las emanaciones de ceniza, con los vientos en dirección noroeste, y la proyección de bloques incandescentes cerca del cráter.
Dicha situación ha generado persistente caída de ceniza en las localidades turrialbeñas de La Silvia y La Picada y en San Gerardo de Oreamuno, poblado ubicado en las faldas del volcán Irazú. Además, hay reportes de presencia de ceniza en Escazú y Jiménez de Guápiles.
Según estimaciones de la RSN, la ceniza también puede alcanzar sectores al norte del Valle Central, como Moravia, Coronado, Goicoechea y los cantones heredianos de San Isidro, San Rafael y Barva.
Ante rumores, el vulcanólogo Guillermo Alvarado Induni aclaró que no es posible que la caída de piedras incandescentes o las coladas de lava puedan alcanzar el Valle Central desde el volcàn Turrialba, tal y como se ha explicado de manera reiterada en las redes sociales oficiales de la RSN.
Asimismo, para Alvarado los estudios de las erupciones prehistóricas permiten mejorar la capacidad de las autoridades y de la población para una adecuada gestión del riesgo ante nueva actividad.
El vulcanólogo de la RSN, Mauricio Mora Fernández, señaló que la cantidad de material expulsado obedece a las características internas del volcán, ya que el conducto se ha profundizado y ensanchado como parte de la evolución normal de un ciclo eruptivo a otro, lo que provoca que se proyecte más material a la atmósfera.
Mora agregó que la persistencia de la erupción obedece a procesos de fragmentación y flujo de gases a lo interno del volcán que permite una actividad sostenida lo que también incide en el volumen de material emitido.
Parte de las acciones que realiza el personal de la RSN durante las visitas al cráter es la recolección de ceniza de las erupciones recientes. Esta ceniza se analiza en los laboratorios de la UCR y en el exterior para determinar su composición y mejorar el entendimiento de la evolución de la actividad del volcán.
