El Juzgado Penal de Desamparados emitió una orden de captura internacional contra el sacerdote Mauricio Víquez, quien salió del país el pasado 7 de enero, después de enterarse que fue denunciado por el delito de violación contra un menor de edad.
La resolución fue notificada a la Fiscalía Adjunta de Género, que investiga los supuestos hechos ocurridos a mediados de 2003, cuando Víquez fungía como cura de la parroquia de San Juan Bautista de Patarrá.
El sacerdote también enfrenta nueve denuncias canónicas (a lo interno de la Iglesia) interpuestas en su mayoría por exmonaguillos de las comunidades de Tres Ríos y Patarrá.
Por los supuestos delitos de Víquez también se investiga en el Vaticano al arzobispo José Rafael Quirós, acusado por dos denunciantes de encubrir los supuestos abusos sexuales de Víquez.
Quirós reconoció a este medio que conocía las denuncias desde 2003, cuando trabajaba como vicario. A las víctimas les afirmó que “se le pasó el asunto”.
Víquez fue denunciado en octubre anterior ante la Fiscalía de Género. La Fiscalía tiene hasta finales de septiembre para notificarlo, si no lo logra, el caso prescribe.
Actualmente existe una iniciativa en la Asamblea Legislativa para aumentar el plazo de prescripción de delitos sexuales de 10 a 25 años después de que las víctimas cumplen la mayoría de edad.
La mayoría de denuncias canónicas no se pueden trasladar al ámbito penal porque las víctimas superan los 28 años.
Víquez, además de salir del país hace un mes y 12 días, pidió a la Universidad de Costa Rica un permiso sin goce de salario para ausentarse todo el año de sus funciones de profesor, tras alegar razones de salud. La institución denegó ese permiso, al constatar que no había pruebas de algún problema de salud.
