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Informe de OIT sobre impacto de Covid-19 resalta la caída en el número de personas aseguradas en Costa Rica

Esta mañana fue presentada una nueva edición de la “Panorama Laboral en tiempos de la COVID-19-Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos en América Latina y el Caribe”.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ilustró esta mañana, con los ejemplos de Costa Rica y México, la pérdida de empleos formales y el aumento de los trabajos informales que está produciendo la pandemia de COVID-19 en América Latina y El Caribe.

“El número de personas aseguradas al sistema de salud de Costa Rica registró una variación mensual de -3,4 puntos porcentuales y una reducción interanual de casi 2 puntos porcentuales”, dice el informe, presentado esta mañana en Lima, capital de Perú (ver el gráfico).

En el caso de México, agrega, ambién “se observa una caída en el número de personas aseguradas de alrededor de 2 puntos porcentuales, comparables con mermas observadas a comienzos del milenio, si bien resultan inferiores a las verificadas en 2009 asociadas a la crisis financiera internacional”.

Estos indicadores reflejan “los impactos inéditos en el mercado de trabajo que se están observando a través de la pérdida neta de empleo y de las horas trabajadas, del deterioro de la calidad de los puestos de trabajo y de la reducción de los ingresos de los trabajadores y de los hogares”, enfatizó la entidad.

La OIT estima, ahora, que la tasa de desocupación de la región, respecto de 2019, aumentará de 8% a 12,3%.

“Esto ubica a este indicador en su valor máximo desde que se cuenta con información armonizada para los países de la región. El último máximo para la tasa de desocupación, desde inicios de los noventa, se había producido por el impacto de la crisis asiática a fines de dicha década. Sin embargo, en ese entonces este indicador trepó hasta el 9,2, significativamente más bajo que lo estimado para este año”, dice.

Lo anterior se deriva de las proyecciones del Banco Mundial respecto del nivel de actividad económica que tendrán América Latina y el Caribe para 2020, que muestran una caída de -7,2%.

Sin embargo, si se considera la proyección realizada por el FMI, de una caída de -9% en la actividad económica, la tasa de desocupación promedio para la región alcanzaría el 13%.

“En ambos escenarios se está suponiendo que los individuos que pierden su empleo transitan hacia la desocupación”, añade.

“A pesar de las medidas de contención del empleo asalariado formal implementadas en un extenso conjunto de países, las que sin dudas contribuyen a reducir la respuesta de estas ocupaciones frente a la reducción en el nivel de actividad, los datos que surgen de los registros administrativos dan cuenta también de una caída en el trabajo formal. Ello se manifiesta a través de dos indicadores principales, la dinámica descendente del número de trabajadores cubiertos por la seguridad social y el incremento en el número de perceptores del seguro de desempleo”, agregó.

“La retracción del nivel de actividad económica tendrá un impacto fuertemente negativo sobre el mercado de trabajo que se canalizará a través del efecto que tiene la dinámica productiva sobre los ingresos, las remuneraciones y la calidad de las ocupaciones. Esto producirá un aumento de la desigualdad relativa de los ingresos y de la pobreza. Algunos de estos procesos ya se están observando con distintos niveles de intensidad en los países de la región”, explica el documento.

El informe, que incluye datos y análisis sobre una serie de variables relacionadas con el comportamiento del empleo como consecuencia del contagio de la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales,  antecede a la realización, mañana, del “Evento regional de las Américas”,  el 2 de julio, enmarcado en la Cumbre Mundial de la OIT sobre COVID-19 y el mundo del trabajo, que culminará el 9 de julio.

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