El Gobierno de la República envió en la tarde de este miércoles un presupuesto extraordinario, que podría llegar a ₡502.000 millones para otorgar pronto subsidios de manera masiva y mantener el pago de la deuda pública en el contexto de la actual crisis provocada por el COVID-19 en el país.
Aunque el proyecto presentado ante la Asamblea Legislativa precisa la solicitud en ₡377.000 millones (más de un 1% del PIB), a este monto se le sumarían proyectos pendientes por ₡75.000 millones procedentes de una transferencia del Instituto Nacional de Seguros (INS) y ₡50.000 millones por el diferencial de precios del combustible (entre el costo de importación y el que se cobra al usuario final).
Los ₡377.000 millones proceden de un crédito por $500 millones ( ₡290.000 millones) de la Corporación Andina de Fomento (CAF) aprobado hace poco, además de ₡86.300 millones procedentes de recortes de partidas de distintas instituciones públicas, entre las que no están las de mantenimiento vial.
Así lo explicaron en rueda de prensa el ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, y su colega de Planificación, Pilar Garrido.
El objetivo del Gobierno es tener la autorización para gastar esos ₡377.000 millones de la siguiente manera: ₡224.650 millones para evitar incumplir el pago de la deuda pública, ₡150.000 en subsidios para familias necesitadas y ₡2.430 millones para necesidades operativas del Ministerio de Salud, de acuerdo con el comunicado de prensa.
Los otros dos proyectos (del INS y de combustibles) aportarían ₡125.000 millones para subsidios sociales, lo que sumaría un total de ₡275.000 millones para ayudas a familias afectadas por las consecuencias económicas de la emergencia sanitaria. “Ese es el inventario de gastos que la Comisión de Emergencias ya identificó, pero no es el último”, dijo el ministro de Hacienda.
Chaves añadió que la prioridad del Ejecutivo ahora es atender las necesidades básicas de familias cuyos ingresos se han reducido y que el Estado tenga capacidad de pagar la deuda pública.
El Ministro aseguró que el objetivo es atender las emergencias sin que se hundan las finanzas públicas, aunque dijo que no se descarta la opción de acudir a pedir asistencia al Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Esto es una crisis mundial como nunca antes. Costa Rica tiene cómo salir, aunque serán tiempos duros. Lo más preocupante es no saber cómo va a terminar, pero el Gobierno piensa mantener el bienestar de los costarricenses y sí creo que vamos a salir adelante y repuntar bien”, añadió Chaves.
