La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR), acordó en su sesión de ayer mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 0,75% anual, con lo cual continúa con una postura de política monetaria expansiva y contra-cíclica, es decir, facilitando el crédito con el fin de estimular la actividad económica en sentido contrario a la contracción actual.
La TPM es aquella a la que BCCR cobra a los intermediarios financieros, de modo que, si se mantiene altas o baja, como en el caso presente, esto se transmite al conjunto de las operaciones crediticias.
Además, el BCCR tiene una política monetaria prospectiva, esto es, que responde a la trayectoria esperada de la inflación según el entorno macroeconómico presente y el que se prevé.
“Como consecuencia de la pandemia por el COVID-19, la economía costarricense ha sufrido un fuerte impacto: el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) disminuyó 7,8% en términos interanuales en el mes de julio, con lo cual ha aumentado la brecha del producto (holgura en la capacidad de producción). Además, se ha dado un severo deterioro en los indicadores del mercado laboral y el crédito al sector privado continúa estancado”, dice el comunicado de la entidad.
“Lo anterior, unido a una baja inflación mundial, ha acentuado las presiones desinflacionarias presentes en la economía costarricense desde el 2019. Así, en agosto los indicadores de inflación general y subyacente se ubicaron por debajo del rango de tolerancia para la meta de inflación (3% ± 1 punto porcentual), con niveles de -0,1% y 1,0%, respectivamente”, agrega.
A esto se suma que las expectativas de inflación a 12 meses de los mercados primario y secundario de títulos de deuda pública en colones se ubicaron en 1,9%, lo cual, unido a los pronósticos de inflación del Banco Central que incorporan los efectos de la pandemia, indican que, para lo que resta del 2020 y en el 2021, “la inflación se mantendría por debajo del límite inferior del rango de tolerancia de la meta de inflación”.
Ante las presiones desinflacionarias, en los últimos dieciocho meses la Junta Directiva del BCCR ha tomado medidas de estímulo monetario para mejorar las condiciones crediticias, promover la actividad económica y generar de empleo.
Entre las medidas, están la disminución de la tasa de encaje mínimo legal para las operaciones en moneda nacional (junio de 2019); la reducción gradual de la TPM hasta ubicarla en 0,75% (el mínimo histórico), para una variación acumulada de 450 puntos base desde marzo de 2019; y la creación de una facilidad de crédito en condiciones financieras muy favorables para los intermediarios financieros (setiembre de 2020).
Según el BCCR, los ajustes a la baja en la TPM “se han ido transmitiendo al resto de tasas de interés del sistema financiero y se espera que este proceso continúe en los próximos meses. Las reducciones en la TPM se traducen en un menor costo de financiamiento, lo que se espera contribuya a mitigar el impacto de la pandemia sobre la actividad económica y el empleo”.
Además, la entidad afirma que da “seguimiento continuo a la evolución de los diferentes indicadores económicos, particularmente en el contexto actual de elevada incertidumbre, con el fin de adoptar de manera oportuna las medidas necesarias para atender los objetivos y funciones asignadas en su Ley Orgánica”.
