Los diputados volverán al horario normal de plenarios que, antes de la pandemia, era de 2:45 p. m. y, usualmente, hasta las 6 p. m. Este cambio se aplicará porque los diputados no obtuvieron 38 votos suficientes para aprobar los horarios de sesiones extraordinarias. Desde marzo, estos horarios se tramitan mensualmente.
El diputado que propuso rechazar el horario extraordinario de sesiones fue el liberacionista Carlos Ricardo Benavies. Argumentó, que “si se presentan proyectos polémicos, cualquiera puede entorpecer el avance porque son sesiones que llegan hasta las 12:30 p. m. y para seguir la sesión se necesitan 38 votos”.
Por el otro lado, dijo que “por la tarde, las sesiones se pueden seguir, después de las 6, las 7, 8 o 9 (de la noche)”.
No obstante, esta afirmación nuevamente azuzó opiniones sobre los extendidos plenarios con los que trabajan los diputados. El martes pasado, la sesión superó las once horas, con un descanso, para el almuerzo, de una hora.
El legislador del Partido Integración Nacional y médico, Wálter Muñoz, advirtió que “no pueden ser sesiones maratónicas” porque la exposición prolongada al aliento de los diputados mientras hablan y conviven en el recinto plenario es un riesgo de salud.
Muñoz afirmó que envió una carta al directorio para manifestar este problema y espera que se incorporen las observaciones en la rutina de los plenarios.
“De lo contrario me veré obligado a hacerlo ante el Ministerio de Salud”, advirtió Muñoz.
El frentemplista José María Villalta además dijo que las sesiones tienen “límites en materia de salud ocupacional”.
“No solo por la situación del COVID-19, sino el respeto a los derechos laborales de los funcionarios de la Asamblea Legislativo”, afirmó Villalta.
La moción para sesionar durante las mañanas de noviembre fue rechazada con 32 votos a favor y 11 en contra.
