Con la presencia del presidente Carlos Alvarado, la propuesta del día era definir el mecanismo, con un formato de plenario y por la vía de los consensos, además de una fecha para asumir asuntos de fondo, pero a las 12 a. m. estaba aún pendiente de concretarse.
La segunda jornada de diálogo del Gobierno con más de 60 sectores comenzó este miércoles en el Estadio Nacional con la ausencia de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular, que avisó de su interés en concentrarse en su propio mecanismo y miembros, y con las urgencias de los representantes presentes para procurar acuerdos prontos y concretos.
Con la presencia del presidente Carlos Alvarado, la propuesta del día era definir el mecanismo de este diálogo, con un formato de plenario y por la vía de los consensos, pero a las 12 a. m. estaba aún pendiente de concretarse. También se debía programar el momento en que deberán definirse asuntos de fondo para buscar soluciones a la crisis económica, laboral y fiscal del país.
Las primeras dos horas de la sesión se dedicaron a escuchar sugerencias de distintos representantes sobre el mecanismo, pero al mismo tiempo sobre la urgencia de tomar acuerdos sustantivos, inclusivos y urgentes, con una fecha límite aún por precisar.
“Cada minuto que pase cuesta 4,3 millones de colones”, ilustró el economista Gerardo Corrales, que asiste como representante de la cámara empresarial Amcham, en alusión al agravamiento de las finanzas públicas mientras continúa la falta de acuerdos políticos como los que, en principio, se procuran alcanzar en este nuevo intento de diálogo.
Ana Carcedo, de la Asociación Mujeres, pidió tomar decisiones que garanticen una participación equitativa de los sectores presentes y que los resultados sean acuerdos y no solo insumos para decisiones posteriores del Gobierno y la Asamblea Legislativa.
La empresaria Mónica Segnini, del Consejo de Competitividad, habló con más vehemencia y criticó el uso del tiempo. “No hemos aterrizado”, lamentó ante el auditorio antes de señalar una serie de urgencias sociales y económicas. El presidente del Consejo Nacional de Rectores, Luis Paulino Méndez también lo señaló: “vamos muy lento”.
El mandatario recordó que a partir del 1 de diciembre comienzan las sesiones extraordinarias en la Asamblea Legislativa, donde finalmente deben tramitarse las reformas por vía de ley para atacar la crisis actual. Recordó, sin embargo, que la división de poderes le impide responsabilizarse con lo que pase ahí, mientras en el recinto solo estaba un diputado, el jefe de fracción oficialista, Enrique Sánchez.
“Necesitamos dar señales claras”, dijo Alvarado después de admitir una mayor presión sobre el tipo de cambio, dadas las expectativas de los actores económicos internacionales sobre el comportamiento financiero del país. Insistió en discutir con la calculadora, el cronómetro y el sentido de la viabilidad para ejecutar las medidas.
Al mediodía, el mandatario tomó la palabra para procurar “el primer consenso”: aprobar una lista de valores generalistas que enmarquen la conversación multisectorial, como respeto, proteger el bien común, proteger a los más débiles, no hay temas vetados, puntualidad, solidaridad, entre otros. Y entre ellos: transparencia y sentido de urgencia.
La Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular continuará por su vía, como ofreció después de fracasar el primer intento de diálogo propuesto con el Gobierno, con la coordinación del Programa Estado de la Nación. Ese foro cuenta con la participación de Célimo Guido, dirigente de las protestas que se realizaron en las calles en este mes de octubre en contra de la propuesta del Gobierno para negociar un acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI).