Quiero agradecer a Adriano (de San Martín) Corrales por la invitación a comentar, compartir y celebrar esta nueva edición de Rueda de la vida. Es verdaderamente un honor para mí hacerlo en medio de un panorama oscuro, lleno de recortes, invisibilizaciones y silencios, allá afuera, desde las voces hegemónicas, que tanto hiere escuchar.
Mi propuesta no se enfoca en un análisis filológico o literario, estrictamente hablando, del texto que presentamos, sino de un acercamiento personal a la Rueda de la vida de Adriano. Rueda de la vida remite, metafóricamente, al proceso circular del tiempo donde todo final es un nuevo inicio; hay repetición, procesos de consecutividad y, además, un ejercicio de autorreflexión. Asimismo, se trata de un movimiento inacabado, donde todas las situaciones vividas se conectan, danzan infinitamente en el tiempo para dar cuenta de quiénes somos, de dónde venimos, los procesos atravesados y los cambios en el tiempo. Recordemos cuando García Márquez planteó, en voz de José Arcadio Buendía, “el tiempo es circular, pues estamos en marzo y sigue siendo lunes”.
Precisamente eso encontramos en este texto: un proceso circular de la carrera poética de Adriano, donde se involucra un amplio contenido de su producción, de su poesía y pensamiento. Se abarcan aquí aproximadamente 300 poemas, que van desde 1995 hasta el 2023. Poseen temática y extensión variadas y a través de ellos podemos visualizar diversas etapas creativas, cuestionamientos, necesidades, propuestas y perspectivas, teñidas de realidad y ficción, a la vez.
Se encuentran poemas con rima consonante, asonante, juegos de palabras en escritura y visuales, como caligramas, también poesía narrativa. Se citan personajes literarios e históricos, lugares ficticios y reales; en fin, una mezcla maravillosa de situaciones diversas. Asimismo, es posible reír, sentir empatía, molestia y emotividad; como en la vida misma, cada vez una emoción diferente ante diversas circunstancias que se suceden.
La estructura, como lo he mencionado, es variada: hay poemas cortos, de cuatro versos, otros extensos, de varias estrofas, como “Códices”, de Tranvía negro (1995), sobre la memoria, el olvido y el recuerdo, que me atrevo a citar: “Entre el mar y la montaña / la memoria / Entre la montaña y el mar / el olvido / Entre la mar y el monte /este silbido”. Hay también poesía narrativa, como “La nacencia”, perteneciente a Todo tiempo futuro (2014), donde se narra magistralmente la cosmogonía, compleja y contemporaneizada, de América, en 11 subdivisiones.
En cuanto al poeta, es posible verificar un crecimiento en cada movimiento circular de esta rueda de la vida. Casi se puede asegurar que no es siempre el mismo, aunque piense y escriba similar. Hay una voz enunciante que nos lleva en un recorrido a través de 18 libros: Tranvía Negro (1995), Hacha encendida (1999), La suerte del andariego (1999), Profesión u oficio (2002), Caza del poeta (2004), Kabanga (2008), San José Varia (2009), Sâmsara (2012), San Lucas, Ciudad Quesada y otros poemas (2012), Diario del amante (2013), Todo tiempo futuro (2014), Conversiones (2017), Bosque adentro (2018), y los más recientes, Leningrad (2020), Puerto de arenas (2020), Vanitas (2021), Vigilia (2021), y Secuencias (2023).
En cada uno de los giros de esa rueda de vida nos sorprenden figuras, metáforas, realidades, anécdotas, sentimientos, juegos y palabras, donde el poeta nos ayuda a interpretar situaciones vivenciales mediante una “traducción simultánea” de aquello sublime a palabras habituales, para que quienes no somos poetas las podamos leer e interpretar, así es esa función de la voz poética en medio de una profesión u oficio de la poesía, de la escritura.
¿Mi favorito? Imposible simplificarlo a uno… He leído y releído el texto, circularizándolo y circularizándome en la rueda de la vida, pero no podría elegir solo uno. Menciono los que más cautivaron mi atención y los recalco porque cada uno tiene su efecto y encanto: “2013”, un poema narrativo con juegos numéricos y de palabras, perteneciente al libro Todo tiempo futuro (2014), “1”, que posee una musicalidad increíble, es casi un canto; “52”, donde se menciona a Morazán, Juanito (Mora), Sandino, Farabundo, Otto René, Roque Leonel, Roberto, Debravo y Chuchú (Martínez); y “6”, sobre la memoria y las mujeres importantes en la vida del hablante, de Caza del poeta (2004); “55. Instrucciones para ser poeta”, con una mezcla de ironía y humor negro, pero real y “60”, sobre el amor, de Conversiones (2017).
Finalmente, “En este tren”, poema que cierra la Rueda de la vida, es decir, el último de esta antología, donde hay un juego irónico con el tiempo y la circularidad; es de los más recientes, del 2023. También voy a atreverme a citarlo: “La foto que tomó tu padre / al tren donde viajaba yo / Cuando aún no habías nacido / Se quemó en el incendio / En el cual murió tu madre / A doscientos metros de mi casa / El día en que nació mi hija / Compañera tuya en el colegio / Y enemiga jurada en la universidad / Donde impartía lecciones el profesor / Que sedujiste una tarde de marzo / Día del cumpleaños del tipo / Que intenta escribir este poema”.
